¿Es viable identificar las cacas de perro con pruebas de ADN en A Coruña?

Las cacas de perro en la calle son un problema en muchas ciudades. La falta de civismo de algunos propietarios de estos animales hace necesarias las sanciones, que la ordenanza municipal establece como leves y que pueden alcanzar los 750 euros. Sin embargo, es inviable sancionar in fraganti a todos y cada uno de los usuarios que incumplen la normativa. De hecho, en A Coruña hay 60.000 perros registrados con microchip y en 2019 solo se pusieron 20 multas.

Una de las soluciones que se está implantando en varias ciudades de España son las pruebas de ADN que identifican las heces con el perro y, a su vez, con su propietario. Málaga o Zaragoza son ciudades pioneras en esta medida. Los dueños tienen que facilitar una muestra de ADN de su mascota en el veterinario para conformar una base de datos. Esta recogida suele estar subvencionada por los ayuntamientos al menos durante un tiempo limitado a modo de incentivo y da lugar a un censo paralelo al registro obligatorio a través del microchip.

La Policía Local de A Coruña reclamó en alguna ocasión este sistema que se prueba en España desde 2017. En total, son más de 25 ciudades las que han implantado el método y 40 las que están elaborando una base de datos con el material genético de los animales. El objetivo de esta inversión no es solo imponer sanciones, sino también ayudar a la localización de animales perdidos o abandonados.

Un proyecto con lagunas

Aunque la idea parece ideal, la práctica puede plantear más complicaciones. La inversión para financiar las recogidas de ADN tendría que ser importante, porque en A Coruña había en torno a 25.000 canes con microchip en 2019, y no se puede garantizar que todos los dueños accedan a ofrecer esa muestra de ADN.

"Si un propietario quiere abandonar a su perro no le pone microchip ni tampoco se preocuparía por dar la muestra de ADN", indica la presidenta de la plataforma Somos Pet Friendly, Mónica Cubeiro. La responsable de la web no está convencida de que esta medida sea la más viable y propone otras opciones: "En mi opinión se debería buscar la manera de que los ciudadanos sean los que colaboren en la denuncia de estas acciones".

La presidenta de Pet Friendly también duda de la seguridad del método de recogida del ADN de los excrementos. No queda claro quién sería el responsable de hacerse con la muestra, guardarla y enviarla al laboratorio. Eso sin considerar el coste que todo esto supone sin garantizar que la caca recogida sea 100% fiable. "Podría darse el caso de que mi perro haga pis sobre la caca de otro y al recoger la muestra me carguen a mi la multa", plantea Cubeiro. El protocolo en las ciudades que está activo este sistema prevé que, en caso de detectar dos materiales genéticos en la misma muestra, no se sancione a ninguna de las partes.

Esta medida, en todo caso, debe precisarse muy bien antes de llevarse a la práctica. Las sanciones a los infractores deberían compensar los gastos derivados todo el proceso para que sea viable.