Melide (A Coruña) es una pequeña localidad de poco más de 7.500 habitantes que se ha convertido en referente gracias a su repostería. Acuñada con el sobrenombre de "terra doce", este lugar ha convertido sus dulces en uno de los mejores embajadores de la gastronomía gallega.
Si vais a Melide, no podéis dejar de probar tres dulces: los ricos, los almendrados y nuestro protagonista de hoy, los melindres. "En calquera lugar cando queres ter un detalle con alguén lévaslle unha caixa de bombóns, en cambio, en Melide, a xente leva uns melindres", cuenta el pastelero Alberto Rodríguez.
Él es la tercera generación de la Cafetería-Pastelería Estilo, un negocio que lleva 60 años ofreciendo los dulces más icónicos de esta tierra. Seis décadas parecen muchas, pero su abuela ya elaboraba los melindres 20 años atrás, aunque el dulce se empezó a hacer mucho antes: "Fai cinco anos fixemos un libro de repostería de Melide e investigamos a súa orixe. Non conseguimos saber desde cando se fan exactamente, pero chegamos á conclusión de que teñen máis de 200 anos".
¿Cómo se hacen los melindres?
Para conocer cómo se hacen los melindres, nada mejor que preguntarle a Alberto, uno de los grandes especialistas en esta receta. Su elaboración es muy sencilla, tan solo necesitamos harina de trigo, yema de huevo y manteca. Con esos ingredientes se forma un amasado, que se corta y al que se le da forma de rosquilla con unos dos o tres centímetros de diámetro. La masa se mete en el horno a 200 grados unos 10-15 minutos, se deja enfriar y se pasa por un sirope de azúcar y agua.
Los melindres pueden aguantar tres semanas, pero lo óptimo es disfrutarlos en la primera semana de elaboración. Por eso, Pastelería Estilo solo ofrece sus melindres en su propio establecimiento: "Non queremos facer un producto de estantería, os melindres naturais teñen unha vida moi corta", explica el pastelero.
60 años de historia en Melide
La Cafetería-Pastelería Estilo no solo conserva una elaboración tradicional, también la estética de sus inicios. Los abuelos de Alberto tenían dos negocios, una pastelería y un restaurante llamado Style, que tuvo que cambiar su nombre a Estilo por las normas del franquismo. El padre de Alberto, Jesús Rodríguez, fusionó ambos negocios y nació la Pastelería Estilo actual.
El negocio tiene muchos años de historia, pero en todo este tiempo no ha variado casi nada para mantener el estilo y tradición que lo hizo grande: "Mantemos a reforma orixinal, teño moito cariño a todo ó mobiliario e valoro ser parte dun clásico", explica Alberto.
Melide es una de las localidades por las que pasa el Camino de Santiago. Esto hace que muchos peregrinos amantes de la gastronomía aprovechen para pasar a disfrutar de los dulces tradicionales: "Moitos veñen a probalos e sorpréndense pola sencillez do producto. Ten similutedes coas rosquillas que se venden nas feiras de Galicia e con outras que se fan noutras partes de España. A xente valora que conservemos o espíritu dun postre tradicional", concluye el pastelero.