Hablar de Fito & Fitipaldis es hablar de historia viva del rock español. Suyos son himnos que han marcado a generaciones como Soldadito Marinero, La casa por el tejado o Por la boca vive el pez. Tras siete años de parón, el grupo vuelve con un nuevo disco, Cada vez cadáver, y una nueva gira que estrenan esta noche en el Coliseum de A Coruña. Hablamos con el líder de la banda, Fito Cabrales, sobre esos años de parón, la vuelta de la inspiración o su relación con Galicia y su público.

Volvéis tras siete años, ¿por qué se produjo ese parón?

No sé muy bien, aunque tengo mi teoría de porqué me cuesta empezar a tener el proyecto del disco nuevo. Por un lado es por mi poca capacidad (ríe) y otra por la sensación que tengo. Me gusta mi vida, vivo en mi casa tranquilo, con mis tres hijos y me gusta mi entorno. Me cuesta dar el paso de grabar un disco porque sé que es dedicación absoluta, no lo puedo compaginar con la vida familiar. Tengo un local aquí y bajo todos los días, pero es puro ocio, como un chico de 14 años que se ha comprado una guitarra y está feliz. El hecho de hacer un disco, gira y promo da un poco de vértigo y por eso trato de prolongar los espacios entre trabajo y trabajo, además de que no soy Prince o Andrés Calamaro componiendo (ríe)

¿A qué has dedicado el tiempo en esos siete años?

Pues tengo una niña de siete años y eso te ocupa todo el tiempo y es maravilloso. Tengo hobbies, pero ninguno con esa plenitud que da la música. Salgo a correr por las mañanas y también me gustan los coches y las motos, pero se quedan en aficiones, ninguna cubre lo que es el proyecto de un disco, eso es casi milagroso.

Cuentas que volviste a encontrar la inspiración gracias a Quique González

El disco se llama Cada vez cadáver que es la primera canción, pero nació como una carta, ni siquiera como una canción. Lo que me hizo sentarme a coger un bolígrafo fue una carta que le escribí a Quique porque me sentí muy agradecido por un disco que sacó. Escuché esas míticas frases que más que escribir, las rueda y de repente me cambió la cabeza.

Eres un gran admirador de las letras, ¿cuáles dirías que son los grandes letristas de la música española?

De mi época, Sabina es un dios, aunque a él no le guste esa descripción. Quique es cinematográfico, yo veo escenas de películas con su música. Me han encantando los nuevos textos de las canciones de Leiva. Creo que hay muchísima gente con un talento escribiendo que uno no sabe porque le enganchan ciertas canciones. Tampoco podría olvidar a Robe Iniesta, que tuve la suerte de hacer giras con él y yo flipaba cuando me contaba lo que iba a cantar. Destacaría también que la primera vez que escuché Leño fue cuando empecé a coger un bolígrafo para componer.

Hablando de grandes letristas, para mucha gente tú también lo eres, ¿qué destacarías de tus letras?

No es por modestia, pero yo no me considero escritor. Yo hago canciones y cuando escribo algo lo estoy escuchando. El sonido de las palabras que elijo tiene que ir con lo que escribo en la canción. Tú no puedes decir ciertas cosas que no suenan bien, pero por sonoridad, no por lo que dices. Yo escribo canciones, pero en la obra de otros artistas veo que podrían escribir un libro.

¿Cómo es ese proceso para componer?

Es artesanal, no puedo hacer una canción de empezar y acabarla. Empiezo y sigo otro día, junto tres ideas y las enlazo. Yo tengo una forma de escribir que son palabras que en si mismas dicen algo y puedo intercambiarlas y ahí tengo una ventaja. No creo que nadie se ponga con una guitarra y saque una canción, pero sí que tú notas que algo de lo que estás tocando te lo quieres guardar y a base de revisiones vas juntando cosas y tienes una canción. Esto de las musas sí que suele pasar, el 90% del tiempo que toco la guitarra es una mierda (ríe), pero a base de estar tocando te salen cosas y las guardas en la recámara.

Con esa frase de Cada vez cadáver, ¿qué querías expresar?

No tiene ningún significado, a mí me gusta mucho como suena fonéticamente. Me gusta tanto que lo uso muy a menudo de contraseña de mail y de otras cosas. Quería hacer una banda que se llamara así. Cuando empecé a escribirle la carta a Quique, quería poner la frase y dije que tenía que meterla con calzador. Está tan metida con calzador, que es lo último que digo (ríe). No es que esté viejo ni nada de eso, solo quería meter esa frase por puro TOC.

Hoy y mañana estaréis en A Coruña, ¿qué se encontrará vuestro público?

Lo primero la celebración de una banda, como tantas otras, que nos parece un sueño empezar una gira después de lo que hemos pasado. Juntar a gente para que escuche las canciones porque hasta ahora solo las hemos tocado para nosotros (ríe). Una de las cosas que me fastidió de suspender la gira fue que nos acompaña Morgan, que llevarlos es un aliciente increíble. Hay muchas cosas para celebrar, pero lo más importante es que seguimos vivos y que la gente nos ha esperado. Pienso en qué es lo que voy a decir, aparte de buenas noches A Coruña, y yo creo que diré gracias por esperarnos.

¿Cuándo venís a Galicia aprovecháis para hacer turismo?

Yo hace ya tiempo que no hago. Tenemos mucho trabajo que hacer porque va a ser la primera vez que montamos el escenario y haces pases para los técnicos y claro, no hemos visto el escenario montado. El principio de gira es la primera vez que lo ves de verdad. En el fondo no hay mucho más que hacer que trabajar y descansar.

Empezáis en A Coruña, aunque no era el plan inicial

Íbamos a empezar en Santander, el Coliseum era el segundo bolo. Yo me siento muy arraigado a Cantabria y solemos empezar ahí, que por logística está cerca de Euskadi. Por el tema del Covid no pudimos ir y lo trasladamos a Galicia, y yo encantando, porque la familia de mi madre son todos gallegos.

¿Mantienes relación con esta tierra?

No tengo una casa en el campo y voy todo los fines de semana (ríe), pero tengo muchísima familia y cuando vaya volveré lleno de queso de tetilla, de tal y de lo otro. Todo el mundo viene a verme y si no pudo ser en Santander, Galicia es un buen sitio porque media familia mía es gallega.

¿Qué resaltarías del público gallego?

Pues fíjate que tenemos que hacer dos fechas, no puedo dar más gracias a la gente. Es alucinante, te sobrepasa un poco. Hacer dos Coliseum es increíble. Hay que hacer el ejercicio de darse cuenta lo que sucede, no debes tomarlo como algo normal, hay que arrodillarse. ¿Qué opinión puedo tener del público gallego? Pues que me caso con ellos. Es maravilloso ir a Galicia y que un Coliseum se te quede pequeño.