Casi medio siglo. 47 años en la calle La Torre, en el corazón de Monte Alto. A la Cabaña del Cazador le toca afrontar un cambio de ciclo obligado. José Luis Queijeiro, hijo del primer propietario de este popular asador ha decidido jubilarse y traspasar el local a los propietarios de la cervecería La Compe, otro popular local de La Torre regentado por los hermanos Daniel y Ana Romay.
El cambio de propietario se ha llevado a cabo bajo la máxima discreción. "Lo saben tres clientes de los de siempre, los del bar donde voy siempre a tomar el café y, ahora, tú", cuenta José Luis. Pese a ello, el boca a boca funciona en Monte Alto, y Ana y Daniel esperan un lleno absoluto este jueves a las 20.00 horas, cuando celebrarán su fiesta de inauguración. "La que se va a armar", advierten los nuevos dueños de La Cabaña.
¿Por qué se tomó esta decisión? "Por edad. Llevo prejubilado 5 años y es el momento de dar el paso. Mis hijos no se quieren hacer cargo y no quería que La Cabaña del Cazador cerrase. Con todo el dolor de mi corazón, había llegado la hora de traspasar el local", cuenta José Luis.
Este vecino de Monte Alto se crió en La Cabaña junto a su padre desde que abrió en junio de 1972. En 1998 cogió las riendas del asador. "Ha sido un orgullo y una satisfacción haber estado dedicado tanto tiempo a esto. Hemos tenido clientes que han venido de bebés y ahora traen a sus esposas", cuenta.
Sus sucesores, a 150 metros
No tuvo que irse muy lejos José Luis Queijeiro para encontrar a los nuevos regentes de la renombrada La Cabaña. A escasos 150 metros está La Compe, de Ana y Daniel Romay. "Hubo varios candidatos, los dos primeros no quisieron, el tercero sí, pero surgieron problemas. Fue el padre de Dani y Ana quien hizo de intermediario", señala. "Nos metió en este follón", bromea Ana.
"Nosotros buscamos mantener la esencia de este local. Seguirá siendo el asador que era, con el mismo personal, pero también queremos darle nuestro toque", explica Daniel. ¿A qué se refiere? Desde el 15 de septiembre, día que José Luis les dio las llaves de su local, trabajan a contrarreloj para acabar una importante reforma del espacio. "Lo pedía a gritos. Era algo que yo no hice por falta de tiempo", afirma José Luis.
Carta similar, pero con matices
Que nadie se preocupe. "La esencia del local seguirá siendo su chuletón y su churrasco de ternera", dice Ana. "La mejor carne de ternera a la brasa de la ciudad", puntualiza Daniel. Pese a ello, los hermanos Romay sí que introducirán algunos cambios. "Buscamos abrirnos más a una clientela más moderna y sofisticada. Queremos que haya algo más de tapeo y una carta que varíe día a día", cuenta.
El pescado también se mantendrá su hueco en la carta. "Será fresco y variará día a día, en función de lo que veamos en el mercado", cuentan. José Luis recuerda que muchos clientes "venían solo por el lenguado". Para él, "el producto es una obsesión". "Aquí no hay nada de elaboración. Le echamos sal o no en función del cliente. El producto es la clave", cuenta José Luis. "Nosotros venimos a continuar con eso y a introducir también la parte de elaboración. Tendremos ensaladas y otros platos", cuenta Daniel Romay.
Una reforma con la aprobación del "cazador"
Han sido dos semanas frenéticas para Daniel y Ana. "Estos días son los peores. Somos como los estudiantes, lo dejamos todo para el último momento", bromea Ana. Nuevas mesas, nuevas sillas, nuevos muebles y un enorme mural del artista Óscar Cabana de la calle La Torre con el faro al fondo.
Eso sí, se mantienen los empleados que ya estaban con José Luis. "En la hostelería, los locales son la gente que los atiende, por eso les damos mucho valor y quisimos seguir contando con ellos", cuenta Daniel. "La gente solía decirme que daba gusto entrar aquí porque estaban siempre las mismas personas. Mis trabajadores ya sabían que me iba a jubilar y están contentos de poder seguir aquí", dice José Luis.
El antiguo dueño de La Cabaña siguió, día a día, los progresos en las obras de su viejo local. "Me agrada mucho. El sitio lo pedía a gritos. De hecho, las únicas críticas que tenemos en TripAdvisor son porque el establecimiento es muy antiguo", dice.
Una presión añadida
Coger La Cabaña es para Daniel y Ana una "presión añadida". "Es un sitio con mucho nombre, al que la gente viene desde lejos a comer. Le tenemos un enorme respeto al negocio y al trabajo de José Luis", dice Daniel. Como anécdota, José Luis recuerda que siempre que pide un taxi le dice al conductor que lo lleve a La Cabaña del Cazador, sin especificar la dirección: "Siempre saben donde es".
El viernes, tras la fiesta de inauguración, se podrán comprobar de primera mano los cambios en La Cabaña,uno de los locales más emblemáticos de Monte Alto, ahora en manos de Ana y Daniel. José Luis los tranquiliza: "Estoy convencido de que lo van a hacer muy bien. He dejado La Cabaña en las mejores manos".