Peludiños Felices, alfombras olfativas para mascotas nacidas de una cuarentena en Santiago
A raíz de una cuarentena, Alicia empezó a crear y vender alfombras olfativas, pensadas para estimular a los perros mientras buscan premios o comida entre sus hilos, mejorando su olfato y ayudando con problemas de ansiedad, miedo o estrés
3 mayo, 2022 18:30Hace apenas mes y medio que Alicia Sánchez, una vecina de Santiago, estuvo en cuarentena tras dar positivo por Covid-19. Entonces decidió aunar su formación y su amor por los animales para llenar las horas: empezó a tejer alfombras olfativas para sus dos perros y sus dos gatos.
"Por aburrimiento o por desesperación empecé a hacerlas para distraerme y gustaron tanto que decidí empezar a hacer publicidad con papeles en el barrio y en veterinarios y desde entonces no paro, en cuanto termino una empiezo otra", explica a Quincemil la creadora de Peludiños Felices, el nombre bajo el que ofrece estos productos.
Las alfombras olfativas son de las herramientas más útiles para los perros: se trata de alfombras entre cuyos hilos se pueden esconder premios que no pueden localizar a simple vista, lo que hace que los más pequeños aprendan a olfatear, que los mayores estimulen ese sentido y, en general, ayudan a combatir el estrés, el miedo o la ansiedad.
"El olfato es la forma natural que tienen los perros de reconocer lo que les rodea: si un perro no olfatea en sus paseos, probablemente sea porque tiene algún tipo de problema emocional o en su entorno", detalla Alicia.
Desde la puesta en marcha de esta iniciativa, bautizada como Peludiños Felices, no ha parado: primero hizo alfombras para sus vecinos, pero ya ha realizado envíos a Madrid o a Barcelona gracias a la difusión por redes sociales.
Los encargos se hacen a través de WhatsApp -633812397- o de las propias redes sociales de Peludiños Felices y las alfombras pueden ser de cualquier tamaño, adaptándose a la raza y a las necesidades del usuario, ya sea un perro -principalmente- o un gato. También es posible encargar mordedores.
El funcionamiento es muy simple: basta con esconder premios o su comida entre los hilos de trapillo de la alfombra para que el perro tenga que olfatear para buscarlos. Dependiendo de la práctica que tenga y de cómo se esconda puede tardar más o menos.
"Es muy útil cuando tienes un cachorro: ellos necesitan olfatear, pero cuando salen a la calle hay tantos estímulos que a veces no lo hacen; con estas alfombras pueden aprender en casa", explica Alicia.
También puede ayudar a los perros que comen con ansiedad a bajar el ritmo de ingesta de alimentos, mientras que también permite llevar mejor la ansiedad por separación a aquellos que se ponen a ladrar en cuanto se quedan solos en casa.