Cruel Cocktail Bar de A Coruña: Divertida carta con bebidas informales y tematizadas
Al Capone, Fidel Mojito, Voldemort, Quim Torra o Alfred Hitchcock son algunas de las elaboraciones disponibles servidas en originales recipientes como vasos tiki, cubos de palomitas y hasta recipientes de fideos japoneses
26 noviembre, 2021 17:00Desde mayo de 2020, el Cruel Cocktail Bar (Franja, 23) forma parte de la cada vez mayor oferta de cócteles en A Coruña, pero lo que diferencia a este establecimiento de los demás de su sector es su estilo "canalla" y su original carta, con cócteles tematizados de personajes y anécdotas crueles: Al Capone, Fidel Mojito, Voldemort, Quim Torra o Alfred Hitchcock, entre muchos otros.
El propietario y coctelero de esta original propuesta es Adrián Hermida, que considera que su negocio es "informal para que la gente se divierta", a la vez que cuidan todos los detalles, ya que todos los siropes o purés que utilizan las elaboraciones los elaboran él y su equipo, además de que las diferentes bebidas tienen impresionantes presentaciones, las más llamativas un cubo de palomitas, un recipiente de fideos chinos o vasos de estilo hawaiano.
La clientela abarca edades entre los 30 y los 50 años y abren todos los días de la semana salvo los jueves. Desde que abrieron han cambiado la carta en tres ocasiones y antes de que termine 2021 lo harán una vez más, todo ello unido a una oferta adicional de más de 25 cócteles fuera de carta en los que experimentan con los fermentados o las notas florales.
Crueles, infames, atroces y despreciados
La carta de Cruel está divida en cuatro tipos de cócteles: crueles, infames, atroces y despreciados (sin alcohol). Los crueles son las elaboraciones clásicas reinventadas, entre las que destaca el Mary Pita Cherry, una versión del Bloody Mary; el Fidel Mojito, un estilo alternativo en el que no se machaca la lima en el vaso junto al azúcar, sino que usan lima exprimida natural y sirope casero o el Cuzco, versión alternativa del Pisco Sour, bebida típica peruana-chilena. Además, en este apartado también se incluye el Thanos.
Tiene dos vertientes: la dulce, una versión de un Amaretto Sour o la cítrica, una interpretación del Moscow Mule. El Al Capone se inspira en el Gin Fizz. Los infames son cócteles de creación propia, como el Voldemort, Generalísimo, Deus Bruma, Huracán Sandy o Quim Torra. "Queremos que la gente se guíe por el título y la definición que viene asociada al cóctel. Se dice si es más dulce, cítrico, floral, especiado, picante…lo suyo es que los clientes no se dejen llevar por los ingredientes, sino por sus gustos y hacer cócteles a medida de cada uno", concreta Hermida.
Todos los elementos que se utilizan en las elaboraciones son bebidas premium, alcohol de primeras marcas, desde destilados japoneses y gallegos a todo tipo de bebidas. Los cócteles atroces son de elaboración propia pero "yéndose la olla", describen los responsables del Cruel, que añaden que se centran en ofrecer "cosas más raras". Uno de los cócteles de este tipo es el The Walking Dead, elaborado con tres vinos de Jerez diferentes; otro es el Katrina, un cóctel de trago fuerte muy alcohólico; el Little Boy tiene inspiración japonesa y está creado a base de productos de este país y se sirve en un envase de cartón típicos de los fideos.
En esta elaboración se unen whisky, Sake, Yuzu, flor de sauco o lavanda, todo aderezado con spaguettis de fresa ácida y malvaviscos "simulando la comida japonesa", detalla el responsable del local. Por su parte, el Ripper Jack es un cóctel en el que predominan mucho los frutos rojos y la acidez de la frambuesa junto a ingredientes como jengibre o lima y un fondo de melaza. El Alfred Hitchcock "es sabor a cine, cocacola y palomitas", detallan desde Cruel, donde además elaboran un sirope de mantequilla de cacahuete y maíz tostado que le proporciona el sabor a las palomitas.
Los despreciados serían los cócteles sin alcohol: un Cruel mojito a base de maracuyá, el Osado, en el que predominan los frutos rojos y la Serpiente del Edén a base de manzana y jengibre fermentado, que le aporta un toque picante.
Bebidas agradables a la vista y elaboraciones de licores gallegos
La presentación de las bebidas es uno de los motivos por los que gran parte de los clientes acuden por primera vez al establecimiento y muchos de ellos previamente han fichado sus favoritos a través de imágenes de los cócteles que circulan en las redes sociales o que están en el perfil del local.
Según el equipo de Cruel, los más llamativos son El Generalísimo, servido en un vaso tiki rojo y blanco "de trago largo muy equilibrado entre dulce y cítrico con fondo floral y refrescante", el Little Boy, donde predominan las flores japonesas, el dulce y un fondo cítrico y el Alfred Hitchcock, por el impacto del sabor de las palomitas y porque sirve en un envase típico de este aperitivo.
Sobre la acogida de los cócteles en A Coruña, Hermida expone que "cada vez este tipo de bebidas le gustan más a la gente" y concreta que la calidad-precio del Cruel se mueve entre los 7 y 9 euros por elaboración. En cuanto a las opciones fuera de carta, subraya la demanda que está teniendo el conocido como El Chapo, una versión de un Margarita a base de tequila Don Julio Reposado (considerada como la primera bebida de lujo de este tipo) y Chartreuse Verde, un licor francés de 55 grados (similar a la absenta) elaborado con 150 plantas diferentes. El toque final a esta peculiar mezcla lo ponen piña y sirope.
Como guiño a la tierra, en carta el Cruel dispone del Deus Bruma, un cóctel cuyos ingredientes son el típico licor café gallego, cacao, canela y jengibre. Sobre la evolución de la coctelería, Hermida argumenta que "en los inicios se concentraba en grandes ciudades como Madrid o Barcelona", sobre lo que matiza que "este mundo ha avanzado mucho en A Coruña y está aceptado", porque rememora que cuando abrieron "muchos les tachaban de locos por centrarse solo en cócteles y porque su carta no ponía exactamente de qué era cada uno", dice.
Algunos clientes fieles ya han probado la carta al completo dos veces o más y los responsables del negocio esperan seguir haciendo elaboraciones especiales para seguir sorprendiendo a distintos paladares durante mucho tiempo.