La orquesta gallega París de Noia emprende acciones legales contra un municipio de Salamanca

La orquesta gallega París de Noia ha publicado un comunicado en su web en el que se pronuncia sobre la cancelación de su actuación en la localidad salmantina de Villamayor, que iba a tener lugar el próximo 19 mayo. En el texto explica que fue el Ayuntamiento el que canceló este evento "sorpresivamente", y condena que el comportamiento tanto de la concejala de festejos como del teniente de alcalde "denota una más que manifiesta falta de profesionalidad", por lo que ejercerán acciones legales "en defensa" de sus derechos.

En el comunicado, la orquesta detalla que la actuación de este año se concertó con el consistorio salmantino después de la celebración celebrada el año pasado, en la que actuaron y se sintieron "como en casa". Pero "sorpresivamente, y de una forma unilateral, desde el Ayuntamiento, y a través de WhatsApp, se canceló la actuación inicialmente pactada y reservada", detallan.

Asimismo, prosiguen, "ante la solicitud de explicaciones, o de algún tipo de explicación que pudiese justificar esa decisión, se nos notificó oficialmente la cancelación de la actuación (negando la reserva efectuada, y como tal, el contrato pactado, con mentiras y falsedades), y requiriéndonos para que no nos presentásemos en Villamayor en la fecha que nos habían reservado un año antes".

La orquesta gallega lamenta que "nunca, en 65 años de vida se nos había tratado así, y no se debe de jugar con la profesionalidad de unos artistas".

Por ello han puesto "en manos de nuestra asesoría jurídica todo lo acontecido para el ejercicio de las acciones legales (incluso penales), que nos pudiesen asistir en defensa de nuestros derechos".

Una acción que lamentan por sentirse "queridos por muchísima gente de Villamayor que se interesó y preocupó por nosotros. Sentimos enormemente no poder ir a ese bonito pueblo a ofrecer nuestro espectáculo".

Por último añaden que "independientemente de la deriva a la que se llegue en esta triste aventura, no podemos dejar de calificar lo acontecido como vergonzoso, carente de la más mínima ética, y ausente de profesionalidad exigible a quien se dedica a gestionar cualquier tipo de empresa, incluso pública", añaden.