Las dificultades derivadas de la alta inflación de los últimos meses y las malas perspectivas económicas han provocado el cierre de Casa Paquita, en Bastiagueiro (Oleiros), un restaurante que se despedirá para siempre el día 31 de este mes de agosto, pero que dará su último servicio este domingo 28, ya que no abre de lunes a miércoles. El que ha sido durante años el restaurante más valorado de Oleiros en webs de viajes como TripAdvisor dice adiós tras más de siete años siendo un referente.
La historia del local comenzó en el año 1956 como ultramarinos regentado por Paquita, primera en tener televisor en toda la zona, y su conversión en restaurante data de los años 70. El 4 de junio de 2015, una pareja, Carlos y Karine, comenzó la nueva etapa del negocio, llevando su oferta gastronómica a los tiempos actuales.
Los responsables del restaurante, Carlos y Karine, anunciaron hace unos días en redes sociales el cierre del local, agradeciendo a clientes, proveedores y trabajadores el apoyo durante estos años. Autodefinida y todavía ambientada como "casa de comidas", Casa Paquita está situada en el bajo de un pequeño edificio en la Avenida Ernesto Che Guevara, entre Bastiagueiro y Santa Cruz. Combina especialidades de la comida tradicional con otros platos más modernos, junto con una bodega de vino con denominaciones de origen nacionales e internacionales.
Dificultades en los últimos meses y malas perspectivas
Desde Quincemil nos hemos puesto en contacto con el restaurante, que nos ha explicado que el principal motivo del cierre es la complicada situación económica y las malas perspectivas que hay para el futuro. Según nos cuenta Karine, jefa de sala y copropietaria de Casa Paquita, el aumento de los precios de los últimos meses ha hecho que se resienta el negocio, y además se ha combinado con las dificultades para contratar a un cocinero adicional que acompañase a Carlos en la cocina. Por este motivo, con solo una persona en cocina han tenido que reducir el número de comensales en estos últimos meses.
Estos dos motivos que han complicado la vida del local en los últimos meses se unen a las malas perspectivas económicas que hay en el horizonte, y al hecho de que la actividad en la zona baja notablemente tras el verano. "Quizás en A Coruña hubiésemos resistido", reflexiona Karine, que comenta que en el lugar donde está Casa Paquita "la semana es muy dura, sobre todo en invierno" y que "no podemos vivir solo del fin de semana". Advierte que esto es habitual en hostelería, y que hay que estar del otro lado de la barra para saber que con llenar los sábados y domingos no es suficiente.
Respuestas "muy positivas" y "emocionantes"
Karine destaca que las respuestas de los clientes y los proveedores ante el anuncio del cierre del local han sido "muy positivas" y "emocionantes". La copropietaria de Casa Paquita recuerda que iniciaron este proyecto desde cero y que le han puesto mucho cariño y muchas horas, y agradece el apoyo que están recibiendo de su clientela.