• Las recomendaciones de un dermatólogo gallego para proteger tu piel del sol este verano

El cuidado de los ojos es importante durante todo el año, pero el verano, por sus características, requiere que presentemos un poco más de atención para mantenerlos sanos. El oftalmólogo gallego Matías Garcia-Anllo Reinoso explica cuáles son los aspectos más importantes a tener en cuenta durante los meses estivales para evitar problemas y sensaciones desagradables.

En verano pasamos más tiempo al aire libre, nos exponemos al sol y también al agua del mar, ríos, lagos o piscinas. Todo ello puede generar molestias en los ojos o incluso derivar en patologías que pueden prevenirse con unos cuidados básicos.

Para empezar, es recomendable usar gafas de sol, que "además de atenuar la luz visible, deben filtrar la luz ultravioleta". García-Anllo recuerda que si las gafas que usamos no realizan adecuadamente esta función pueden incluso resultar perjudiciales:

"Al percibir menos intensidad lumínica nuestra pupila se dilata y absorberemos mas radiación ultravioleta que perjudicara a estructuras de nuestro ojo como cornea, cristalino o retina", señala.

Aguas estancadas y lentillas

Respecto al agua del mar, el experto asegura que por sí sola "no deberá ocasionar mayor problema que la irritación local de la superficie ocular (córnea o conjuntiva)". Sí pueden existir problemas "en los ojos que tengan un problema previo en la superficie ocular, que actúa como barrera natural de protección".

Es el caso de personas "que hayan sido operadas recientemente y en las que las incisiones aun sean permeables". En esos supuestos esa inmersión sí puede posibilitar una "infección interna del ojo".

Un día de playa en A Coruña (foto: Shutterstock)

El oftalmólogo deja aparte el caso de las aguas estancadas "en las que se puedan encontrar bacterias como las pseudomonas o protistas como la acanthamoeba que podrían ocasionar infecciones que incluso hicieran perder la vista".

Estos entornos suponen un riesgo añadido para las personas portadoras de lentillas, ya que esas bacterias pueden "colonizarlas" y "extender la infección al ojo". "Por eso no es recomendable sumergirse con ellas y si se hace siempre con lentillas de un solo uso y desecharlas después".

Viento y calor

Otros factores que pueden afectar a los ojos en verano son el viento y el calor, ya que pueden "debilitar nuestra película lagrimal", que es "la principal barrera defensiva de nuestros ojos después de los parpados" y la única que existe "cuando los ojos estos están abiertos".

El calor, además, "puede hacer que nos deshidratemos y con esto nuestro sudor tendrá una mayor
concentración en sales, por lo que se volverá mas irritante". Ese es el motivo de que al sudar en verano podamos sentir picor "si entra en contacto con la superficie ocular".

Por tanto, Garcia-Anllo reitera que en verano "deberemos proteger nuestros ojos con unas gafas de sol que filtren la radiación ultravioleta", siendo "UV 400 la categoría que bloquea todos los rayos con longitudes de onda hasta 400 nanómetros (así se cubren todos los rayos UVA y UVB)".

Un niño pequeño en la playa (foto: Shutterstock)

En el caso de los niños, apunta que "si no conseguimos que tengan las gafas puestas, al menos debemos apartarlos de la exposición al sol en las horas centrales del día y que utilicen gorras que aminoren esa radiación".

Finalmente, para paliar la sensación de sequedad provocada por rel viento y el calor recomienda "el uso de lagrimas artificiales que lubrifiquen la superficie y mejoren la protección de la córnea ademas de aumentar nuestro confort".