Una alfombra roja al estilo Hollywood da la bienvenida a la colección privada de calzado histórico de Stuart Weitzman, una muestra que podrá visitarse hasta el próximo 7 de enero de 2024 en las instalaciones de la Fundación Barrié (Cantón Grande, 9). Alrededor de 100 auténticas "joyas" sorprenderán y deleitarán a los amantes del mundo de la moda gracias a su inesperado enfoque en la historia de la mujer a través de la colección que el diseñador estadounidense reunió durante tres décadas junto a su mujer Kane Gershon Weitzman.

"Los zapatos de la exposición abarcan desde diseños para ser utilizados en la privacidad del hogar de las mujeres, zapatos que llevaron las sufragistas estadounidenses cuando se manifestaban en las calles, seductores tacones que reflejaban las normas cambiantes de la estética femenina y zapatos profesionales adecuados para las cada vez más numerosas mujeres trabajadoras", señaló la presidenta y directora general de la New-York Historical Society, Louise Mirrer, el día de la presentación de la muestra que puede visitarse hasta comienzos de enero de 2024 en la Fundación Barrié.

Walk this way: La colección privada de calzado histórico de Stuart Weitzman explora las principales tendencias en la historia económica estadounidense, desde la industrialización hasta el ascenso de la cultura del consumo, centrándose en la contribución de las mujeres, con espectaculares piezas que dejarán a más de un visitante con la boca abierta. ¿Cuáles son las piezas más especiales de la muestra? Lo cierto es que el inmenso valor histórico de zapatos que han sobrevivido al paso del tiempo para contar historias del pasado complican esta respuesta, pero hoy en Quincemil te contamos los secretos de algunas de las piezas de la exposición.

Los zapatos del millón de euros

"La alfombra roja de Hollywood fue un momento muy importante para Stuart Weitzman, coleccionista y diseñador al mismo tiempo", cuenta la Fundación Barrié. A comienzos de la década de los 2000, la prensa no se fijaba en los zapatos, pero Weitzman tenía un plan perfecto para solucionarlo: crear los zapatos de 1 millón de dólares, elaborados con un total de 464 diamantes de Cartier. Laura Elena Harring, una de las protagonista de Mulholland Drive de David Lynch, fue la única persona en calzar estos espectaculares zapatos, que marcaron un antes y después. "A partir de ahí, los fotógrafos estuvieron siempre preparados para tener una toma desde abajo". Si bien, cabe mencionar que lo que encontramos en la muestra instalada en la Fundación Barrié es una réplica.

Uno de los zapatos más especiales de la muestra ‘Walk this way: La colección privada de calzado histórico de Stuart Weitzman’ Quincemil

Los zapatos de un princesa de Disney

¿Quién no ha soñado alguna vez con ser una princesa Disney? El escritor y periodista italiano Gianni Rodari reveló que los clásicos zapatos de Cenicienta no eran de cristal, sino de piel de ardilla blanca. Si bien, al ser muy suntuosa fue sustituida por otro material: el pexiglas, un tipo de plástico que ofrece una gran gama de usos y posibilidades. Los zapatos que encontramos en la exposición de la colección privada de Stuart Weitzman fueron diseñados con cristales de Swarovski para un producción de Broadway en la que, evidentemente, el personaje de Cenicienta tenía que bailar.

Zapatos de Cenicienta diseñados con pexiglás y cristales de Swarovski

Los zapatos que calzó Ginger Rogers

Otro de los zapatos por los que merece la pena visitar esta exposición son los diseñados por Sophia Loren, con dos colores de piel que remiten vagamente al mundo del deporte, pero sin perder la elegancia. Se cree que estos zapatos, firmados por 27 miembros de los Yankees en 1941, pertenecieron a una novia de la leyenda del béisbol Joe DiMaggio, Ginger Rogers, identificada como la fan número 1 de los Yankees. Los autógrafos transformaron un par de zapatos corrientes en una pieza única de la historia de este deporte. "Es increíble poder llevar estos zapatos y baile con la música de Fred Astair; es increíble poder caminar con elegancia, pero todavía es más increíble que estén firmados por los Yankees", nos indican desde la Fundación Barriñe.

