El de Alberto figura ya como uno de los clásicos de A Coruña, pese a solo llevar siete años abierto. Abrió porque Alberto Prieto, su propietario, quería seguir ejerciendo lo que es su vocación: la buena mesa y el trato cuidadoso con los clientes. Detrás de este pequeño local situado en la calle Ángel Rebollo, según confiesa, lo que hay es "pasión".
Un restaurante que lleva su nombre y que quiso que expresara todo lo que aprendió en una familia consagrada a la hostelería. "Mis padres ya eran hosteleros, fueron emigrantes en Reino Unido y a su regreso montaron "O Bebedeiro"; de ellos aprendí la constancia y el respecto absoluto al cliente".
Allí, en el restaurante familiar que estuvo abierto más de 30 años, Alberto se curtió como jefe de sala desde los 20 años, aunque recuerda que cuando todavía era un estudiante, ya le pedía a su padre que lo llevara con él a trabajar al restaurante. La hostelería corre por sus venas. Cuando sus padres se jubilaron, se lanzó a crear su proyecto personal, o a solo unos metros del local de "O bebedeiro" donde inició su andadura.
El origen está en la cuna
"Monte Alto es mi barrio, nací en la calle de abajo del restaurante". ¿Qué tiene El de Alberto de A Coruña? "Dicen que A Coruña es la ciudad donde nadie es forastero, eso es lo que queremos plasmar, esa hospitalidad: El de Alberto es A Coruña. Lo reflejamos en la carta, donde priman los pescados y los mariscos. Nos gusta darle una vuelta a los clásicos pero hay que mantener la esencia de nuestra ciudad y de Galicia, de la que soy un gran defensor", asegura.
Una máxima del local es que "de aquí nadie sale con hambre". La otra es que si no se ha podido conseguir el producto tal y como se exige, no se pone: "si no hay producto, no hay cocina", afirma categórico Alberto. Él controla personalmente toda la materia prima, que es la base de todas las elaboraciones que luego llegan a las mesas.
En los fogones, seis personas preparan las elaboraciones diariamente. El equipo que ha conformado en el restaurante es un pilar clave a criterio de Alberto. "Todos son imprescindibles, todos aportan ideas, no paramos de pensar en nuevos platos. Si no hay alma en la cocina y en el servicio de sala no habría restaurante", asegura.
Desde cocina, aseguran que "Alberto nos da libertad para crear. Luego lo prueba todo y pasa el filtro". Alberto apostilla: "en realidad hay dos filtros: primero, el mío; después el de los clientes".
Sabor a mar y a casa
En la carta hay tradición y lo mejor de la lonja, que se revisa incorporando nuevas técnicas, buscando el equilibrio de los sabores. En los entrantes hay más innovación, se busca sorprender con cosas nuevas. Los segundos son clásicos que nunca fallan: la merluza, el bacalao, todo servido sin espinas y en su punto.
El canelón de aguacate se quedó en la carta por aclamación popular, aseguran en cocina. "Alberto llega y dice: vamos a hacer algo nuevo". Explican en cocina que muchas veces las ideas surgen a partir de un producto de temporada. Las novedades que está ultimando: tartar de bonito de temporada y carpaccio de vieira, además de almejas y navajas.
Una comida en El de Alberto suele acabar con unos particulares donuts, marca de la casa "que quieren recordar a la leche con galletas que tomábamos de pequeños". Otro de los sellos de la casa es el guiso de rabo de toro con receta familiar que Alberto heredó de sus padres, tal y como la preparaban cuando regentaban "O bebedeiro".
Reconocimientos, "las sonrisas de los clientes"
Son varios los méritos formales que han obtenido, pero en El de Alberto tienen claro cuál es el que más les importa: "que un cliente salga con una sonrisa de oreja a oreja".
Los comentarios que más valoran son los que reciben cuando durante la sobremesa, se acercan a preguntar cómo fue todo. Y eso que en la plataforma TripAdvisor aparecen como el segundo restaurante mejor valorado por los usuarios de toda la ciudad de A Coruña.
Además, son uno de los dos restaurantes que en A Coruña figuran en la lista Bib Gourmand de la Guía Michelin. La clave, dicen desde el equipo, es que: "el listón se puso muy alto desde el principio, y de ahí no se baja". Alberto lo resumen así: "Hay cientos de restaurantes en A Coruña, y cuando escogen tu casa, desde el primer momento tienen que estar cómodos y que los que coman sea ‘la verdad'".