El concierto de Ortiga o cómo poner a (casi) todo Santiago a bailar un viernes noche

No era la primera vez que Manuel González González (conocido artísticamente como Ortiga, o Chicho para los amigos) se subía a un escenario ante cientos, e incluso miles, de personas. Pero sí que fue la primera vez que lo hizo como artista principal.

Horas antes del concierto, Chicho contaba a Quincemil que ese bolo era “el más especial de todos”. Y vaya si lo era. Este santiagués de 27 años, decía, se sentía el encargado de hacer “que la gente desfase y la líe esta noche en la Sala Capitol”.

Y lo consiguió.

Su objetivo, que iba mucho más allá de lo musical, era que la gente lo pasase bien. “Quiero transmitir alegría y nada más que alegría”, comentaba, “brindar entretenimiento, formar parte de las alegrías y de los momentos felices de la gente”. En realidad, ¿qué es la música sino una vía de escape para las rutinas grises y cuesta arriba?

Chi va piano, va sano e va lontano

Quien va despacio, va seguro y llega lejos; y tan lejos. Chicho empezó a tontear con el mundo musical de manera ociosa y formó parte de varios grupos, como “Esteban y Manuel”, hasta que ese hobby se tornó en algo más serio, más profesional. “Vi que era posible vivir de la música en y desde Santiago”, afirma.

El artista, que recuerda con cariño sus inicios, confiesa que durante mucho tiempo eran pocas las personas que asistían a sus bolos. “Me congratula ver que creyendo en mí mismo, no de una manera narcisista sino desde la autoconfianza, hice todo esto posible”, afirmaba.

Bajo el sello de Ernie Records sacó a la luz en 2019 su primer disco ‘Chicho & sus Chichas’. En septiembre de 2021 publica ‘Sabes el camino que elegí’.

Una fiesta llena de artistas 

Pili Pampín, High Paw, Carlangas, Grande Amore, Cibrán, Conjunto Amistá… Ortiga estuvo bien rodeado anoche sobre el escenario presentando este segundo disco. Pero también estuvo perfectamente acompañado desde la pista, donde cientos de personas cantaron a pleno pulmón canción tras canción: O solar, Un buen chico, Nanana, Los enamorados, Mondo dolore…

Todos los artistas sorprendieron tanto como el principal. Con Carlangas tocó A Santiago voy “un tema muy importante para los dos, pues en su momento Novedades Carminha nos invitó a grabarlo con ellos”. Tras casi tres años desde su composición, pudo por fin tocar junto con High Paw el tema Non hai quen me ature; “la pandemia lo fue retrasando pero por fin sale a la luz”. También se dio a conocer al público el grupo Conjunto Amistá que en palabras del artista es “un grupo nuevo que viene pisando fuerte y con muchas ganas”. Al hablar y actuar con Grande Amore y Cibrán, Chicho solo tuvo palabras salidas del corazón “son mis principales compañeros de vida musical”. 

Uno de los momentos más esperados por el público era la actuación con Pili Pampín, con quién recientemente ha sacado a modo de dúo el tema Eu chorar chorei. Ella, icono de la historia de la música gallega; él, un millennial del 94 dispuesto a revolucionar el mundo de la verbena al mezclar el merengue y la cumbia con trap, reggueton e incluso house. Un dúo intergeneracional que hizo de la noche algo épico. Sobre este dúo, Chicho nos comentaba que para él “es un honor poder formar parte de una de las punta de lanza de la música gallega”. También afirmaba algo por todos ya sabido: “Pili Pampín es una superestrella”.

Música para todas y todos

Ortiga compone un producto musical muy localista, generalmente en gallego, que gusta y encanta a cualquier santiagués. Chicho y su música no se iban a quedar en los límites de la capital, pues ya tiene confirmadas actuaciones en Navarra, Palencia o Mallorca. “Salir a actuar fuera de aquí está genial, pero suelo ir con otra actitud y mucha menos presión porque me conoce menos gente”, nos cuenta. Aunque está claro que siendo vecino del casco histórico de toda la vida, en Santiago juega en casa, y eso, afirma, “es motivante y emocionante”.

A las puertas de la Sala Capitol, antes de la apertura a las 21:00 horas, pudo verse de todo un poco. Muchos amigos del artista que, orgullosos y con ganas de fiesta, tenían claro que “no se iban a perder esta cita por nada del mundo”. 

Asiduos de las actuaciones de Ortiga esperaban expectantes la presentación en directo del nuevo disco y más tarde nos confirmaban haber visto en el artista “un cambio y una evolución desde el anterior disco” aunque tenían claro que “tanto los temas del primer disco como del segundo les gustaban”. También destacaron la capacidad de Chicho para sorprender igual que en las primeras ocasiones. "Bailongo, excéntrico, talentoso, verbenero…" Desde el público definían al artista con sorprendentes adjetivos que no hacen sino reforzar lo que Manuel es: un buen chaval.

Sorprendentemente se vio mucha gente desconocedora del artista y de su música, que se preparaba para romper el hielo. Chicho también tuvo tiempo para dedicar unas palabras a todas esas caras nuevas: “a los que nunca me vieron, espero que flipen en colores”.

La fiesta, lejos de terminar al finalizar el show en la Sala Capitol, se trasladó a Sónar, otro local compostelano casi tan mítico como la propia Catedral. Allí empezaba la segunda parte de la noche, pero esos detalles no se van a contar; al menos no en esta ocasión. Por el momento, queremos quedarnos con las últimas palabras que compartió Chicho con el equipo de Quincemil: “Juro que doy infinitas gracias al mundo por poder dedicarme a esto”.