La mítica pulpeira A Nova Lanchiña de A Coruña cierra uno de sus locales por jubilación
Ester López, el alma de la pulpeira, se toma un merecido descanso tras décadas de trabajo. Fundó el establecimiento en 1976 junto a su marido y ahora continúa al frente de la parte más renovada su hijo, con un aire más fresco de vinoteca y especialidades como raxo o postres caseros
30 enero, 2024 21:55Hay pulpeiras populares en A Coruña y luego está A Nova Lanchiña, todo un clásico. Tras una ampliación en 2015, el negocio contaba desde entonces con dos locales muy próximos, ambos situados en el barrio de Os Mallos, en las calles Capitán Juan Varela y Eusebio da Guarda, y precisamente el primero de ellos ya no tiene actividad.
Así lo han confirmado desde el propio local, que apuntaron que la parte más antigua del negocio cerró en noviembre debido a la jubilación de Ester López, el alma de A Lanchiña, que abrió las puertas del local en 1976 junto a su marido y a su hermano. Independientemente de ello, su hijo y cabeza visible del establecimiento desde hace tiempo continúa al frente y la actividad en el comedor sigue siendo frenética.
Esta parte más nueva del local, denominada A Nova Lanchiña II, agrada a un público más joven y la parte de la vinoteca le da un aire más fresco. El espacio que ha cerrado hace un par de meses era el local original, al que solían acudir comensales más mayores que son clientes de siempre. La buena fama ha sido trabajada durante décadas, con 150 raciones de pulpo servidas diariamente, dos comedores llenos al mediodía y por la noche con una media de 240 comensales y un menú con productos de la tierra.
Al margen del buen pulpo (a la gallega, á feira, a la plancha, en vinagreta…), son muy aclamados pimientos de padrón, el raxo y los mejillones en escabeche. Apuestan por los vinos gallegos (servidos en cunca), entre los que destacan Ribeiro blanco y tinto y sus vinos embotellados de Rioja, Albariño, Mencía o Godello. Los postres caseros son otro de los atractivos (crema catalana, arroz con leche, las populares filloas con miel, nata, caramelo o Nutella; tarta y helados), además de café de pota.
La idea de montar la pulpeira se remonta a la pasión que López y su marido (fallecido hace unos años) profesaban por el pulpo, un alimento del que se consideraban "unos gourmet de primera línea". El nombre del local surgió a raíz de querer diferenciarse de otro negocio próximo que ya cerrado, la pulpeira A Lanchiña.