En la Avenida Primo de Rivera número 11 sobrevive uno de los negocios históricos de la ciudad, el bar O Nucedo, que lleva 55 años con las puertas abiertas. Actualmente están al frente los hermanos Moreta, Antonio y Jesús, que tomaron el testigo a su padre cuando dejó el negocio oficialmente en 1992.

El nombre se debe a los orígenes de la familia, naturales de un pueblo de Ribeira de Piquín y la historia del negocio comenzó a escribirse cuando el padre de los hermanos se puso tras la barra en el 69, un ganadero sin experiencia en hostelería que quería darle a los suyos un futuro mejor.

En el bar parece que no ha pasado el tiempo, sobre todo por la decoración y el ambiente, algo poco usual ya en una ciudad en expansión como A Coruña con aperturas de nuevos negocios hosteleros periódicamente. Lo que más se sirve son chupitos de licores, café, cerveza y bocadillos. "No damos comidas, pero chorizos de aldea con huevos fritos es una de las excepciones y también bocadillos de jamón, chorizo u otros tipos de fiambre", explica Antonio Moreta.

El Nucedo siempre ha estado muy ligado a la gente del mar, en especial hace décadas, cuando tal y como señala el actual responsable "el muelle de A Coruña estaba en pleno esplendor y el bar estaba día y noche a tope de gente". "No daba tiempo a dar comidas cuando el muelle era el número 1 de Europa. Vendíamos un jamón al día en bocadillos", rememora con nostalgia.

Actualmente uno de los más solicitados es el de panceta de la aldea, ya que no han perdido las buenas costumbres a pesar del paso del tiempo. "Cuando era la época del bonito venían los boniteros porque nos conocen de Galicia a Irún. Llegaban a horas tempranas de la mañana a tomar huevos con chorizo para recuperar", asegura.

Servicio 24 horas, obras de artistas locales y exclusiva colección de posavasos

El responsable del bar O Nucedo.

El Nucedo en tiempos del padre de los actuales dueños era un local de servicio casi 24 horas y que abría sus puertas a las 04:30 horas de la mañana, para así satisfacer las necesidades de los marineros tras sus exigentes jornadas en el mar. De hecho, en el local hay una parte superior a la que se accede con una escalera de madera que era donde habitualmente el progenitor de los Moreta dormía unas horas antes de volver a reanudar la actividad.

Ahora abren a las 05:30 horas de la mañana y cierran a las 19:00 horas, salvo desde el sábado al mediodía al lunes que cierran por descanso. "Aquí vacaciones jamás, mi padre se murió sin vacaciones", dice Moreta. La decoración del bar llama la atención por la mezcla de estilos y cuadros poco habituales para un establecimiento de este tipo. Las coloridas pinturas son obra de artistas locales e incluso cuentan con un original alienígena de un artista que frecuenta el bar que decidió exponerlo allí, a la vez que consiguió así un lugar para guardar la escultura.

A todo ello le acompaña una fotografía del hundimiento del Prestige con el casco partido en dos sobre el mar y algunos chorizos y jamones que cuelgan del techo. Una de las partes más curiosas es en la entrada, donde lucen expuestos decenas de posavasos que Moreta dice que "le costó muchos cubatas conseguir". Pertenecen a distintos locales de ocio nocturno gallegos y de distintos puntos de España y el responsable del local destaca especialmente algunos como el del Caballo Loco, un antiguo pub de la plaza de Santa Lucía de la ciudad herculina.

En el bar también se sirven vinos pero no es lo más demandado. "Hay clientes que llevan viniendo desde el 75 y ha venido gente de fuera a la que le han hablado de nuestro bar y dijeron que era especial porque en Europa son todos iguales", cuenta el dueño. Sobre los precios, son populares: un bocadillo 3,80 euros aproximadamente, un café 1,20 euros, la cerveza 2,20 y chupito de licor 2 euros.

"Esto tiene vida limitada, se muere"

"Cuando nos jubilemos se acabó, nos quedarán unos seis años de negocio. No hay relevo en la familia porque mis sobrinos van por otro camino, esto tiene una vida limitada, se muere", lamenta Moreta tras la barra. La capacidad del local es reducida, ya que además de la barra cuenta apenas con seis mesas y dos barriles.

Asimismo, las cuatro paredes del bar Nucedo han visto mucho en estos años y han acogido a personalidades destacadas, sobre todo del mundo de la política. Tal como cuenta su responsable han hecho parada en el bar en su momento Adolfo Suárez, Paco Vázquez, Beiras y hasta Leopoldo Calvo-Sotelo tras finalizar su etapa en el Gobierno.