La calle Etiopía de Perillo, en Oleiros (A Coruña) guarda un secreto hostelero muy valorado entre los habitantes de la zona: La Parisina. Se trata de un acogedor local que comenzó su actividad hace una década y que coloquialmente entre sus más asiduos es conocido como "la de Bea", en alusión a su fundadora, Beatriz Táboas. 

El negocio surgió a raíz de que la empresa en la que trabajaba cesó la actividad, por lo que se vio en la obligación, a la par que oportunidad, de emprender con un espacio propiedad de su suegro en la localidad de la que es natural su marido, y así lo hizo.

El tiempo ha demostrado que la decisión ha sido un acierto y desde hace unos tres años una de sus hijas, Sofía Fernández, trabaja mano a mano con ella en La Parisina. Concretamente, la joven es la encargada de elaborar la repostería.

La Parisina.

El nombre no se debe a que sean viajeras asiduas a París ni porque sirvan bollería francesa, sino que surgió un día en la casa familiar por casualidad, en la búsqueda de una nomenclatura que se alejase de nombres personales.

El establecimiento es acogedor y todos los detalles están cuidados (incluso con alusiones a la conocida como ciudad del amor y dibujos de los clientes más pequeños) y se puede consumir desde opciones dulces a saladas, pasando por un completo brunch, zumos naturales, batidos y por supuesto café (de Siboney de gama alta).

La Parisina.

El horario es amplio, de lunes a viernes de 08:00 a 13:030 horas y de 17:00 a 20:00 horas y los fines de semana abren solo por las mañanas de 10:00 a 14:00 horas.

Donuts caseros, opciones veganas y elaborados brioche

La Parisina.

En La Parisina todo es casero salvo algunas piezas de bollería como los croissant, un dulce para el que tienen un buen proveedor. Por lo demás, los clientes pueden degustar tortitas, mini tartas de queso, donuts, crookies e incluso opciones veganas. En cuanto a salados, destaca el croissant con bacon, cheddar, tomate, aguacate y huevo. También forman parte de la oferta los brioches de mortadela con pesto y pistacho y otro de trufa, jamón serrano y queso.

El brunch puede ser elegido por el propio cliente e incluye opciones dulces y saladas junto a café y zumo. Destacan las tortitas con fruta, chocolate y chocolatinas en trozos y como parte salada croissant relleno, aunque hay gente que incluso solicita las tostadas y quita y pone ingredientes a su gusto.

La Parisina.

El café de Siboney no puede faltar y se elaboran capuccinos, moca y cafés con galleta Lotus o nata. Los zumos de frutas naturales aportan el punto de frescor y destaca el de fresa y plátano, además de batidos de choclate, fresa, de oreo o kinder, entre otros.

Dentro de la oferta de La Parisina también está presente el catering para eventos con bandejas dulces y saladas para picar, cajas de detalle con variedad de postres para poner en las mesas y empanadas de hojaldre o masa tradicional (de atún, carne, pollo, pollo con bechamel y champiñones o a base de tomate natural, queso y jamón).

La Parisina.

Trabajan también por encargo y las redes sociales, en especial Instagram, son su mejor vía de comunicación con el público, donde les pueden escribir y gestionar pedidos. Hacen tartas personalizadas y donuts bajo demanda de Kit Kat, Oreo, pistacho o Lotus y han llegado a hacer una especialidad popular en américa como el maple bacon donut, con un glaseado con panceta y jarabe de arce que lo recubre.

Para sus elaboraciones se suelen inspirar en locales americanos o de otros países y en ocasiones se suman a algunas modas. En cuanto al ticket medio, el brunch puede alcanzar los 10 euros y las minitartas a 4 euros, por ejemplo. Disponen de 15 mesas y un obrador recientemente actualizado para seguir cocinando sus elaboraciones y no descartan en un futuro ampliar el espacio.

La Parisina.

A nivel personal, a toda la familia le gusta desayunar con calma y cuando abrieron La Parisina la intención era montar un local que a ellos mismos les invitase a sentarse y tomar un café.

Otra de las hijas de Beatriz trabaja por las tardes en el negocio atendiendo a los clientes y en cuanto a trabajar en familia, Beatriz y Sofía aseguran entre risas y con complicidad que "somos muy parecidas y chocamos pero unimos fuerzas para el bienestar de los clientes", concluyen sonrientes y con nuevas elaboraciones en mente que verán la luz muy pronto.