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Una niña feliz con sus abuelos
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El desayuno típico en Galicia que todo niño toma en casa de sus abuelos: un manjar que sabe a hogar
Tradición, abuelos y hogar son los ingredientes principales de este desayuno tan típico en Galicia, que algunos también acostumbran a cenar
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Galicia es cultura, arte, gastronomía, naturaleza y, sobre todo, es hogar, y de eso saben mucho nuestros abuelos, quienes se han encargado de transmitir de generación en generación las mayores y mejores tradiciones que persistirán durante siglos en la terriña, y que está en nuestras manos mantener para no perder nuestra identidad y lo que nos hace diferentes como gallegos. Si los abuelos deberían ser eternos, también sus historias, costumbres y sabudiría. Y es que, conociendo la popularidad del pan gallego, seguro que no hay ningún niño de la comunidad al que sus abuelos no le hayan preparado este manjar de desayuno, o de cena.
Uno de los desayunos más tradicionales y típicos de Galicia lo inventaron ellos. Sin complicaciones ni recetas extralargas, solamente necesitas el cariño y la mano experta de tu abuela para disfrutar de un manjar que estará listo en menos de un minuto. Un estupendo legado que nos dejan nuestros mayores y que refleja la personalidad de Galicia.
"Sopas de pan" o "Tazada", exquisitez de las abuelas gallegas
Pan de maíz, pan de broa, pan de Cea, pan de Ousá, pan de Neda o el pan de Carral, entre otros, son algunos de los panes más conocidos y principales protagonistas de la popularidad de Galicia gracias a su espectacular calidad. Y es que ya sea para acompañar o para incluirlo en alguna receta, el pan es esencial en todas las mesas gallegas. Y, sino, que se lo digan a nuestros abuelos.
Conocido popularmente como "sopas de pan", aunque en algunas zonas de Galicia lo conocen como "tazada", o incluso "migas", es un desayuno que consiste en llenar de leche caliente un tazón de buen tamaño y mezclarlo con trozos de pan y cacao en polvo. ¡Listo! Este manjar exquisito que podría haber inventado tu propia abuela o abuelo ya está listo.
Sin duda, es un desayuno que evoca a nuestra infancia, a cuando éramos pequeños y dormíamos en casa de nuestros abuelos. Todos sabíamos que al despertarnos íbamos a tener nuestra taza caliente de sopas en la mesa preparada para comer en milésimas de segundo. La sabiduría y consejos de los mayores siempre hay que tenerlos en cuenta, por eso, si tu abuelo/a te dice que lo dejes reposar para que el pan se empape más de leche, ya sabes lo que tienes que hacer.
Un desayuno riquísimo que sabe a hogar y a recuerdos y que, sobre todo, nos despierta esa morriña por la nostalgia de nuestra niñez, en la que el cariño de los abuelos y abuelas siempre estuvieron presentes.
Algunas variaciones de las sopas
Aunque antiguamente lo más habitual era tomar sopas de leche con pan, con el paso de los años se han añadido otros ingredientes que le dan un nuevo toque a este exquisito manjar. En épocas más complicadas en las que, quizá, no había tanto dinero, había quien le añadía la cascarilla del cacao para darle un extra de sabor. Otros, en cambio, preferían echar algunas cucharadas de café o del propio cacao.
Más allá de nuestras fronteras también es habitual esta mezcla, aunque en esta ocasión se suele reemplazar el pan por las galletas. Y no es para menos, ya que si no se hace con pan gallego, no sabe igual. Y eso es algo 100% real para todo abuelo, abuela, padre, madre, niño y niña de Galicia.