Martina Lubián es una creadora de contenido y fotógrafa gallega que en el año 2018 descubrió que la forma en la que consumía era insostenible y dañina para el medio ambiente. En ese momento decidió hacer un cambio en su vida y desde entonces comparte contenido sobre moda y vida sostenible en sus redes sociales, principalmente en Instagram, mostrando cómo vivir de forma más consciente y respetuosa con el medio ambiente es positivo para el planeta, para nuestro bolsillo e incluso para nuestra salud mental.

Hoy en Quincemil, hemos tenido el placer de hablar con ella para conocerla un poco mejor y descubrir la cara más oscura del fast fashion así como todas las posibilidades que la moda sostenible nos ofrece para hacer del mundo un lugar mejor.

© Dibujo de Gatis Šļūka.

En tu Instagram afirmas que eres "una ex-adicta a comprar por comprar". ¿En qué momento cambias de mentalidad y por qué?

Cuando era pequeña me encantaba la moda. Es innegable que la ropa sirve como forma de expresión para contar quiénes somos y cómo nos sentimos. Entre mi pasión por la moda y los continuos mensajes de sobre consumismo que nos lanza la sociedad (y las necesidades que esta nos crea) mi mente estaba siempre puesta en comprar ropa nueva. Incluso llegué a colaborar con algunas marcas de fast fashion que ahora detesto y que están destruyendo el planeta.

Mi cambio de mentalidad llegó en 2018, cuando me mudé a Londres. Allí empecé unas prácticas para una plataforma de moda sostenible. Evidentemente, en ese momento, no tenía ni idea de qué significaba este concepto, pero, a raíz de investigar un poco sobre este, abrí los ojos ante la oscura realidad que esconde esta industria. Desde entonces decidí no volver a consumir fast fashion y reduje al máximo mi consumo de ropa.

"Cuando tengamos el impulso de comprar, pensemos por qué lo estamos haciendo. ¿Estamos intentando tapar un problema emocional? ¿Estamos aburridas? ¿Nos sentimos inseguras porque vemos en redes que alguien tiene más cosas que nosotras? Comprar por comprar es un parche a nivel emocional".

¿Cuándo y cómo decides comenzar a utilizar las redes sociales para crear contenido sobre moda y vida sostenible?

En mi primer año de carrera me animé a empezar un blog de moda, donde compartía mis looks, las tendencias de la temporada… Todo esto también lo publicaba en Instagram, así que digamos que esos fueron mis primeros pasos en la plataforma.

A raíz del cambio de vida que hice, también cambió el tipo de contenido que publicaba. Mi objetivo era informar a la gente de lo que yo estaba descubriendo, así como también seguir enseñando mis looks – repitiendo ropa, obviamente – y poniendo en valor el reutilizar, cuidar y repetir outfits una y otra vez.

¿Cuál fue la acogida al principio y cómo ha evolucionado hasta ahora?

Al principio no tenía gran repercusión. Publicaba más fotos de outfits, y algunos carruseles con información sobre ciertas cosas, pero no era un contenido tan interesante como ahora. Lo que sí, este cambio en mi contenido, me llevó a conocer a otras personas en mi mismo nicho de moda y vida sostenible.

En el último año, mi contenido ha evolucionado mucho, ya que he sido más constante con mis publicaciones y me he puesto delante de la cámara para comentar noticias y temas importantes que creo que es necesario que todo el mundo sepa. También he empezado a compartir contenido un poco más inspirador, trucos para llevar una vida más sostenible e incluso DIYs – en inglés “Do It Yourself”, que se traduce como “hazlo tú mismo” – para darle una nueva vida a las prendas que ya no usamos.

Recomiendas tiendas de segunda mano, descubres marcas sostenibles, explicas noticias, aconsejas prácticas para reutilizar… ¿Organizas tus contenidos de alguna forma concreta o creas improvisadamente?

Intento que haya un poco de todo, que si un día he publicado una noticia o un tema más complejo, al día siguiente sea un contenido más liviano, más positivo. Eso sí, si hay alguna noticia que considero importante, la suelo publicar en cuanto puedo, ya que este tipo de contenido "caduca" antes. 

En uno de tus vídeos – que acumula casi 500K – afirmas que en 2023 gastaste en moda 72 euros en la compra de tres artículos de segunda mano. Muchos de los comentarios son de gente incrédula que no comprende cómo es posible. ¿Estamos tan mal acostumbrados?

La verdad es que ese tipo de comentarios me parecen una locura. No puedo entender cómo la gente cree a pies juntillas que alguien tiene cinco Ferraris en el garaje, pero no crea que alguien no compra si no lo necesita. Me parece una barbaridad que la sociedad se encuentre en este punto. Definitivamente, no es ya que estemos mal acostumbrados, es que directamente hay muchísima gente que sigue en esa vorágine de consumo compulsivo de forma que no es capaz de creer que existe una alternativa a esa vida.

Como anécdota diré que uno de mis amigos, como respuesta a esos comentarios, me ha dicho "se nota que no te conocen, porque si te conocieran, lo que les parecería raro es que hayas gastado".

Supongo que habrá personas que no sepan ni por dónde empezar para salir de ese bucle de compras. ¿Cuál es tu consejo? ¿Cómo dar el primer paso?

