José María Pérez Toba se ha sumergido de lleno en el mundo de la hostelería en su ciudad natal, A Coruña. A pesar de su juventud, ya tiene como bagaje la gestión de un par de locales, y desde hace unos meses está embarcado en el proyecto de la vermutería Chitín en la calle Emilia Pardo Bazán. Estos días prepara la apertura de un nuevo local en la calle Payo Gómez que ya luce el rótulo que lo bautiza bajo su sello familiar: URO.

Detalle de la entrada, con vegetación colgante (AN)

Un local donde ofrecerán una carta de con la "cocina de siempre y un toque de fusión", donde se puedan alargar las sobremesas con una primera copa. Ultima hoy los detalles, con ganas de verlo en marcha. Ubicado a un paso de la plaza de Pontevedra y la de Lugo, URO entrará en funcionamiento la próxima semana, aunque esta misma noche habrá una preinauguración privada.

La piedra de las paredes, protagonista (AN)

Varios espacios que se suceden desde una entrada impactante con plantas colgantes en el techo y grandes lámparas de mesa sobre una barra. Una zona con el efecto "de salón de casa" y para adentrarse después en una zona de vinoteca, que alberga la bodega.

Espacio "hogareño" (AN)

La barra para un cóctel o un "picoteo más canalla" y al fondo el comedor, con mesas redondas en torno a las que se sitúan originales sofás semicirculares, tapizados de azul. Por último, un salón para reservado, presidido por una chimenea con bolas de luz blanca sobre una mesa de madera.

Reservado (AN)

Lucía Parga firma la decoración: "Queríamos un local atemporal, salir de modas y, sin salirnos de los clásicos, crear un espacio hogareño". Especial atención han prestado a la iluminación: "Hemos colocado estratégicamente puntos de luz sobre las mesas, diferentes en cada zona del local, sin luz directa para hacerlo más acogedor".

Detalle de la barra (AN)

Puntos de luz que también iluminan la piedra original de las paredes del local, recuperando la visibilidad de los arcos que enmarcan la zona de barra. Dorados, grises y tonos crema que realzan el protagonismo de la piedra y el espacio de techos altos, con lucernaria en la zona del comedor.

Tonos azules y dorados predominan para combinar con la piedra (AN)

Un comedor en el que se llevará a la práctica una "cocina tradicional, a la que en vez de darle cinco vueltas, le daremos dos", con personalidad propia y con inspiración cosmopolita.