Comida tradicional y de calidad en O Gato Negro, la taberna centenaria de Santiago de Compostela
- Su apuesta por la tradición, los productos de calidad y de temporada y el trato cercano con el cliente son algunos de los motivos que han convertido esta taberna en uno de los lugares de culto en Compostela
- Más información: La Guía Repsol premia la tradición en Santiago con dos 'Soletes': "No esperaba que fuera tan rápido"
En 1922 abría sus puertas en la rúa da Raíña, en pleno casco histórico de Santiago de Compostela, la taberna O Gato Negro. Un siglo después y gracias al trabajo y al esfuerzo de cinco generaciones, este negocio familiar se ha consolidado como uno de los lugares de culto en la capital gallega.
En un primer momento, la tasca se dedicaba a vender vino -en su mayoría, excendentes de la zona de O Ribeiro- y embutidos. Después de una década, a finales de los años 30, la segunda generación a cargo del negocio empezó a dar comidas tradicionales como chocos en tinta, almejas en salsa, empanadas o hígados encebollados, platos que aún continúan en la carta.
En la actualidad, Xoán Costoya, tataranieto del fundador, es el responsable de O Gato Negro. Tras crecer sirviendo tazas cuando apenas llegaba a la barra y pasar sus últimos 22 años en el establecimiento, ahora junto a su mujer es el encargado de mantener la esencia de esta taberna centenaria bajo la premisa de "calidad y constancia". "Por una parte, mantenemos nuestros platos tradicionales y además contamos con bivalvos y mariscos de temporada como navajas, almejas, mejillones, centollos, nécoras o bueys", explica Costoya.
Si algo ha identificado a O Gato Negro a lo largo de sus 103 años de historia es la apuesta por la tradición, el trato cercano con el cliente y sus productos de calidad y temporada. "Menos el pulpo, traemos todo de la praza de Abastos, donde vamos a comprar prácticamente cada día", apunta el responsable.
Además de materia prima de primera calidad, ofrece una gastronomía donde todo se elabora a mano, desde cero. "Las empanadas las amasamos y horneamos aquí, el caldo tiene sus cinco horas de cocción, las zamburiñas las abrimos nosotros...", explica el responsable del negocio. En cuanto a los vinos, siguen ofreciendo el vino de O Ribeiro en barril, característico de la taberna, así como Albariño, Ribeiro o Godello, entre otros.
La tradición y la calidad de su gastronomía no solo le ha permitido sobrevivir a guerras y pandemias mundiales, sino que ha sido capaz de conquistar un público muy heterogénero, entre los que destacan santiagueses, turistas y estudiantes. "Ahora vienen los hijos y nietos de personas que estudiaron en Santiago hace años y que también venían aquí", destaca Costoya, para quien la base es que "no estamos cerrados a ningún tipo de clientela".
Con una capacidad para cerca de 40 personas, O Gato Negro abre de martes a sábado, de 12:30 a 15:00 y de 19:30 a 23:00 horas. Su responsable explica que otro de sus objetivos es lograr la felicidad de todo el personal.
Premiado por la Guía Repsol
El pasado mes de noviembre, la Guía Repsol reconocía a la taberna compostelana con uno de sus 'Soletes con Solera'.
Un reconocimiento que pone en valor su tradición culinaria y su apuesta por mantener su esencia a lo largo de los años. "Es un reconocimiento a todos, no solo a mi sino a las generaciones anteriores", destaca Xoán Costoya.