De origen sirio y nacida en Venezuela, desde donde decidió trasladarse a España para huir de la inseguridad y dar más oportunidades a sus hijos. Así es Laila Elhalabi, de 52 años, responsable del restaurante Al Wahab (nomenclatura que pronto lucirá en el exterior del local de la calle Pórtico de San Andrés, 11), que acaba de abrir sus puertas y que ofrece a los coruñeses y visitantes una gran variedad de especialidades de las cocinas siria, libanesa y venezolana. Se trata de un negocio familiar, en el que también trabajan sus hijas y el joven Kevin, muy cercano a la familia.
Elhalabi se ha dedicado toda su vida a la hostelería y tras una aventura hostelera en Valdoviño (Ferrol), ha decidido probar suerte en el centro de A Coruña. Está decidida a aprovechar la oportunidad y dejar atrás momentos complicados del pasado en Venezuela, donde dos hermanos murieron por atracos en sus propios negocios y ella misma estuvo en peligro por la misma razón. Una oración en árabe en una de las cristaleras del local ha llamado la atención estos días de muchos curiosos que paseaban por la zona, todo un reclamo para entrar al interior a curiosear y probar los numerosos platos de la carta, todos ellos de cocina casera.
El origen del nombre se debe a que Al Wahab significa "tener un don y generosidad", explica la responsable, uniendo así "el lado espiritual y material". En este inicio en la ciudad, de momento disponen de comida venezolana y pollo por encargo en Just Eat, mientras que la comida árabe se sirve en el propio local.
Sabores ácidos, especias y cuidadas elaboraciones
Sobre la cocina libanesa y siria, Laila explica que se centra en sabores ácidos como el del limón, que se utiliza en ensaladas junto con aceite de oliva y toques de perejil y hierbabuena, además de aderezar otras especialidades con yogur griego (para los veganos elabora el yogur con leche de almendra, soja o coco). El Shawarma es uno de los platos principales y ella misma lo define como "una especie de kebap con carne fileteada y salteada en la plancha, adobada con especies árabes y con un toque de cardamomo". Un pan frito tostado que se sirve picado en trozos con sésamo por encima y frutos secos fritos en mantequilla (piñones, almendras, nueces…) es otra opción, todo ello adornado con granada y perejil para destacar el aspecto sabroso y la vistosidad del plato.
El hummus con carne y piñones también forma parte de la carta, además de cremas como la elaborada con pimiento del piquillo y salsa de granada, en la que se muele el pimiento junto a las nueces hasta que queda una crema como resultado. El Baba Ganoush es una berenjena asada con salsa de sésamo y otra de las variedades a elegir es el kebap propio de la casa, es decir, pinchos de carne picada para facilitar que se comparta, servidos con una salsa de tomate, cebolla y ajo licuada con especias y que se utiliza posteriormente para "pintar" la masa de pan.
El popular Falafel también se sirve en el Al Wahab, es decir, croquetas de garbanzos o habas; además del Kibbe, empanadillas al estilo árabe con una masa a base de trigo, carne y especias como el orégano o la albahaca y rellena a su vez con carne, piñones, nueces y cebolla. Se sirve todo el conjunto frito.
Arepas y tés sirios, libaneses o palestinos
La carta del restaurante contiene especialidades venezolanas como las arepas. Uno de los tipos es la Reina Pepiada, con pollo asado, aguacate, queso y mayonesa, servida con una ensalada de repollo, maíz y zanahoria para aportarle un toque dulce. Paralelamente, se pueden comer unas bolas que imitan a las arepas en su composición y que están rellenas de queso cheddar. De cocina tradicional, figura el pollo Broster (pollo rebozado) o alitas con salsa estilo Búfalo (agria y dulce a partes iguales), con una marca personal que une la cocina árabe y venezolana. A la hora de realizar el rebozado, Laila opta por las semillas, ya que considera que "añaden más valor nutricional’ a los platos.
Por su parte, las croquetas se realizan de una manera especial, ya que se añade en la bechamel pimienta negra y nuez moscada o también un toque picante a las de jamón. "No quiero hacer lo de siempre", defiende la responsable del local. Para aderezar la comida o como sobremesa, es posible tomarse tés sirios, libaneses o palestinos, que se acompañan con salvia o hierbabuena. Para la elaboración del té original sirio, se mezcla canela, cardamomo, nuez moscada, jengibre o anís dulce, de manera que se hierve todo y se sirve en una taza con nueces. Para los meses de calor es adecuado el raspado (en Venezuela), más conocido en España como granizado, y los sabores pueden ser desde tamarindo hasta la fresa pasando por maracuyá.
La Chicha es otra bebida típica venezolana que se puede consumir como sobremesa y está elaborada a base de arroz, leche y canela; además de la Cocada, compuesta por coco, agua y leche de coco y hielo. Sobre la calidad-precio, una comida para dos personas en el Al Wahab supondría un total de 20 euros y si se trata de especialidades árabes en su mayoría, unos 30, debido a que se trata de una cocina con largas y exigentes elaboraciones y productos como los piñones con precios elevados.