• Vídeo: Un joven neoyorkino anima la cuarentena de A Coruña cantado desde su casa

Durante el confinamiento fueron muchas las voces que sonaron a través de las ventanas de muchas casas de la ciudad. El encuentro de las 20.00 horas se convirtió en una cita que habitualmente se prolongaba más allá de los aplausos. Una cita que sacó a la luz el talento oculto de muchos vecinos que, ante los difíciles momentos por los que atravesábamos, decidieron aportar un toque musical.

Es el caso de Noah, un joven neoyorkino de 23 años, que aterrizó en la ciudad herculina como lector de la EOI de inglés. Este joven hizo sonar su voz de tenor a través del patio de luces de su edificio. Como si estuviese en un gran auditorio, a través de su improvisado escenario -que era la ventana-, este joven americano cantaba desde rancheras hasta salsa, pasando por temas clásicos.

Sus vecinos de patio de luces eran los únicos que podían disfrutar de la majestuosa voz de este joven artista, que ahora podrá ser escuchada por todo el mundo a través de un tema compuesto por una cantante estadounidense, amiga de Noah.

Se trata de la cantante Allison Leah que ha creado su tema ‘We can still sing’ (Todavía podemos cantar) a base de los vídeos virales de personas cantando desde sus balcones en Europa, entre los que se encuentra una de las actuaciones de Noah, desde A Coruña.

Con su gira cancelada, esta cantante comenzó a "desahogarse" de la mejor manera que sabe: componiendo y cantando. Así nació el primer verso de esta canción a la que luego se sumaron los videos virales que fue encontrando en Instagram. Este es el resultado:

Su amigo Noah le sirvió de inspiración, según explica Allison en su propia web, donde señala que los audios de esta canción son grabaciones directas de los conciertos de este joven americano residente en la ciudad herculina y que ahora es el protagonista de la portada del nuevo álbum de Allison Leah.

Esta canción demuestra el poder que tiene la música de unir personas. Cuando suena la música, no hay distancias. Noah y Allison son ejemplo de este poder. Estos dos jóvenes, pese a estar a kilómetros de distancia, supieron darle voz (y música) al encierro.