No todos los días uno tiene la oportunidad de grabar un disco y menos con instrumentos no tan reconocidos para el gran público como son el oboe y el corno inglés, pero si alguien podía lograrlo es Iria Folgado, jovencísima oboísta de San Sadurniño, en la comarca de Ferrolterra, que a sus 28 años es solista de corno inglés de una de las mejores orquestas europeas como es la Konzerthausorchester Berlín.
A los que la conocemos desde hace años nos sería difícil no imaginarla con esa eterna y preciosa sonrisa natural o esos brillantes ojos que ya la preceden antes de saludarnos y que no abandona durante toda la entrevista.
Presentasteis el disco Ecos de Breogán en un lugar tan emblemático como la Torre de Hércules en A Coruña. ¿Cómo surgió la idea de hacer un disco con instrumentos no tan habituales como solista como el oboe o el corno ingles?
En un retablo de la Catedral de Tui están representados unos querubines tocando el oboe y el oboe da caccia, los organizadores del Festival Música no Claustro que se celebra en Tui se sirvieron un poco de ese nexo para invitarme como Artista en Residencia al Festival. Conectamos muy bien y ellos que también son los responsables de la Productora Poliédrica me propusieron grabar un disco. Yo en el concierto en el Festival había tocado una obra del compositor santiagués Fernando Buide arreglada para mí y la fantasía de Britten, que son la primera y la última obra del CD. Y a partir de ahí fue un proceso de investigación para saber como conectar la obra de Buide con la de Britten. Eso me llevó a rebuscar y descubrir obras que eran un poco desconocidas para el mundo del oboe.
En el disco te acompañan más músicos gallegos, ¿verdad?
Sí, el grupo que se utilizó para acompañar era un cuarteto de cuerda de los que tres son gallegos: las violinistas Raquel y Sara Areal y el chelista Iago Domínguez. Héctor Cámara, el violista, es de Madrid.
¿Tras la presentación en A Coruña que pasó?
Pues tuvo una repercusión enorme tanto en prensa escrita como en radio a nivel nacional y también hicimos la presentación en Berlín. Ahora estamos planificando los conciertos, pero cuadrar nuestras agendas es complicado por lo que estamos agendando conciertos para la temporada 2025-26, con más de un año vista.
Muchos niños ven imposible poder dedicarse a la música. ¿Cómo fueron los comienzos de Iria al oboe?
A los 8 años hice la prueba de acceso al conservatorio de Ferrol, donde estudié el Grado Profesional antes de irme a Berlín, y en esa prueba los de notas más altas van eligiendo primero el instrumento que quieren. Mi nota no fue muy buena, con lo cual mi elección no fue tal, más bien el oboe era de los pocos instrumentos que quedaban.
Mi madre fue un valor muy importante para dedicarme hoy a esto, no sólo estar detrás para que insistiera e insistiera, sino también a la hora de llevarme al conservatorio y a todos los ensayos
O sea que en realidad el oboe te eligió a ti, ¿no?
(Sonríe mientras dice que sí). Después era de las que me lo tomaba en serio y hacía todos los ejercicios que el profesor me mandaba, ya que al principio no tocas el instrumento si no que te pasas haciendo muchos ejercicios con la caña (similar a una palleta de la gaita, algo más alargada, desde la que se transmite el aire al instrumento) aunque debo de decir que mi madre también me insistía mucho.
Cuán importante es la familia en esto de la música ¿verdad?
Pues sí, mi madre fue un valor muy importante para dedicarme hoy a esto, no sólo estar detrás para que insistiera e insistiera, sino también a la hora de llevarme al conservatorio y a todos los ensayos después, tanto a la Banda de Ferrol, como a la Orquesta Gaos o a la Joven Orquesta de la Sinfónica de Galicia en A Coruña.
¿Y cuál fue el click para decir "quiero dedicarme a esto"?
Sin duda la Orquesta Joven de la Sinfónica de Galicia, fue el proyecto que más marcó mi infancia o mis estudios. Hasta que no asistí a los encuentros de la Joven Orquesta yo solía escuchar a la OSG o a la RFG pensando que de mayor sería profesora en un conservatorio. Pero desde el primer ensayo con la Orquesta Joven dije "Wow, yo quiero esto, a mí me gusta esto y quiero dedicarme a esto".
