Groba: "A Coruña es punta de lanza en la música clásica. No es chovinismo, pero no nos durmamos"
- El director de la Orquesta de Cámara Galega, Rogelio Groba, celebra los 120 años de la fundación de la Sociedad Filarmónica de A Coruña, que preside. Demanda más respaldo a la institución, "reconocimiento y equidad", y se opone al "todo vale" en la creación y representación cultural
- También te puede interesar: Pérez-Sierra: "Es un milagro que en A Coruña naciese una orquesta como la Sinfónica de Galicia"
El pasado 29 de octubre se celebró un concierto especial en A Coruña. El teatro Rosalía juntó en su escenario a la Sociedad Filarmónica de A Coruña con la Orquesta de Cámara Galega. La fecha no fue una más: 120 años y un día atrás, el 28 de octubre de 1904, un cuarteto con piano interpretaba piezas de Mozart, Haydn y Grieg en el que fue el primer concierto de la sociedad musical coruñesa tras su constitución ese mismo año.
Con motivo de esta efemérides, Quincemil repasa con Rogelio Groba, director de la Orquesta de Cámara Galega y presidente de la Sociedad Filarmónica, el presente y el futuro de la institución. El maestro, vivaz, sonriente y optimista, reflexiona de paso sobre la creación artística y la música clásica, defendiendo el principio de una educación en la que "no todo vale".
¿Es más especial este año que otros para la sociedad?
No queremos que este aniversario sea flor de un día, que haya un solo concierto especial, sino que toda la temporada dedicada a la música de cámara sea especial, de otoño a primavera, un periodo continuado como hemos hecho siempre. Eso es lo que crea un poso de aficionados, de filoamantes de la música. Así se construyen las sociedades desde la cultura.
¿Por qué es importante la Sociedad Filarmónica de A Coruña?
En la ciudad había afición a la música, se celebraban conciertos, recitales y óperas desde finales del siglo XVIII. Eso hizo que se crease la primera sociedad filarmónica entre 1821 y 1823 durante el Trienio Liberal, precursora de la que se constituyó en 1904 y que dura. La importancia de su creación la convierte en una de las más antiguas de España y un referente para otras posteriores, como las londinenses.
Para mí la sociedad es una de las piedras angulares de la vida musical y cultural de la ciudad. Y esto es lo que queremos recuperar: que vuelva a ser importante, que se ponga en valor desde un punto de vista honesto, que las instituciones la cuiden.
¿No ha sido ensalzado ese valor como se merece?
Que siga viva la sociedad es importante, pero tuvo altos y bajos. Se ha quedado solapada por las instituciones políticas, que se volcaron en otros proyectos y se quedó descolgada en la ciudad. Gracias a la labor de mi antecesor y su equipo directivo, Julio Tasende, se mantuvo con mucha dignidad cuando no tenían el cariño suficiente para defender un proyecto de este estilo. Su tarea fue encomiable.
"La música clásica es una marca importantísima en A Coruña, hay que cuidarla desde todos los ámbitos profesionales. Una marca potente de ciudad se hace con la suma de todos los agentes"
¿A qué aspira usted como sucesor?
Llevamos cuatro temporadas y tratamos con esta efemérides de los 120 años de que se consolide como lo que es, una referencia de la música de cámara en España.
¿Es optimista?
Estoy esperando buenas noticias, pero que lleguen. Mientras tanto, tengo el deber de exigir con contundencia y pedir con humildad.
¿Exigir qué?
Apoyo necesario para mantener la pervivencia.
¿Pervive mientras con agobios?
El apoyo de los socios, casi 300, es importante. Pero hay la necesidad imperiosa de que nos reconozcan las subvenciones, porque el trato hasta ahora dispensado es exiguo, poco comparable al apoyo a otras instituciones. Por eso digo que hay que pedir con cabeza el reconocimiento y la equidad.
¿Le da dolor de cabeza esta situación?
Es habitual en mi profesión si diriges una orquesta [risas]. Lo asumo con alegría porque creo que el espacio que ocupa la Sociedad Filarmónica es importantísimo. La música clásica es una marca importantísima en A Coruña, hay que cuidarla desde todos los ámbitos profesionales. Una marca potente de ciudad se hace con la suma de todos los agentes. Un ejemplo es el deporte: si sumamos lo buenos que somos el fútbol, baloncesto y hockey hacemos una marca interesante. De la suma de factores queremos hacer proselitismo: crear una verdadera potencia musical europea.
¿Cuáles diría que han sido los logros más relevantes de la sociedad desde su creación?
Mantener activa la producción propia por medio de residencias y haber traído a grandísimos intérpretes de música de cámara. Eso ha sido básico para el desarrollo de la dieta de un músico y de un aficionado. Eso hay que mantenerlo, así como darle una gran atención a nuestros intérpretes y creadores, que son de máximo nivel.
¿Hay presente y futuro prometedores en A Coruña?
Desde luego. A Coruña es la punta de lanza en la música clásica en Galicia y el norte de España, y esto no es chovinismo. Pero no podemos dormirnos, Oviedo ocupa una plaza muy importante y hay que ser competitivos para que la marca de A Coruña siga mejorando.
En Galicia hay músicos muy buenos, y tenemos la suerte de haber tenido a uno de los compositores más importantes de la historia, Rogelio Groba, que desarrolló toda su carrera en A Coruña y creo más de 780 obras de todos los géneros: él fue nuestro Falla indiscutible, y lo digo como profesional y como su hijo. Tenemos que estar orgullosos de nuestras figuras y no tener complejos en defenderlas.
"No todo vale: lo complejo es elaborar algo que sea único, indefendiblemente inimitable y que tenga personalidad"
Para un músico y creador como usted, ¿a qué tiene que aspirar la música?
En pintura, por ejemplo, perdimos la batalla del relato: hay mucha obra pictórica que nos han vendido como arte cuando realmente la ha pintado un mono o un señor que nada más levantarse por la mañana da cuatro brochazos que pueden estar bien como una performance que puede hacer cualquiera. En el arte, lo importante es lo elevado y lo trabajado. En una obra de arte tiene que haber personalidad y reconocibilidad. En la música aún estamos a punto de no perder la batalla: no todo vale, aunque se vendan cosas como que valen cuando en realidad no valen.
¿Hay cosas que no le gustan de la música clásica?
Hay cosas que no podemos dejar de criticar porque creo que es bueno para la salud del arte. Defendamos que escuchamos música por placer, y necesitamos escuchar alta cultura, algo que no se consigue por la mañana nada más levantarse, sino que hay que trabajar: la forma, el contexto, el mensaje... Debemos tener claro que hay que educar en el conocimiento libre de interpretar con objetividad lo que se nos enseñe. Y, repito, no todo vale: lo complejo es elaborar algo que sea único, indefendiblemente inimitable y que tenga personalidad.