La Fundación Pasqual Maragall, en su labor de concienciación social sobre el Alzheimer, celebra un acto en A Coruña con el objetivo de dar a conocer todos aquellos hábitos de vida saludables que se pueden adoptar para prevenir el Alzheimer. La sesión se celebrará este martes a las 18:30 horas en el Auditorio Sede Afundación, en A Coruña y estará conducida por Nina Gramunt, neuropsicóloga experta en formación y divulgación de la organización.

Actualmente, se estima que el Alzheimer y las demencias afectan a 900.000 personas, cifra que se traduce en una de cada diez de más de 65 años y un tercio de las de más de 85. Pero se calcula que uno de cada tres casos de Alzheimer se podría prevenir mediante la adopción de hábitos de vida saludables. Para conocer más sobre la enfermedad, charlamos con la doctora Gramunt.

¿Cuáles son los síntomas más comunes del Alzheimer y cómo se diferencian del envejecimiento normal?

Los síntomas están restringidos a problemas de memoria reciente, sobre todo a una falta de codificación de nuevas informaciones. Hay áreas cerebrales que se ven afectadas por la neuropatología del Alzheimer. Es una estructura llamada hipocampo, que tiene mucho que ver con este registro de nuevas informaciones, en contraste con una información del pasado muy conservada, así como los conocimientos generales. Luego es cierto que no todos los casos de enfermedad de Alzheimer empiezan con problemas de memoria y algunos empiezan más con algún problema de conducta o con algún problema de lenguaje. Las diferencias fundamentales con el envejecimiento se dan en varios aspectos. Uno es que en el caso de la enfermedad de Alzheimer, estos problemas de memoria van aumentando con el tiempo y tanto en frecuencia digamos como en gravedad y en consistencia. Cuando se debe al propio envejecimiento, la persona suele desarrollar sus propios recursos para continuar adelante con su vida cotidiana, utilizando una agenda, calendarios o alarmas, es decir, que es autosuficiente. Otra señal de alerta se da cuando estos problemas de memoria son particularmente importantes y no se deben a haber cambiado de medicación o estar pasando por una enfermedad a un evento vital estresante como es un duelo o una jubilación.

¿Existen factores de riesgo conocidos para desarrollar Alzheimer? ¿Hay alguna forma de prevenirlo?

Lo que nos dice la evidencia científica es que más que una causa, lo que tenemos que tener en cuenta son diferentes factores de riesgo, algunos no modificables y otros modificables, que combinados en distinta manera conllevan que cada persona tenga un riesgo mayor o menor de acabar desarrollando la enfermedad. Entonces, los factores de riesgo no modificables, son esencialmente los dos más importantes. El propio envejecimiento es el principal factor de riesgo para desarrollar la enfermedad. La genética también influye, pero no quiere decir que sea una enfermedad hereditaria, sino que hay algunos genes o alelos que confieren mayor probabilidad de desarrollar la enfermedad, pero sin ser determinantes. Por otro lado, están los factores de riesgo modificables que tienen que ver con el control del riesgo cardiovascular, diabetes, hipertensión, obesidad, etc. Entonces, actuando sobre estos factores de riesgo, se podría reducir hasta un 30 o 40% de todos los casos de demencia.

¿Cuál es la importancia del diagnóstico temprano en el Alzheimer y cómo se lleva a cabo?

Hoy en día lo que se puede realizar es a nivel clínico cuando existe alguna evidencia objetiva de que esa persona presenta algún síntoma cognitivo. Luego, por otro lado, estaría el diagnóstico precoz a nivel de investigación. Sabemos que la enfermedad de Alzheimer antes de la aparición de sus síntomas va precedida por una larga fase preclínica silenciosa, en la que durante muchos años, incluso décadas, el cerebro puede presentar cambios. Entonces estaríamos ante dos tipos de diagnósticos precoz. En el ámbito de la investigación es donde está puesto el principal foco de la investigación actual del Centro de Investigación de la Función de la Fundación Pasqual Maragall y de otros centros punteros a nivel mundial. Tratar de definir etapas que poder diagnosticar antes de que haya síntomas. Por otro lado, en cuanto a lo que es el diagnóstico temprano a nivel clínico, es cierto que mucha gente puede pensar da igual que se diagnostique más pronto o más tarde, cuando hoy en día todavía no disponemos de tratamientos modificadores y que la enfermedad, de una forma u otra, va a seguir su curso, con lo cual se puede tender a una postura un tanto derrotista. En cambio, sí que es cierto que poder tener un diagnóstico en fases muy tempranas de la sintomatología se da oportunidad tanto a las personas afectadas como a sus familias de planificar, de hacer uso de herramientas de protección jurídica como es el testamento vital, voluntades anticipadas, hablar con la familia, prever muchas cosas del futuro para que luego el día que la persona ya no sea capaz de tomar estas decisiones, sea más fácil seguir sus indicaciones.

