Baiuca, estará tres noches consecutivas subido al escenario de la emblemática Sala Capitol en Santiago de Compostela presentando su último trabajo, Embruxo, en el que ha contado con la colaboración de Xosé Lois Romero, Rodrigo Cuevas, Lilaina y Christian Silva. Las entradas para el jueves 11 y el viernes 12 ya están agotadas y las del sábado 13 vuelan.

Charlamos en medio de los ensayos con  el músico gallego Alejandro Guillán (Catoira, 1990) más conocido como Baiuca, sobre su ilusión por estos conciertos, los proyectos futuros y el regreso a Galicia después de estar retenidos en territorio sudanés a consecuencia del golpe de estado.

La actualidad manda y es obligatorio preguntarle cómo se encuentra después de regresar de los cinco días que pasaron atrapados en Sudán por el golpe de estado.

Estuvimos esos cinco días incomunicados y cuando encendimos los teléfonos empezaron a llegarnos mensajes de gente conocida y de desconocidos, comenzamos a leer las noticias y ver un poco todo lo que se había contado. Evidentemente fue una situación crítica e inusual y que vivimos con la lógica incertidumbre pero nosotros estábamos bien.

Desde que llegamos estábamos en la residencia de la embajada española y cuando nos comunicaron lo que pasaba sentimos que se nos venía un confinamiento por delante. Llegamos el domingo y el lunes ya nos anunciaron que no podíamos salir a la calle.

Fue complicado porque tampoco teníamos demasiado con lo que entretenernos, ni películas ni series, ni nada similar, pero lo bueno es que todos los que estábamos allí somos gente tranquila y eso ayudó a sobrellevar la situación. También sabíamos que nuestras familias estaban siendo informadas, que era lo importante.

Y en todos esos días imagino que tendría tiempo para pensar en estos tres conciertos que tendrán lugar en Santiago esta semana.

Pues sí, son unas fechas que me ilusionan enormemente. Santiago es un sitio especial para mi y siempre lo será y tocar en un lugar como la Sala Capitol es algo muy importante. En un principio iban a ser dos días pero por temas de medidas de seguridad y limitaciones de aforo que no acabamos de entender demasiado bien, son tres. La verdad es que tenemos muchas expectativas y creo que vamos a tener delante a públicos muy diferentes cada día. Sabemos que la gente tiene muchas ganas de vernos y volver a sentir un concierto en vivo.

Le he escuchado decir más de una vez que ansiaba volver a tocar con el público de pie.

Sí, yo es que ya no quiero tocar con público sentado, me niego. La cultura es segura, se cumplen todas las medidas y estamos vacunados, ya es momento de que se puedan hacer estas cosas y que todo vuelva a la normalidad. El calor del público es algo que faltaba y a lo que no quiero volver a renunciar. Ya en Ecuador pudimos actuar con el público levantado y es una sensación maravillosa que quiero seguir teniendo.

Además de Ecuador ha visitado Colombia. ¿Cómo fue la experiencia?

Genial, la verdad es que volver a cruzar el atlántico después de año y medio para poder llevar mi música ha sido muy positivo. Además en Colombia, en concreto en San Basilio de Palenque ha surgido una sinergia muy interesante con el grupo Mitú (formación de Julián Salazar y Franklin Tejedor). Tengo ya la vista puesta en un proyecto con ellos ya que hacen algo similar a lo que hago yo en Baiuca, mezclan los sonidos más tradicionales de los tambores con sintetizadores, la selva con la urbe…

Nuevo proyecto a la vista y además ahora produce trabajos musicales para otros artistas. ¿Cómo se ve en esta faceta?

Yo estaba acostumbrado a producir para mí, a hacer todo el proceso de creación desde el principio hasta el final. Cuando lo haces para ti mismo es muy diferente a hacerlo para otro. Producir para un artista supone saber que aunque tú tienes que hacer tu trabajo es importante respetar la esencia del intérprete.

Estoy viendo cómo me encuentro en esta otra parte pero puedo decir que por el momento me gusta, lo disfruto mucho. Estoy produciendo para gente de fuera de Galicia y es un trabajo sumamente enriquecedor. 

En su último trabajo ha contado con colaboraciones como las de Lilaina, o Xosé Lois Romero. ¿Es un giro de guion a su proyecto en solitario?

Baiuca lo empecé solo porque creía que era la forma en la que tenía que hacerlo. De la manera más modesta, con mi pequeño equipo y así tenía total autonomía y era más sencillo moverme y que poco a poco la cosa empezase a moverse. Pero la verdad es que, aunque Baiuca soy yo y por el momento siempre tiene esa fusión con la música tradicional gallega, es un proyecto al que se le pueden dar muchas vueltas, ser de muchas formas, modificarse de todas las maneras posibles y relacionarse con otras partes del mundo.

En esta ocasión fue una idea muy pensada y contar con profesionales como Lilaina o Xosé Lois es muy enriquecedor. La verdad es que en el escenario es una sensación completamente diferente a la de actuar en solitario, se crean un ambiente muy mágico. Estás con músicos, grandísimos profesionales, con los que además vives muchas cosas en los viajes en la "furgo", en las estancias en hoteles…

Ahora vive y tiene su estudio en Barcelona. ¿Tiene morriña?

Sí y no. Antes venía menos a Galicia pero ahora mismo estoy aquí prácticamente cada mes y casi no me da tiempo a echar de menos mi tierra. Es verdad que siempre que vengo me gusta poder aprovechar para estar tiempo con los míos, mi familia y mis amigos. 

Dice que Santiago es un lugar especial para usted. ¿Por qué?

Pues porque viví aquí unos cuantos años, desde 2008 hasta 2015 más o menos y para mi es mi lugar. Es una ciudad que siempre tendrá algo para mí y disfruto mucho cada vez que vengo. Recuerdo todas las veces que solía aprovechar para desconectar subiendo al Pedroso, esa visión de la ciudad desde allí es insólita. Me gusta mucho pasear por la zona de San Martín Pinario porque era por donde yo vivía y también me viene a la cabeza que he disfrutado de muchas noches en el Malas Pécoras. Algunos de los locales a los que yo iba ya han cerrado pero otros aún se mantienen, como el Modus Vivendi, todo un clásico.