Este sábado se celebra el Día Mundial de la Lucha contra la Depresión, uno de los trastornos de salud mental más frecuentes y que más afecta a las mujeres en edad adulta. Aunque en los últimos años parece haber aumentado la concienciación sobre este tema, Marta Amor, psicóloga de Saúde Mental FEAFES Galicia, considera que a menudo se cae la banalización y en discursos culpabilizadores que sitúan la responsabilidad en la persona que sufre depresión.
Galicia cuenta con más personas con depresión que la media de España, según se recogió en la última Encuesta Europea de Salud. Este trastorno es casi tres veces más frecuente entre las mujeres (58,5) que entres los hombre (23,3%), y su prevalencia es más elevada a medida que aumenta la edad. Además, igual que sucede en otros trastornos de salud mental, el gradiente social es muy marcado, es decir, se da en mayor medida entre personas con rentas más bajas, tal y como recoge el Ministerio de Sanidad.
En la última década la salud mental se ha situado en el foco del discurso en parte gracias a las redes sociales y también a las generaciones más jóvenes, que han normalizado hablar del malestar emocional o psíquico, y contar públicamente, por ejemplo, que se acude a terapia. La llamada "generación de cristal" es en realidad la que se ha atrevido a poner nombre al malestar y sacarlo de dentro.
Todo ello tiene una parte evidente positiva y es que hablar de salud mental es cada vez menos tabú. Aún así, Amor recuerda que "non todo o que se fala de saúde mental é correcto", y percibe cierta banalización en algunos mensajes que se vierten en medios y plataformas.
"Que se fale destas problemáticas é fundamental porque o que non se fala non existe, e hai xente que accede máis aos recursos ou que pide axuda, pero ás veces o risco é que se banalice un pouco". En ese sentido, observa como "se segue a pensar que quen non sae dunha depresión e porque non se esforza o suficiente". Y lamenta que sigue estando presente "un discurso responsabilizador".
Amor también apunta a un incremento de determinados problemas de salud mental a raíz de la pandemia: "Vemos que se incrementa a dificultade para xestionar situacións de conflicto e a xestión persoal das persoas, hai menos capacidade de enfrontamiento de situacións estresantes", apunta.
Asimismo desde FEAFES detectan un aumento de la ideación y la conducta suicida. "Está presente esa sensación de sufrimento intenso, de non ter nada ao que aferrarse o por que seguir aquí. Esas cuestións ligan moito coa depresión".
En España existe la línea telefónica 024 de atención a la conducta suicida para ayudar tanto a las personas con pensamientos, ideaciones o riesgo de conducta suicida, como a sus familiares y allegados.
Cómo ayudar a una persona con depresión
La vida de familiares y conocidos de la persona con depresión también es complejo y a menudo dolorosa, y muchas veces "non se teñen recursos" para saber cómo actuar, relata la psicóloga. Por eso ella recomienda "pedir sempre apoio profesional" e intentar adoptar una "posición de comprensión" con la persona afectada.
Porque "a depresión non é levantarse dous días mal", recuerda Amor, si no que se caracteriza por una tristeza o vacío más profundos y que se prolonga "un tempo mínimo de dúas semanas". Además del bajo ánimo, la depresión cursa con "perda de interese, e outras cuestións como insomnio ou perda de atención", relata.
La persistencia de estas ideas provoca que el entorno a veces también actúe como reforzador de esos prejuicios sin quererlo ante la impotencia de ver a un ser querido que no termina de estar bien, y pueden mandar "mensaxes perversas", tales como: "Se non estás mellor é porque non queres, anímate, sal da cama, fai exercicio, come saudable…" relata Amor, que recuerda que "as persoas con depresión teñen un nivel de sufrimento que non queren ter" y que realmente "hai unha incapacidade" para hacer todas esas tareas.
"É importante falar de saúde mental dunha maneira axeitada sen responsabilizar á persoa. A ninguén se lle ocorre dicir que corras cunha perna rota, pero con este tipo de doenzas si pasa", subraya la psicóloga, que sabe que a menudo la gestión se hace complicada en las familias porque "cando aparece a depresión moitas veces hai xa un percorrido na familia de hartazgo e frustración, de ter tentado cousas que non funcionaron", detalla.
Pese a ello destaca que es importante "pasar tempo con estas persoas, preguntarlles qué precisan e qué lles gustaría facer", así como "eloxiar os seus avances aínda que sexan pequeniños". También recomienda "tratar que acudan aos profesionales e tomen a medicación" y sobre todo, "entender que precisan un tempo e evitar a crítica e o reproche".
No obstante, Amor explica que para asegurar esa atención y apoyo es necesario que desde las instituciones se apueste por la salud mental "aumentando os presupostos", lo que permitiría "ter máis profesionales nos centros de saúde", pero también en otros espacios, como los institutos, para "detectar problemas". "Incrementar recursos é clave para mellorar tamén a atención e a parte social", añade.
Y es que, la depresión, al igual que otros muchos problemas de salud mental, no sucede de forma aislada, sino que se inscribe en un contexto social y personal y se ve afectada por las condiciones vitales y materiales, por lo que también hay que prestar atención a otros aspectos de la vida.