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Este jueves se celebró el Día Mundial del Alzheimer para dar visibilidad y mejorar el conocimiento sobre esta enfermedad que representa la forma más común de demencia, pudiendo llegar a ser el 70% de todos los casos. La enfermedad no tiene cura aún, pero su diagnóstico precoz es fundamental para retrasar su evolución y mejorar el pronóstico, apunta Elena Viqueira, directora técnica de AFACO (Asociación de Familiares Enfermos de Alzheimer de A Coruña), entidad que ofrece servicios para los pacientes y asesoramiento a las familias.

La Sociedad Española de Neurología (SEN) apunta que el Alzheimer no es solo la principal causa de demencia en todo el mundo, sino también la enfermedad que mayor discapacidad genera en personas mayores, y la que supone uno de los mayores gastos sociales.

En Galicia hay cerca de 70.500 personas con Alzheimer o algún otro tipo de demencia, según los datos que maneja la Federación Alzheimer Galicia (FAGAL). El dato de incidencia de estas enfermedades en la provincia de A Coruña se aproxima a 27.400, lo que la sitúa como la primera de las gallegas, superando a Pontevedra (20.438), Lugo (11.536) y Ourense (11.128), recoge AFACO.

Uno de las claves para mejorar la calidad de vida de estos pacientes es la detección precoz de la enfermedad, que se vio ralentizada con la pandemia: "Justo después de la pandemia se hablaba de un 30% de pacientes que no estaban diagnosticados", lamenta Viqueira, quien punta que esta detección precoz va a ser aún más importante "con la aparición de los nuevos fármacos que muestran que la evolución es mejor cuanto antes se empiece a intervenir".

La directora técnica se refiere a fármacos "que no están autorizados aún en España", pero que se espera que lo estén pronto ya que "han mostrado un nivel de eficacia bastante importante a nivel de ralentizar la evolución de la enfermedad".

Los primeros síntomas

Viqueira subraya que para adelantar y mejorar los diagnósticos es fundamental seguir trabajando en la sensibilización y la divulgación, para que la sociedad conozca cuáles son los primeros síntomas y signos de alerta, y así puedan acudir a un profesional de la salud cuanto antes, si bien celebra que se ha mejorado mucho en este aspecto en los últimos años.

"Cuanto más conocimiento se tenga más se va a impulsar a que la gente acuda al médico ante la aparición de los primeros signos", señala.

Uno de esos primeros síntomas tiene que ver con el rasgo más definitorio de la enfermedad: la afectación a la memoria reciente. Son personas que "recuerdan lo que pasó hace mucho tiempo pero no lo que acaba de ocurrir, por la localización de la lesión a nivel neurológico", detalla Viqueira.

No obstante, apunta, "hay que distinguir lo que es un envejecimiento normal asociado a la edad, que nos hace más lentos a la hora de procesar, de cuando ya nos estamos encontrando con algo patológico".

En cualquier caso, los primeros síntomas provocan "una alteración de la memoria, que la persona se encuentre desorientada y no sepa muy bien la fecha en la que está, o que empiece a tener dificultades para aprender cosas nuevas o a controlar el dinero", explica la directora técnica de AFACO.

En el momento en el que aparecen estos síntomas "es importante consultar a un médico para determinar si es algo normal, un envejecimiento normal asociado a la edad, o si estamos ya empezando con con algo patológico".

Una persona mayor con Alzheimer (foto: Shutterstock)

En ese sentido, la edad es el "principal factor de riesgo para padecer una demencia", recuerda Viqueira, que matiza que en ocasiones pueden aparecer algunos tipos de de demencia en edades más tempranas, "con un pronóstico en la mayor parte de los casos peor" ya que suelen tener "una evolución más rápida".

Aún así, reitera que el principal factor de riesgo sigue siendo la edad y, de hecho, la media de edad de los pacientes se sitúa en los 80 años.

Diagnóstico del Alzheimer

En el área sanitaria de A Coruña y Cee existe un protocolo para la detección del deterioro cognitivo que especifica que se debe acudir al médico de atención primaria ante la aparición de estos síntomas, y será este facultativo/a quien revisará si el paciente cumple con los signos de alarma de la enfermedad del Alzheimer. Estos signos, detalla Viqueira, tienen que darse también con una "frecuencia determinada".

"Lógicamente tienen que darse varios de estos signos y con una frecuencia determinada. No es algo puntual, sino algo que se dé con con frecuencia", apunta.

Además se realizará también "una revisión de los antecedentes de la persona, de sus hábitos de vida, y si se considera que puede estar padeciendo un deterioro cognitivo, se le hará un test y una analítica para revisar que todo esté funcionando bien a nivel orgánico".

Paralelamente "se le hará una prueba de imagen", un TAC, y a partir de ahí, "si todo apunta a que la persona tiene una demencia, se la derivará a neurología, que será el profesional que complete el estudio", añade.

Papel de las familias

Por las características de esta enfermedad, las familias de los pacientes con Alzheimer suelen experimentar mucho desconcierto y grandes dosis de sufrimiento cuando ven que su familiar empieza a olvidarse de asuntos importantes, o incluso de sus nombres e identidades, es por ello que entidades como AFACO trabajan también con las familias ofreciéndoles un espacio de apoyo, donde pueden entrar en contacto con otras personas en su misma situación.

"Además de disponer de los servicios de estimulación para personas afectadas en las diferentes fases, así como de hacer evaluaciones periódicas en colaboración con los facultativos, también empezamos a trabajar con la familia desde el inicio con tres tipos de servicios", explica Viqueira.

El primero de estos programas se trata de un curso básico de formación para familias donde se les da información general importante sobre la enfermedad; también cuentan con el área de intervención psicológica, donde se ofrece terapia individual o grupal; por último disponen del área de asesoramiento social y de asesoramiento jurídico.

El objetivo del trabajo con las familias es "ofrecerles el mayor apoyo posible y que se sientan parte de un grupo y que no son los únicos que están pasando por esta situación, que hay más personas que se encuentran en una en una situación similar y con las que pueden compartir", relata.

Así, cuenta Viqueira, los familiares "terminan haciendo amigos entre las propias familias", y es que ese es otro de los propósitos: "Que hagan grupo también entre ellos y que empiecen a funcionar sin la necesidad de que esté el terapeuta mediando", añade.