¿Qué impacto tiene el Alzheimer en la vida diaria de los pacientes y de sus familiares o cuidadores?

Es un impacto importantísimo en el proyecto de vida. Es una enfermedad que te condena irremediablemente a una pérdida de autonomía y por tanto a una dependencia cada vez mayor de terceras personas. Es cierto que existen tratamientos, los que disponemos hoy en día en nuestro contexto comercializado son puramente sintomáticos. Al margen de esto, hay que tener en cuenta que el impacto es evidente en la persona que padece la enfermedad, en la persona diagnosticada y que viene estos tratamientos sintomáticos que le van a ayudar a a fomentar el máximo tiempo posible su autonomía y calidad de vida. Pero por otro lado, en la familia también es muy importante, porque siempre se elige a una de las personas como cuidadora principal, que es alguien que asume la máxima responsabilidad del cuidado o la atención que necesita la persona enferma. Estas personas cuidadoras también ven de manera significativa impactado su bienestar, con síntomas relacionados con ansiedad, depresión, estrés o afectaciones en su salud física.

¿Cómo se puede apoyar a una persona con Alzheimer y a sus cuidadores en términos emocionales, cognitivos y físicos?

Esto es algo que realmente está muy mal resuelto desde la atención primaria y desde la sanidad en general. Se requiere una atención específica desde un contexto sociosanitario y de atención a la salud global. En este contexto, las asociaciones de familiares de Alzheimer hacen un un trabajo encomiable con con grupos de apoyo de ayuda a los familiares, aparte de a darles orientación en aspectos de asesoría legal y luego por otro lado, otras entidades como la Fundación Pasqual Maragall. Hace ya muchos años que más allá de estos grupos de ayuda mutua, diseñamos en en este caso otro tipo de intervención que son grupos terapéuticos para personas cuidadoras. Una intervención que fue sometida a un estudio científico para demostrar su eficacia en diferentes variables y que luego, después de ya muchos años llevando a cabo estos grupos, pues a raíz del confinamiento como todo el mundo que nos tuvimos que reinventar, pues hemos terminado desarrollando un producto digamos paralelo, un producto de intervención, que son unos grupos psicoeducativos online más, más más breves, en los cuales se da pues formación, apoyo y sobre todo eh en enseñar mucho que que es la clave. A la persona cuidadora hay que reconocer también sus propias necesidades de ayuda y a ponerse ellos como prioridad en de cuidado por aquello también de que si la persona cuidadora no está bien, la calidad de los cuidados que va a poder ofrecer se va a ver claramente resentida. Así que son absolutamente necesarias estas intervenciones dirigidas específicamente al colectivo de personas cuidadoras.

Hablaba de carencias hacia esta enfermedad en la Sanidad, por lo que es es muy importante la labor de fundaciones para apoyarla

Tranquilamente podemos hablar de que estas enfermedades tienen la consideración de pandemia estructural, ya es que el envejecimiento es algo inevitable y este es su principal factor de riesgo. Ante las previsiones de longevidad y lo que ya estamos viviendo actualmente, es fácil pensar que estamos apuntando a un colapso del sistema. Por tanto, estructuralmente se tendría que que hacer una revisión. De hecho ya se aprobó hace unos años el Plan Nacional de Demencias, pero por falta de dotación presupuestaria no ha llegado a ser ejecutado. Entonces es importantísimo que, como se dice coloquialmente, nos pongamos las pilas en este en este asunto.

¿Cuál es el papel de la investigación en el Alzheimer? ¿Qué avances recientes se han logrado en este campo?

Realmente sabemos que la enfermedad de Alzheimer es de una complejidad pasmosa, pero somos plenamente conscientes de que todavía queda muchísimo por descubrir. En los últimos años ha habido avances significativos. Por un lado en la detección precoz se ha progresado mucho en el ámbito de los biomarcadores. Los biomarcadores son indicadores biológicos que nos hacen un poco de chivato de qué es lo que está sucediendo en el cerebro. Estos tratamientos son muy costosos, muy invasivos y difíciles de implementar en la en la práctica clínica habitual, como puede ser algún tipo de técnicas de neuroimagen que dan una información muy valiosa pero que son muy costosas y que requieren de algunas técnicas invasivas. Lo mismo pasa con los biomarcadores en fluidos. El Barcelona Beta Center, que es el centro de investigación de la Fundación Pasqual Maragall, está entre la los centros de investigación punteros a nivel mundial en el que se está avanzando gracias a las donaciones de nuestros socios y de muchas otras personas que altruistamente quisieron colaborar.