La historia detrás del pan de Neda, otra joya de la gastronomía gallega
Te contamos el origen y las peculiaridades de uno de los panes más antiguos de Galicia, que además celebra su fiesta anual esta semana en la localidad coruñesa de Neda
31 agosto, 2021 06:00Si hay un producto (casi) universal en cualquier punto del planeta en lo que a gastronomía se refiere, ese es el pan. Todas las culturas cuentan con una versión donde esta masa horneada cobra una especial relevancia en la mesa. No es para menos, ya que los primeros indicios del proceso de creación del pan apuntan que ya se realizaba en Mesopotamia en el Siglo III a.C. o en Egipto, hace miles de años.
En la Antigua Grecia los panaderos se convirtieron en una de las profesiones más apreciadas, hasta el punto de que los descendientes de un panadero debían continuar con el oficio de sus padres casi de manera obligatoria. Con la llegada de la Edad Media, el trabajo detrás de la elaboración del pan comenzó a modernizarse y, con el paso del tiempo, se industrializó hasta nuestros días. Sin embargo, sigue siendo un trabajo con una gran base artesanal y con una fama indiscutible en las mesas españolas (solo hay que recordar la gran “fiebre” por hacer pan casero durante el pasado confinamiento).
En Galicia la cultura del pan está muy arraigada en la gastronomía y en la sociedad gallega. Son muy pocas las comidas, cenas, desayunos o meriendas que no cuenten con su buen trozo de pan. De hecho, el pan tenía tanta presencia en las mesas gallegas que llegaron a existir numerosos hornos públicos, que, según la web oficial de Gastronomía de Galicia, estaban regulados por los ayuntamientos; permitiendo a los vecinos hornear su propio pan cada día. Por eso, no es de extrañar que con el paso del tiempo nuestra comunidad se coloque entre las mejores en lo que a producción y calidad de pan se refiere.
Un éxito que supone un reconocimiento a una maestría artesanal, muy infravalorada en el pasado (el pan de maíz y centeno eran considerados como panes de “pobres”, por ejemplo). La tradición panadera de Galicia se extendió por todos los rincones posibles, lo que da lugar a la grandísima variedad de panes gallegos que podemos encontrar en la actualidad. Desde los conocidos panes de Carral o de Cea hasta algunos más desconocidos como el Pan de Ousá o el de Neda. Este último es el protagonista de esta semana, ya que celebra su festividad anual con diferentes actividades, entre ellos varios conciertos y rutas alrededor de su producto estrella. Pero ¿cómo nace el pan de Neda y qué tiene de especial?
Neda, el origen de un pan para combatir a los ingleses
Con apenas 5000 habitantes, Neda es una pequeña localidad coruñesa que se sitúa en un valle formado por el río Belelle (que crea la espectacular cascada conocida como “Salto de la Fervenza”) y está delimitado por su cara norte con el río Grande de Jubia. Gracias a su posición geográfica, se trata de un lugar resguardado, con un clima agradable y templado. Aunque en Neda existen numerosos puntos de interés (desde el Dolmen de la Rabadeña hasta la Iglesia de Santa María), esta localidad es conocida en toda Galicia por su pan.
La relación de la villa con la elaboración de pan viene ya desde la Edad Media, cuando se comenzaron a construir numerosos molinos de trigo a lo largo del río Belelle (algunos de los cuales todavía siguen en funcionamiento a día de hoy). Como explican desde la Confitería O Carrizo, el boom del pan de Neda comenzó con la invasión inglesa de A Coruña en 1589. En aquel entonces, el rey Felipe II decidió trasladar la flota a un puerto que permitiese una mayor protección en caso de un nuevo ataque por parte de los ingleses. Ferrol se convirtió en el enclave perfecto, muy cerca de la villa de Neda.
Neda ya era conocida en el siglo XVI por su excepcional elaboración de pan, pero la presencia de los militares y la designación de establecer allí los “hornos reales” por parte de Felipe II fueron la chispa necesaria para que se desarrollara toda una nueva y potente industria alrededor del pan en la villa. Surgieron nuevas generaciones de panaderos para poder atender la demanda, se crearon nuevas comunicaciones entre el puerto de Ferrol y la villa, e incluso llegó a haber momentos donde no existían suficientes hornos de leña para alimentar a todo el ejército
La clave del éxito: el agua del río Belelle
Desde la panadería La Nueva cuentan que uno de los momentos clave en la historia del pan de Neda sucede en el año 1917. Ese año, el director del laboratorio municipal, Don Santiago de la Iglesia, realizó un estudio bajo el nombre “Estudio analítico, químico y bacteriológico del agua de La Fervenza” que terminaría publicándose en “El Correo Gallego”. Gracias a este exhaustivo estudio de 16 páginas, el pan de Neda se convirtió en una pequeña estrella mediática en toda Galicia.
En este informe se “desvelaba” el secreto del éxito del pan de Neda: su agua. Las características del río Belelle son totalmente excepcionales, y, según el estudio, es un agua “extremadamente pura”. De ahí que el pan de Neda destaque por su gran blancura y sustancia: las harinas fabricadas con el agua del río eran (y son) únicas. Gracias a esto, Neda fabricará durante casi un siglo el famoso bizcocho o galleta para la armada de los Reyes de España. Además, entre los siglos siguientes, hasta principios del XIX, se considera a Neda como la capital del trigo de Galicia.
La fiesta del Pan de Neda, donde la harina se hace arte
Desde el 10 de septiembre de 1989 se viene celebrando cada primer domingo de septiembre la conocida Fiesta del Pan de Neda, que busca promocionar los productos de las panaderías de la villa y dignificar el duro trabajo de los forneiros. El pan, empanadas, dulces, bizcochos… Todos los productos típicos de Neda tienen en esta fiesta un escaparate ideal para darse a conocer y mostrar sus cualidades únicas en Galicia.
Después de años de duro trabajo, este evento ya es reconocido como una fiesta de Interés Turístico, y se caracteriza por ofrecer numerosas actividades alrededor de la elaboración artesanal del pan. Sin embargo, este año el coronavirus sigue impidiendo ver las comidas populares que tanto echamos de menos en las fiestas gastronómicas de Galicia.
No obstante, desde el Concello han organizado una serie de conciertos y actividades para que la fiesta siga viva, respetando las condiciones sanitarias. Las actividades comienzan el día 2 de septiembre, con la conocida como Ruta dos muíños, al pie del río Bellele. Se repetirá al día siguiente y la semana próxima, para permitir que todos los que quieran participar se puedan unir sin problemas. También han creado un certamen artístico con el pan de Neda como protagonista, dirigido a los menores de edad. El domingo también pondrán en marcha un taller de pan infantil para que los más pequeños conozcan y valoren el trabajo artesanal más importante de la villa y los conciertos de Milladoiro y Taxungueiras. Un plan perfecto para este fin de semana, al que no se le puede añadir nada. Bueno, sí, un trocito de pan.