La Inteligencia Artificial puede tener un papel clave en el futuro de la medicina personalizada y en la investigación de enfermedades como el cáncer. De esa premisa parte el proyecto Dipcan, un estudio del que participan tres hospitales públicos gallegos y que espera llegar a 2.000 pacientes con cáncer metastásico para recopilar datos de su enfermedad que puedan ayudar en el desarrollo de nuevos tratamientos. El proyecto cuenta con financiación pública a través de los Fondos Next Generation, es gratuito y sigue abierto a nuevos participantes.

Nines Martín tiene 48 años y es una de las pacientes que está realizando el estudio de Dipcan en Galicia. Ella fue diagnosticada en el año 2020 con un cáncer de mama que acabó derivando en metástasis. Todo comenzó durante la pandemia con unos dolores de espalda que, según descubriría más tarde, guardaban relación con el cáncer que le detectarían después de que ella misma se palpara un bulto en un pecho. El diagnóstico "arrasó con todo", también con los planes de viaje de ese verano que ella, su marido, y sus tres hijos, iban a pasar en su pueblo natal en Extremadura.

En aquel momento le dieron su hoja de ruta a seguir y le dijeron que "tenía pronóstico bueno". Por ello pensó que "tendría un año malo pero luego ya pasaría todo". Sin embargo, después de ese año y tras reincorporarse de nuevo al trabajo volvieron aquellos dolores de espalda del principio: "Yo decía que algo iba bien porque a mí me dolía como la otra vez y la otra vez hubo algo", rememora. Pese a ello, en las distintas revisiones todo parecía estar bien, por lo que tuvo que insistir para que le realizaran pruebas que dieran con el origen de ese dolor. Finalmente fue una gammagrafía la que mostró una metástasis ósea.

"Hablamos de cáncer de mama como si fuese único, pero cada cáncer es un mundo y cada persona es un mundo y el cáncer de mama de rosa tiene muy poco", subraya Martín, que lamenta que se difunda esa imagen dulcificada de una enfermedad que puede resultar muy dura. "Flaco favor hacen dulcificando, el 80% de los pacientes que pasan por un cáncer de mama se curan, pero existe un 20-25% de pacientes que no nos curamos y que hacemos una metástasis", relata.

Recuerda que su doctora le dijo que la metástasis "no es curable, pero sí es tratable" y que ahora tenía que "aprender a vivir con esto". En ese momento "volvimos al punto de partida", y le pautaron de nuevo una nueva hoja de ruta de tratamiento. Fue en ese proceso cuando de casualidad leyó sobre el estudio de Dipcan, que para ella ha supuesto una nueva esperanza.

"Analizan tu masa tumoral, te hacen una biopsia líquida y una resonancia magnética de cuerpo entero, y ven si hay mutaciones", unas pruebas que "te dan un montón de información referente a tu enfermedad". Gracias a ellas descubrió que tenía una mutación en un gen para la que existe un tratamiento diana "que dispara directamente contra el enemigo", es decir, un fármaco que ataca directamente a esas células tumorales.

"Ahora sé que tengo una línea más de tratamiento", celebra, al tiempo que demanda "que se inviertan muchos más recursos en estudios como este y en investigación médica" para poder aumentar la esperanza de vida de las personas con cáncer metastásico.

Un algoritmo para hallar respuestas

En Galicia colaboran con el estudio tres hospitales: el CHUS Santiago de Compostela, el CHUAC de A Coruña y el Álvaro Cunqueiro de Vigo. Pepe Valenzuela, director médico de Dipcan en Galicia, detalla que el objetivo es recopilar los datos de estos pacientes para desarrollar "un algoritmo de inteligencia artificial" que podría servir "en la investigación y en la práctica clínica diaria".

En ese sentido, explica que se trata de "un estudio observacional", es decir, no se les administra ningún tratamiento a los participantes, solo se les realizan pruebas diagnósticas a través de las cuales se recopila información clínica, radiómica, patológica y genómica de cada paciente. Todos los parámetros son posteriormente anonimizados y analizados mediante un algoritmo de inteligencia artificial.

Miquel A. Bru, cofundador de Genomcore, una de las entidades que forman parte de Dipcan, asegura por su parte que esos datos "son de los pacientes", que reciben información detallada sobre su propio tumor, lo que, en algunos casos, les puede permitir optar a tratamientos más precisos. "Todas las pruebas que hacemos se las damos a ellos y se las pasamos a sus médicos para que puedan contextualizar la enfermedad", añade.

La inteligencia artificial es clave en ese proceso de análisis porque, apunta, permite analizar una gran cantidad de datos de un modo que no sería posible sin esta tecnología. "Estamos categorizando pacientes de cáncer con más de 29 tipos de datos distintos" que provienen de la propia historia clínica y de las pruebas diagnósticas. "Todo eso lo estamos poniendo dentro de esta plataforma donde podemos estructurar todos los datos para poder analizarlos", añade.

Tras realizar esa recopilación "podemos buscar sinergias entre estos datos y buscar patrones que nos permitan ver la prognosis de este cáncer". Así, el objetivo inicial es "encontrar estos patrones que nos puedan ayudar a a buscar la prognosis del cáncer", y a partir de ahí ver "cómo esto se aplica en el día a día para nuevas líneas de acción con los pacientes".

Dipcan está formado por siete entidades: Eurofins Megalab, la Fundación MD Anderson Cancer Center España, Genomcore, Artelnics, Pangaea Oncology, Atrys Health y Quibim; y colabora con distintos hospitales de toda España.