El proyecto didáctico de la Joven es fantástico porque da la oportunidad a los músicos estudiantes de aprender de una manera más profesional alejado del academicismo de la asignatura de orquesta en el conservatorio. No todos los músicos adolescentes tienen la oportunidad de tener un proyecto de ese nivel en su comunidad donde te enseñan a tocar con gente y te hace crecer como músico.
Se decía y se dice que en la universidad donde yo estudié, la Hanns Eisler de Berlín, era una de las mejores clases de oboe del mundo, que todos los alumnos que pasan por la clase del profesor Dominique Wollenweber tocan increíble y ganan los mejores puestos en todas las orquestas
Acabas tus estudios de grado profesional y Berlín.
Sí, se decía y se dice que en la universidad donde yo estudié, la Hanns Eisler de Berlín, era una de las mejores clases de oboe del mundo, que todos los alumnos que pasan por la clase del profesor Dominique Wollenweber tocan increíble y ganan los mejores puestos en todas las orquestas y me aconsejaron que hiciese las pruebas y eso me animó a estudiar allí.
Cuatro años y el máster también ¿no?
Al acabar la carrera hice el máster y en ese momento también entré en la Academia Karajan que es la escuela orquestal de la Filarmónica de Berlín. A los seis meses de entrar en la Karajan, en enero de 2020, gané mi plaza de Corno Inglés solista en la Konzerthausorchester Berlín, sin haber acabado ni el máster ni los dos años de la Karajan.
Aparte de lo que hemos conocido en esta entrevista tu currículum, que con 28 años es espeluznante, con 17 años te aceptan en la orquesta joven más prestigiosa del mundo como es la Gustav Mahler Jugendorchester, tocas con la Filarmónica de Berlin y en breve con la Mahler Chamber, este verano debutas en el famoso festival de Bayreuth, has tocado con directores de la talla de Kirill Petrenko, Simon Rattle, Daniel Harding, Andris Nelsons, Christian Thielemann o Ivan Fischer ¿te queda algún sueño?
El siguiente sueño es muy complicado (se ríe). Estoy muy contenta con mi plaza, la orquesta es de las mejores y por tanto las condiciones laborales son muy buenas no sólo en lo económico sino también porque en este tipo de orquestas de alto nivel la plantilla es muy amplia y te permiten muchas semanas libres para poder seguir ampliando tu crecimiento artístico, lo cual es importantísimo para un músico ya que es la manera de mejorar y es bueno tanto para uno mismo como para la orquesta para la que trabajas, porque recibirá un retorno que no tendría de otra manera. Dicho esto, ¿se puede seguir soñando? Pues sí, pero ya son palabras mayores y claro que me gustaría trabajar en la Filarmónica de Berlín para toda la vida o en una orquesta top mundial, pero es que la mía ya es buena de por sí.
¿Y si hubiera la posibilidad en la Sinfónica de Galicia?
No lo sé, a veces lo pienso y como los pimientos de Padrón respondería unas veces sí y otras no. Parece idílico volver a mi casa, la orquesta suena muy bien, pero el momento de decir "tengo que renunciar a algo" y a lo que tendría que renunciar ahora es mucho. No solo es renunciar a mi trabajo, es renunciar a todos los proyectos que tengo a mi alrededor, a tocar con la Filarmónica de Berlín, tocar con la Mahler… y es que la OSG al no tener tanta plantilla no me permitiría tener tantas semanas libres para hacer todos los proyectos que las grandes orquestas al tener tantos músicos de plantilla sí pueden permitirse.
Con todo ese bagaje artístico, ¿cuáles son los tres momentos top que recuerdas?
Si solo me das tres... (ríe). El primero que se me viene a la cabeza es llegar a casa después de las clases en el conservatorio de Ferrol, mirar el mail y ver que me admitieron en la Gustav Mahler Jugendorchester. La alegría que sentí fue increíble, saltábamos de alegría en casa. Y ya tocando pues una 2ª de Mahler en el Palau de Barcelona con la Gustav Mahler Jugendorchester, que fue increíble, y cómo no la 6ª de Mahler con la Filarmónica de Berlín y Kirill Petrenko.
Y parece que hasta es una crack para saber cerrar una entrevista con el mejor momento, pues nos quedamos hablando del postconcierto con la Berliner y la adrenalina posterior al concierto en los camerinos: "es como si el concierto no hubiera acabado, la energía está a tope".