A principios de los años 90, Bebeto deslumbraba en Brasil y estaba preparado para dar el salto a Europa. El delantero lo tenía hecho con el Borussia Dortmund, pero Lendoiro viajó al país sudamericano para convencerlo. Allí, le dijo a su mujer que en Alemania hacía mucho frío y que la playa de Riazor era una pequeña Copacabana y así terminó por convencerlo. No queda claro si más brasileños han encontrado similitudes de su país con A Coruña, pero resulta curiosa la pequeña colonia de locales de hostelería que hay en el barrio de Os Mallos.
Comenzamos nuestro viaje por este "pequeño Río de Janeiro" en la calle Europa. Aquí se sitúa el Mesón Sobrado, un local brasileño que fue pionero en la ciudad. Al frente del están Suso y su mujer Leide, que es brasileña. En este establecimiento empezaron en 1998, primero dando comida típica española, pero a los seis meses empezaron a preparar comida brasileña, lo que se convirtió en una seña de identidad del local. Entre sus elaboraciones más destacadas no puede faltar la feijoada, un plato típico a base de frijoles y carne de cerdo, y la picaña, un tipo de corte que hace que la carne esté más tierna y sabrosa. También destaca las coxinhas, que tienen un aspecto similar a las croquetas y se elaboran con pollo. El local es frecuentado por brasileños y también por gente latinoamericana que disfruta de estas elaboraciones. "Antes era difícil conseguir algunos ingredientes, pero ahora llegan muchos productos desde Brasil", destaca Suso.
A unos cinco minutos, tenemos el Café Bar Alegría en la calle Francisco Catoira. Al frente está William que abrió este local junto a su madre hace unos años. El hostelero nació en Brasil pero vino con su familia a A Coruña cuando era pequeño. Se dedicó siempre al mundo de la hostelería y se decantó por esta zona porque vivía enfrente y siempre le ha gustado el barrio, según cuenta a Quincemil. Aunque William no tiene tantas elaboraciones brasileñas como sus vecinos, sí que tiene una que es su seña de identidad: el pastel de feira. Esta elaboración es típica de las ferias de su país natal y hace que muchas personas pasen por el local a propósito para disfrutarla. "Los locales brasileños de la zona nos conocemos y siempre nos echamos una mano. Cada uno tiene su estilo, no nos pisamos y nos respetamos", afirma.
En la misma calle tenemos un restaurante que causa sensación, el Tropicaña, que recientemente abría un segundo local en O Burgo. Hablamos con su responsable, Carol, que recuerda que en sus inicios se llamaban Mallorca, pero que el cambio al nuevo nombre les permitió identificarse mejor como un local de comida brasileña. Por supuesto, la feijoada y la picaña son los emblemas del lugar, pero también hay otras ricas degustaciones como la joroba de buey o las pizzas. "Entre nosotros nos conocemos y nos ayudamos, la mayoría de brasileños son buena gente. Además de locales de hostelería también hay otros establecimientos como salones de uñas o centros de estética regentados por brasileños en la zona", destaca Carol, que pone en valor el aumento de la clientela local y señala que "hay mucho cariño de los gallegos hacia la cultura brasileña".
Nuestra última parada es El Rincón del Sabor, que cumplió hace unos días su tercer aniversario. Al frente del establecimiento están una madre y una hija, Luana y Alexandra. Cuando ellas llegaron a la ciudad, sus compatriotas ya llevaban años establecidos, lo que llamó su atención para instalarse en la calle Mariana Pineda. Además de las brochetas de picaña, si pasas por este lugar deberías probar las hamburguesas. "Las hacemos con mucho bacon, huevo, salchicha… lo que aquí llamáis una hamburguesa completa nosotros le llamamos una simple", comenta entre risas la dueña del establecimiento.
Alegría, amabilidad y ganas de disfrutar de la vida y de la comida. Tres características que trasmiten estos establecimientos y sus responsables, que permiten con su comida hacer que mucha gente se sienta por un momento en casa, y que muchos coruñeses y coruñesas puedan descubrir la gastronomía de este país, al que la emigración, el idioma o los goles de Bebeto, siempre nos hicieron sentir muy cerca.