• Fiestas de María Pita 2004 en A Coruña: programación y agenda completa

Ariel Rot (Buenos Aires, 1960) no es novato en A Coruña, ni tampoco en la plaza de María Pita. El 1 de agosto de 2013 abría las fiestas junto a Loquillo y Leiva en el escenario con la gira Uno de los nuestros. Dos veranos después actuaba en el castillo de San Antón.

Y en 2019 regresaba con Tequila, banda que cofundó a finales de los años setenta, frente al ayuntamiento en el último tour que hizo el grupo. Incluso formó parte del cartel del Noroeste en la edición de 2006. La ciudad espera al músico argentino el martes 13 (22:00 horas), fecha en la que ofrecerá un concierto "con mucho rock".

María Pita. ¿Qué le dice este escenario?

Pues es emblemático. Me alegró mucho saber que volvíamos a la plaza porque tengo un muy buen recuerdo del concierto que dimos con Tequila hace unos años.

Además de escenarios grandes, no hace mucho nos visitó en la sala Garufa Club. Entonces vino para recordar los 25 años de su álbum Hablando solo...

Garufa. Es un nombre muy argentino, muy rioplatense. Sí, fue un concierto que agotó las entradas inmediatamente. Solo pudimos dar una fecha en un sitio pequeño. Creo que aquel sold out demuestra un poco la conexión que tengo yo con Galicia y con A Coruña. Me alegraría que quienes no pudieron vernos en Garufa puedan vernos ahora en María Pita.

Sonarán algunas cosas de Tequila, cosas de Los Rodríguez y temas míos, por supuesto. Se trata de hacer un repertorio amplio que llegue a más gente y que conozca todo el público

Ariel Rot, músico

¿Lo del próximo martes en María Pita a qué se parecerá más?

Será un repertorio distinto. La de Garufa fue una gira muy para cafeteros, para un público muy fan que conocía mucho mis canciones. Ahora estamos con una gira bastante conceptual, veraniega, y con mucho rock. Sonarán algunas cosas de Tequila, cosas de Los Rodríguez y temas míos, por supuesto. Se trata de hacer un repertorio amplio que llegue a más gente y que conozca todo el público.

En estas mismas fiestas hubo hace unos días un concierto que reunió en María Pita a grupos como Amistades peligrosas, Toreros Muertos, OBK y Modestia Aparte. El público se entregó bastante a esta música de los ochenta y noventa. ¿Nota en conciertos como el suyo, que repasan su carrera, que existe esa conexión especial con el público?

Mmm, siento que sí, aunque no lo veo tan parecido a como me lo cuenta. Eso parece un concierto de parque temático, que siempre suele funcionar. Hay determinados momentos, como los ochenta, que sí marcaron mucho a las generaciones y volver a escuchar esa música conmueve. Digamos que mi concierto, con ese rock, también es como una especie de túnel del tiempo que nos lleva de un momento a otro, aunque yo procuro actualizar las versiones.

La verdad es que todo lo que estoy haciendo desde la gira de los 25 años de Hablando solo me está dando una respuesta inmensa del público que no esperaba. Realmente me siento muy agradecido y muy querido. Eso hace que todos disfrutemos más y que los conciertos se conviertan en algo colectivo, en una fiesta.

¿Advierte cierta nostalgia en ese público? ¿O en usted mismo?

Sinceramente, no. Creo que recupero un repertorio que hacía mucho tiempo que la gente no escuchaba y que yo no tocaba. Pero lo hago llevando esas canciones a un momento muy actual y a un estado de ánimo mío también muy actual, que no tiene nada que ver con la nostalgia.

Cuando preparaba esa gira de los 25 años confesó, quizá en broma, que ahora cantaba mejor. ¿También toca mejor?

[Risas] Es difícil decir si lo hago mejor o peor. Es distinto. Creo que con los años uno adquiere más poder de síntesis. Se encienden otras luces de repente y uno puede jugar por otros lados que antes no jugaba. Hubo momentos en que yo estuve muy en forma porque tocábamos mucho, ensayábamos mucho, cosa que ahora no pasa, pero tal vez justamente por eso también hay una manera de ser más... más hábil con lo que tienes, ¿no? Me parece que en eso he ganado. La guitarra es mi instrumento de cuna, y creo que siempre hay un lugar para el aprendizaje porque es un instrumento lleno de misterios que siempre vas desvelando.

Me sorprende, y me gusta, que nuevas generaciones de músicos vuelvan a la tradición musical gallega. Esto ya no es una novedad, es algo que se ha consolidado, algo potente

Ariel Rot, músico

¿Se actualiza musicalmente? ¿Escucha o explora cosas nuevas, un poco como hizo al mostrarnos la variedad y riqueza musical de España en su programa de televisión Un país para escucharlo?

Yo me actualizo con el pasado. Hay mucho por escuchar, por recuperar. Pero suelo escuchar a los clásicos, blues, desde el más tradicional al más eléctrico. Tengo una dieta musical bastante amplia, pero reconozco que no estoy muy al tanto de la actualidad, y de lo que escucho nuevo no hay nada que me fascine. La época de esplendor de la música es el siglo XX.

Cuando estuvo en Galicia con el programa, ¿qué le sorprendió que no conociese?

Recuerdo mucho a Mercedes Peón. Me gustó mucho Guadi Galego y una actuación que hizo con Sila Lua, en esta última temporada. Me sorprende, y me gusta, que nuevas generaciones de músicos vuelvan a la tradición musical gallega. Esto ya no es una novedad, es algo que se ha consolidado, algo potente.

En el programa tocó con Xoel López e Iván Ferrero...

Y me lo pasé genial, obviamente, aunque el factor sorpresa no está ahí. También estuve con Julián, de Siniestro, y con Carlangas. Eso fue como jugar en casa.

¿Aún se siente pletórico al terminar un concierto?

Estuve mucho tiempo sin poder actuar con banda, hay momentos en que no te lo puedes permitir. Al volver con la banda con la que celebré los 25 años, al principio me costó recuperar la intensidad, el músculo que hay que tener para estar al frente de una banda, porque estaba muy acostumbrado a tocar solo o en dúos. Y de repente, cuando me subí a tocar con banda otra vez, me di cuenta de todo lo que había aprendido durante esos años en que no estuve con ella. Me encuentro... la verdad es que siento que estoy en un gran momento. Y lo estoy disfrutando un montón.