Lo primero es informarse y hacer un ejercicio de empatía. Empatía con las personas que trabajan en unas condiciones infrahumanas y con nuestro entorno. Creo que sin concienciarse de los problemas que existen con respecto a este tema, es muy difícil conseguirlo.

Como siguiente paso, creo que es importante que, cuando tengamos el impulso de comprar, pensemos por qué lo estamos haciendo. ¿Estamos intentando tapar un problema emocional? ¿Estamos aburridas? ¿Nos sentimos inseguras porque vemos en redes que alguien tiene más cosas que nosotras? Comprar por comprar es un parche a nivel emocional, y es importante que nos escuchemos a nosotras mismas y nos cuidemos, en vez de poner este tipo de parches.

Por otro lado, debemos meternos en la cabeza que, de comprar, debemos intentar comprar solo por necesidad, y que hay muchas alternativas sostenibles: comprar de segunda mano, elegir marcas sostenibles e, incluso, pedir prestado a amigas y familiares. Este verano tuve un evento para el que tenía que ir arreglada, y justo estaba en medio de una mudanza, y tenía toda mi ropa en cajas, así que le pedí a una amiga un vestido y fui monísima sin necesidad de comprar nuevo.

De todos los datos, informes, noticias… que habrás revisado y estudiado para formarte en esta materia. ¿Qué es lo que más te ha llamado la atención?

Estoy en un punto en que ya nada me llama la atención, pero supongo que, al principio, todo me parecía terrible. Ahora, lo que me llama la atención es la gente que comenta que le da igual que la gente que hace su ropa sufra abusos, o que la industria de la moda rápida contamine el planeta. Me parece tremendo que la gente esté tan desensibilizada, y me da muchísima pena. 

"No puedo entender cómo la gente cree a pies juntillas que alguien tiene cinco Ferraris en el garaje, pero no crea que alguien no compra si no lo necesita".

He visto en tu contenido que la mayoría de las grandes marcas son fast fashion. ¿Podrías decirnos alguna alternativa local, plataforma de compra, firma sostenible…?

Prefiero, más que dar nombres de marcas, dar unas pautas para que la gente sepa si una marca es sostenible o no. Por ejemplo, si una marca saca solo dos colecciones al año, de poquitas prendas cada colección, y usa fibras sostenibles, como el lino o el algodón orgánico, es muy probable que esa marca sea sostenible.

En cuanto a plataformas, yo suelo comprar y vender ropa por Vinted, ya que hay muchísimas opciones. Pero siempre digo que lo mejor es reducir el consumo al máximo, eso es lo verdaderamente sostenible.

¿Y si te pregunto por el greenwashing, ese concepto que de vez en cuando nombran las grandes marcas?

El greenwashing es una estrategia de marketing que usan muchísimas marcas para que la gente piense que son sostenibles cuando no lo son. La sostenibilidad está de moda y no quieren quedarse atrás. Por suerte, es fácil ver si una marca es sostenible de verdad o no. Tan solo con ver cuántas colecciones lanza al año, ya nos dice mucho más que cualquier estrategia para hacerse "los sostenibles" (cuando, ni de broma lo son).

Dejarse llevar por los períodos de rebajas, seguir tendencias como el ‘Barbiecore’, usar prendas con materiales contaminantes como purpurina o lentejuelas… De todas las malas costumbres que tenemos, ¿Cuál crees que es la más dañina?

La peor es consumir compulsivamente. Es decir, es más sostenible comprar solo una prenda de lentejuelas al año, que comprar 300 prendas de marcas sostenibles en el mismo periodo de tiempo. En lo que debemos trabajar, es en dejar de sobre consumir.

Martina demuestra con sus looks que se puede vestir muy bien apostando por la moda sostenible.

En tu opinión, ¿Crees que a la sociedad de hoy en día, mayoritariamente consumista, no le importa el planeta o que hay desinformación?

Creo que hay de todo, pero sí veo que cada vez más gente está interesada en consumir de forma más responsable y salir de esa vorágine de consumismo.

Si tuvieses que darle a alguien tres highlights para abrirle los ojos serían…

  • El consumo compulsivo te hace pobre.
  • Contaminar el planeta te enferma – millones de personas mueren anualmente por la contaminación.
  • Hay gente que muere para que tú tengas un jersey nuevo que no llegarás a estrenar.

Ahora volvamos a ti. Además de esta labor divulgativa en redes sociales, creo que también eres fotógrafa, ¿No? 

Sí, soy fotógrafa de moda, y estos próximos años me gustaría colaborar con plataformas, personas y marcas que estén más alineados con mis valores de sostenibilidad.

Casi 15K personas siguen tus consejos, explicaciones, trucos, experiencias… ¿Hasta dónde te gustaría llegar como creadora de contenido centrado en moda y vida sostenible? 

¡Me encantaría hacer mil cosas! Me encantaría tener un podcast, colaborar en TV y radio… Y este año he empezado a dar charlas y las disfruto mucho. Al final, lo que más me gusta es poder compartir mis experiencias y lo que voy aprendiendo con la gente a la que también le interesa. Espero que el 2024 me traiga más oportunidades de este tipo.