La calle Herrerías de A Coruña cuenta con un rincón hostelero diferente y cercano: el bar Árnica. Lleva tres años en funcionamiento y está disponible para su comunidad creciente de fieles clientes desde las 08:30 horas hasta por la noche para desayunos, vermús, cañas de media tarde con su correspondiente pincho y hasta cócteles.
Hace uno días el establecimiento celebró su tercer aniversario conservando siempre la esencia del antiguo local que estuvo en este ubicación durante 40 años, sobre todo en lo referente a la presencia de gran parte de decoración floral y antiguo mobiliario que se ha querido mantener con un toque más actual.
El nombre del bar fue elegido porque sus responsables (un equipo de cinco mujeres) querían el nombre de un flor, algo bonito, y consideraron que el árnica "lo cura todo". Como novedades de cara al otoño, instaurarán la costumbre de celebrar cada primer domingo de mes una foliada en la que quien quiera puede participar y así potenciar el folclore gallego y tienen en mente incorporar comida y ofrecer raciones para compartir.
Fátima Aguete, la encargada, celebra que su local esté en un espacio tan destacado y de gran belleza como es la Ciudad Vieja de A Coruña y reivindica su esencia de barrio. "Menos es más", asegura. "Queríamos conseguir un ambiente acogedor y familiar y que todo el mundo tenga ganas de volver siempre", detalla sobre su manera de llevar el negocio.
Sesiones vermú, eventos y mezcla de ambientes
El local se caracteriza por su luminosidad y grandes ventanales, unido a una original y colorida decoración que gana con la amplia terraza, a la que da el sol casi todo el día. El "tardeo" es uno de los principales atractivos del Árnica, durante la semana y los fines de semana, cuando sirven bebidas varias acompañadas de pinchos a mayores, padres que recogen a sus niños en el colegio o jóvenes que acuden a pasar un rato entre amigos.
Los desayunos tienen opciones para todos los gustos: tortilla, tostadas de jamón y queso, de tomate y aceite, de tomate y jamón, de queso fresco nueves y miel o de mantequilla y mermelada, además de croissants que hornean ellos mismos, empanadillas o zumo natural. "Ahora vamos a introducir smoothies y chocolate caliente por las tardes cuando empiece el invierno", concreta la responsable.
Los domingos, como en otros muchos locales coruñeses, es día de callos en el Árnica, y a medida que se avance hacia el invierno los clientes podrán disfrutar de tapas de cuchara como callos, lentejas o fabada. Sobre todo los viernes y los fines de semana tienen más cabida los mojitos, gintonic, caipirinhas o sangría, aderezados con "buen trato al cliente", algo que consideran fundamental.
Las sesiones vermú que vienen haciendo desde hace meses cuentan con grupos que tocan en acústico y en muchas ocasiones cuentan con "merchidelicias", es decir, tapas que hace una cocinera externa con cuidada elaboración. Lasaña de verduras, alitas de pollo maceradas, empanadillas árabes o espaguettis con gulas son algunas de las especialidades.
A su vez, el Árnica es un espacio multidisciplinar que acoge todo tipo de eventos: desde cumpleaños de adultos y niños a prebodas, charlas científicas y hasta un photocall canino.