Se cree que estos zapatos los calzó Ginger Rogers, novia de Joe DiMaggio

La kinky boots diseñadas para un musical

Walk this way: La colección privada de calzado histórico de Stuart Weitzman tan solo cuenta con una sección masculina y una única pieza diseñada por Terry de Havilland, que diseñó piezas para destacadas personalidades del mundo de la música, como David Bowie. "Estas kinky boots se hicieron para un musical que trataba sobre una fábrica que estaba entrando en quiebra, encontrando el heredero de dicha instalación una única solución: dedicarse al mundo del fetichismo y de las drags queens".

Kinky boots diseñadas por Terry de Havilland

Los remotos precedentes del zapato de tacón

El recorrido continúa con un sorprendente remoto precedente del zapato de tacón, la pieza más antigua de la muestra privada de Stuart Weitzman. Pertenecen al Imperio Otomano, concretamente fueron diseñados en el siglo XVIII, y se usaban en los baños turcos para que la planta del pie no tuviese que tocar el suelo, ya que estaba húmedo y resbaladizo. Curiosamente, acabaron convirtiéndose en un símbolo de prestigio y lujo, motivo por el que se fue elevando su altura hasta el punto de que tan solo podían ser usados con la ayuda de un asistente.

Pertenecen al Imperio Otomano y se usaban en los baños turcos

Los zapatos de película

Los zapatos que encontramos a lo largo de la muestra son zapatos de tallas muy pequeñas. ¿Por qué? La razón es muy sencilla: son los que quedan en las cajas. "Cuando un coleccionista busca nuevas piezas y que, además, se encuentren en buen estado, lo que encuentra siempre son las tallas más pequeñas", explica a Quincemil la Fundación Barrié.

Un ejemplo de ello son los zapatos de película que Stuart Weitzman incluyó en su espectacular colección privada. "Tenemos representaciones de los años 50 cuando el cine de EEUU empezó a saltarse el código Hays", un código de censura que determinaba qué producciones se podían ver en pantalla o no. ¿De qué forma los diferentes estudios cinematográficos podían saltarse dicho código? Con históricas bíblicas, como Salomé, el Hijo Pródigo o Sansón y Dalila. Así, los diseñadores tenían más libertad a la hora de diseñar, con zapatos menos cerrados, aunque "al principio era escandaloso".

Sandalias T-straps de noche de la década de los 40

Los zapatos diseñados por una mujer

Aunque a priori parezca no tener conexión alguna, la arquitectura y el calzado están muy vinculadas. "Tiene que contemplar la gravedad, sostener el cuerpo y el movimiento de las personas, además de ser, al mismo tiempo, cómodo", explican desde la Fundación Barrié antes de poner en valor el trabajo de Beth Levin, el zapatero que, en realidad, era una mujer.

"Beth Levine dio sus primeros pasos en la industria del calzado como modelo de zapatos de talla 35. Tras su matrimonio en 1948 con Herber Levine, lanzaron su propio negocio de calzado. Aunque ella era la diseñadora y él el directo de ventas, la empresa se llamaba Herbert Levin, Inc. porque, como ella dijo <", cuenta uno de los paneles de la exposición.

Beth Levine dio sus primeros pasos en la industria del calzado como modelo de zapatos de talla 35

A lo largo de su trayectoria, Levine introdujo diversas innovaciones, como el Spring-o-lator, una banda elástica que ayudaba a fijar los zapatos sin cierre trasero. "Llegó a un acuerdo con el titular original de la patenta, Maxwell Sachs, para que le cediera los derechos exclusivos de producción durante seis meses. Sin embargo, la popularidad de zapatos de tacón de Levine hizo que Sachs vendiese su innovación a otros fabricantes de calzados.