Perro en una playa

Perro en una playa Shutterstock

Mascotas

Consejos para ir a la playa con perros en A Coruña: insolación, ahogamientos y otros riesgos

Los canes tienen una temperatura media de 38 grados, pero puede dispararse rápidamente y llegar a causar la muerte

6 julio, 2024 05:00

Llegado el verano y el buen tiempo es casi inevitable querer disfrutar de la playa y ¿qué mejor que hacerlo acompañado de una mascota? Al contrario de lo que pueda parecer, rebozarse en la arena, bañarse en el mar y jugar con otros peludos puede resultar muy beneficioso para la salud de los perros. Sin embargo, es importante que, antes de realizar una escapada a la playa con nuestro amigo de cuatro patas, adoptemos una serie de medidas de seguridad

El educador canino Octavio Villazala defiende las visitas a la playa como un plan perfecto para verano, siempre que se hagan con responsabilidad. Pone de ejemplo la natación, que "es un ejercicio buenísimo y de lo más completo", pero que sin la correcta vigilancia por parte del dueño puede terminar en accidente.

A los ahogamientos se suman otros riesgos como los golpes de calor. Los canes tienen una temperatura media de 38 grados, pero puede dispararse rápidamente e incluso causar la muerte.

Altas temperaturas y golpes de calor

A lo largo del verano es habitual encontrarse en la playa alguna persona quemada por los rayos del sol o que ha sufrido una insolación. Por raro que parezca, los mismos problemas que tienen los humanos pueden afectar a las mascotas.

Dependiendo de la raza de perro de la que se hable, el calor afectará de una manera u otra. El peso, el tipo de pelaje o el tamaño son factores que determinarán el grado de tolerancia que tenga el animal al calor. 

En líneas generales, lo recomendable es que ningún perro esté expuesto más de 30 minutos seguidos al sol. Es decir, es importante contar con algún punto de sombra en el que puedan regular su temperatura si así lo desean. Octavio Villazala recomienda que, del mismo modo que los dueños llevan una sombrilla para ellos mismos, sumen otra para su amigo. 

Imagen de archivo de un perro con su dueña en la playa.

Imagen de archivo de un perro con su dueña en la playa. Shutterstock

Las viseras para perros también pueden ser una opción interesante para días de calor extremo. Vestir a un can con prendas de humano puede resultar gracioso, pero no hay que olvidar que estas deben tener un fin concreto. Nunca debe ser una excusa para humanizar al animal. "Por ejemplo, las gafas de sol no sirven para nada", comenta Villazala. 

A la hora de regular la temperatura del animal también es necesario que esté hidratado. Tener agua a mano es indispensable cuando se habla de pasar un día en la playa con un perro. Además, el líquido debe estar fresco. Un truco para mantener el agua fría es llevar una nevera o poner algunos bloques de hielo en el recipiente. 

A pesar de tomar todas las medidas necesarias para evitarlos, los golpes de calor pueden aparecer. Para saber que tu mascota está sufriendo uno es importante atender a las señales. Los jadeos, ojos en blanco, temblores y desmayos suelen ser los síntomas más habituales. En estos casos lo recomendable es rebajar la temperatura media de forma progresiva realizando un enema, envolviéndolo en toallas frescas (que no heladas) y dándole de beber poco a poco.

Bañarse en el mar 

Razas como los labradores y los golden retriever adoran pegarse un chapuzón. Y es que la natación es uno de los ejercicios físicos más completos que pueden hacer los canes, cuenta Octavio Villazala.

Si a tu mascota le gusta nadar en el agua no debes preocuparte, es un gran hobby siempre que lo supervises. Eso sí, tampoco debes forzarle a hacer algo que no quiera. "No podemos olvidar que hay perros a los que no les gusta bañarse. Nunca hay que obligarles a entrar en el agua, que se metan si ellos quieren", aclara el adiestrador canino consultado por Quincemil.

Lo cierto es que hay razas que nadan mejor que otras. Algunas incluso logran aguantar un poco la respiración. En el mercado existen productos caninos como flotadores o gafas de buceo pensados para proteger la visión de las mascotas. No son necesarios, pero si el can es realmente un apasionado del agua pueden ser una buena inversión.

Un perro en una playa.

Un perro en una playa. Shutterstock

La capacidad de nadar no es innata, por ello es recomendable que antes de adentrarse en el mar practiques con tu perro en otras zonas como una piscina privada o el río. "Hay veces que las olas pueden dar un susto al perro y provocar un trauma", comenta Villazala.

En caso de ahogamiento, dice el adiestrado, es importante poner de lado al can para intentar que expulse el agua que ha tragado. Si vemos que el gesto no es suficiente, también podría llegar a hacerse un boca a boca. "Siempre creando una barrera entre nuestra boca y la del perro, ya que puede tener muchas bacterias", especifica Octavio. 

Después del chapuzón es imprescindible aclarar al animal con abundante agua. El salitre puede llegar a provocar intoxicaciones en los perros y provocar vómitos, diarrea, letargo, dificultad al caminar por el cansancio, sed excesiva, etc. Para evitar estos problemas bastará con duchar al can al llegar a casa

Cómo transportar al animal y otros aspectos a tener en cuenta

A la hora de visitar una playa en verano con una mascota es imprescindible que sea un área canina y que el perro sea sociable. "Es fundamental que no moleste al resto de usuarios. También hay que tener mucho cuidado a la hora de ver cómo se comporta con otros perros o niños", dice el experto. Siguiendo con el civismo, Villazala también hace hincapié en la importancia de recoger los excrementos que el animal deposite en la playa. 

Las playas caninas no son tan numerosas como las de humanos, lo que en muchas ocasiones obliga a uno a conducir para poder encontrar una. A la hora de trasladar al animal también es importante tener en cuneta una serie de consejos para garantizar su bienestar. Es importante instalar una rejilla o trasportín adaptado al tamaño del animal.

Asimismo, es importante realizar paradas cada hora, aproximadamente, y no dejar al animal solo en el coche. "En dos minutos un perro se puede morir. De hecho, si vemos a un perro en un coche, una vez avisadas las autoridades, podríamos romper el cristal para socorrerlo", recuerda el adiestrador canino.