Los perros también sufren síndrome postvacacional: consejos de un educador gallego para paliarlo
El educador canino Octavio Villazala comparte algunas recomendaciones para intentar hacer más llevadera la vuelta a la rutina también a las mascotas
Los perros también pueden sufrir el llamado síndrome postvacacional. Después de unos días fuera de casa y disfrutando de la compañía de sus dueños, la vuelta a casa y a la rutina puede resultarles dura a las mascotas. El educador gallego Octavio Villazala comparte algunas recomendaciones para disminuir ese malestar y explica cómo hacer una vuelta paulatina a la vida normal tras las vacaciones.
"Por supuesto que se pueden afectar y, de hecho, muchísimos perros se ven afectados por el síndrome postvacacional", asegura el educador, que indica que es especialmente notable "cuando hay desplazamientos". Y es que cuando se sale de viaje los canes también deben "adpatarse" al nuevo destino y ese cambio "les cuesta un poquito más que a un ser humano". Lo mismo ocurre si en vez de viajar se quedan en una residencia, ya que "si no están acostumbrados también les va a costar".
A la vuelta ocurre el proceso inverso, y al igual que los humanos, los perros también tienen que volver a hacerse con la casa y, sobre todo, con la rutina diaria. "Si no hacemos un buen traspaso vamos a conseguir que el perro tenga ansiedad por separación porque ha estado las 24 horas con nosotros durante las vacaciones y de repente pasa a una vida normal, y eso al perro no le gusta".
Cómo paliar el síndrome postvacacional
Que lo lleven mejor o peor "va a depender de cómo es el perro, si tiene un temperamento extrovertido, un temperamento tímido, si es un perro territorial, si es un perro muy apegado a sus dueños...", detalla Villazala. Sea cual sea el caso, el educador explica que el síndrome postvacacional se puede empezar a prevenir antes y durante las propias vacaciones.
Para empezar, Villazala recomienda que durante esos días que se pasan fuera "el perro no esté las 24 horas del día acompañado", y dejarle también algunos ratos a solas. "Si estamos con el perro día y noche, lo llevamos a las terrazas, duerme a los pies de la cama... luego a la vuelta no lo entiende y le vamos a crear un trauma".
Así el contraste entre su vida normal y las vacaciones no será tan drástico, especialmente si durante el año el perro acostumbra a estar en casa solo varias horas durante, por ejemplo, la jornada laboral de sus dueños. "Si somos un poco asertivos no tendremos por qué tener ningún problema", asegura.
De cara a la vuelta de vacaciones el educador recomienda volver a la rutina de forma progresiva y darles estímulos positivos en esa transición, es decir, "darles más chuches, más caricias, más atención...". Además, propone hacerlo de forma "más lenta".
"Es mejor no llegar a casa de vacaciones y ya al día siguiente ir a trabajar y dejarlos solos todo el día", relata. Asimismo, aconseja volver a "sacarle por las mismas zonas", y volver poco a poco a sus hábitos de siempre.
Finalmente, Villazala recuerda que "lo fundamental es mantener unas coordenadas con el perro, llevar una vida tranquila y sana con él de forma habitual, y que no tenga problemas de estructura jerárquica ni familiar".