Leer el microchip de mascotas muertas en vías públicas, obligatorio en Galicia desde enero

La lectura del microchip en la recogida de animales muertos en vías públicas será obligatoria en Galicia desde enero. Así lo ha anunciado este martes la conselleira de Medio Ambiente, Territorio e Vivenda, Ángeles Vázquez, durante una visita realizada a la protectora Gatocan, en Coirós (A Coruña).

La nueva medida se ha dado a conocer después de que la entidad lanzase una recogida de firmas en Change.org a raíz del fallecimiento de Lucho, que murió durante la noche de San Juan tras huir de su hogar asustado por la pirotecnia y que no fue localizado por su familia hasta varios días después. La campaña "No somos residuos, somos familia" logró sumar el apoyo de numerosas personas que hoy celebran la noticia.

Alfredo y Sabela Calderón (familiares de Lucho), la presidenta de Gatocan, Beatriz Martín, y la encargada de redes de la entidad, Teresa Prado, recibieron esta mañana a Ángeles Vázquez y a la Directora Xeral de Patrimonio Natural, Belén do Campo. Ambas visitaron el refugio de la entidad y "conocieron a varios peludos" en una jornada en la que se hizo oficial esta medida que se efectuará a través de la ley de acompañamiento a los presupuestos de la Xunta para 2023.

Los propietarios se harán cargo del animal fallecido

El servicio de recogida, por tanto, deberá leer de forma obligatoria el microchip de los perros y gatos que aparezcan muertos en la vía pública de cara a comunicárselo a sus dueños. Esto permitirá a las familias de las mascotas fallecidas conocer su desenlace y decidir qué hacer a continuación.

Y es que hasta ahora, la empresa de recogida llevaba los cuerpos hasta un almacén. "En el momento en el que se llena el arcón congelador, se incineran", explica la responsable de redes de Gatocan, que añade que la lectura del microchip permitirá a los dueños del animal decidir si quiere llamar a un servicio para incinerarlo y tener sus cenizas, por ejemplo.

Precisamente, la conselleira de Medio Ambiente indicó que los propietarios tendrán "la obligación" de hacerse cargo de la gestión y tratamiento de sus restos. "De manera que ellos le den esa despedida adecuada que todos queremos para el que consideramos nuestra familia", añadió Vázquez, según declaraciones que recoge Europa Press.

La reforma, además, facilitará que los dueños puedan comunicar al registro la baja de la mascota y permitirá avanzar en la investigación de posibles robos. "Es un pasito más hacia el bienestar animal y hacia el reconocimiento de los derechos de los animales", celebra Prado.