Animales y seres humanos tenemos mucho que aportarnos mutuamente y eso es algo que tiene claro la Fundación María José Jove, pionera en realizar actividades terapéuticas con perros en Galicia. Este año ha puesto en marcha un nuevo proyecto llamado AyudanDOG, mediante el que personas con enfermedad mental participarán del cuidado de perros abandonados. Emma Justo, responsable del área de salud de la Fundación, asegura que "la terapia con perros saca lo mejor de cada persona" y "es muy beneficioso a nivel mental para para cualquiera".
Este programa se realiza en colaboración con el refugio Gatocán y el centro de educación canina de Candamín, y los participantes son personas usuarias de Asociación Pro Enfermos Mentales (APEM) con edades comprendidas entre los 19 y 45 años y cuyas capacidades de concentración, atención y funciones ejecutivas y de movilidad se encuentran preservadas.
"El objetivo principal del programa es ayudar a las personas que tienen una enfermedad mental a adquirir responsabilidades a través del cuidado de perros abandonados", explica Justo. Así, uno de los objetivos del programa es "mejorar la autonomía y responsabilidad" de estas personas "para fomentar la inserción social y laboral".
La responsable del área de salud de la Fundación detalla que las personas con enfermedad mental diagnosticada a menudo "tienen problemas para mantener un compromiso a largo plazo", por lo que les resulta beneficioso disponer de actividades programadas en su día que les aporten esa organización. "Se trata de establecer una rutina para ellos, que sea de cierta forma atractiva para que ellos adquieran la rutina de levantarse e ir al programa", señala.
La Fundación es pionera en este tipo de terapias con animales y a lo largo de todos sus años de experiencia han comprobado que este trabajo produce "una mejora muy importante a nivel emocional". "En la Fundación creemos que las terapias con perros sacan lo mejor de cada persona y es muy beneficioso a nivel mental para cualquiera", reitera.
Además, el beneficio es mutuo: "las personas que participan del programa ven mejoradas sus capacidades y su autoestima, y los perros a su vez se benefician de su cariño y cuidados", relata Justo.
"Ya estamos viendo resultados"
El programa se llevará acabo los martes por la mañana, cuando el grupo seleccionado por APEM irá al refugio Gatocán. Serán en total ocho personas con edades comprendidas entre los 19 y los 48 años. "Nuestra idea realmente es darles una ocupación a ellos a través de las terapias asistidas con animales", explica por su parte Lucía Lombardía, terapeuta de Candamín.
Sin embargo, "no va a ser una terapia al uso como estamos acostumbrados a ver", matiza, "sino que realmente lo que vamos a hacer son labores de trabajo", de modo que las/os participantes colaborarán con el refugio como si fueran voluntarios, dando de comer a los animales, limpiando caniles y patios, o preparando las camas. Con ello, "el objetivo es que a través de ese trabajo reciban mucho cariño y se sientan productivos".
"Estamos buscando empoderar a la persona, ofrecerle nuevas salidas laborales, para posibles proyectos que puedan salir en un futuro y, sobre todo, que se sientan útiles", relata.
En ese sentido, la terapeuta explica que con este tipo de patologías las personas ven alteradas sus habilidades sociales y sensación de autonomía para realizar los cuidados básicos, como el aseo o la alimentación, de modo que el programa les hace ver "que están ayudando a otros a hacer esas cosas, y se ven capaces de hacerlo para ellos mismos". "Eso es muy importante para que una vez que establezcan su rutina dentro de este trabajo, la puedan llevar a su día a día", añade.
De hecho, el proyecto lleva realizadas ya dos sesiones y Lombardía cuenta que "ya se están viendo resultados espectaculares". "Se lo están tomando como algo súper positivo, van muy contentos", asegura.
Menores en situaciones de violencia de género
La Fundación también desarrolla otro programa de intervención asistida con perros a menores expuestos a situaciones de violencia de género. En este caso no se trata de animales abandonados, sino perros de terapia, que acompañan a las/os menores y sus familias. Este programa se llama Venus y se desarrolla también con Candamín.
El acompañamiento de los animales ha demostrado mejorar el grado de ansiedad de estos menores, una intervención que se acompaña de sesiones de orientación familiar. "No hace falta tener una denuncia previa de violencia de género, puede haberla, pero también son casos derivados de los ayuntamientos con los que trabajamos", apunta Justo.
El objetivo fundamental del programa "es dotar a los menores de las herramientas necesarias para paliar su situación y llegar también al ámbito familiar y educativo", explica. En ese sentido, la Fundación quiere ahora reforzar más ese nivel familiar y educativo "porque se vio que solo con la atención a los menores no era suficiente".
El proyecto se desarrolla en los ayuntamientos coruñeses de Cambre, Betanzos y Curtis y además de la terapia asistida, el animal también acompaña a los menores cuando tienen que ir a declarar al Juzgado de Violencia contra la Mujer de Betanzos. "Para ellos es una es una herramienta muy importante porque el juzgado es un ambiente hostil", asegura.
Ahora, el siguiente objetivo es mejorar el aspecto formativo, para lo que realizarán charlas formativas en centros educativos, "para dar a conocer el servicio a los propios docentes, detectar posibles casos de violencia de género y ser una fuente de apoyo para los menores y enseñarles a prevenir o afrontar situaciones de violencia", detalla Justo.