Encontrarse el buzón lleno de papeletas y propaganda antes de las elecciones es algo habitual. Como también lo es tirarlas directamente a la basura pese a que los partidos y los analistas consultados aseguran que son utilizadas por bastante más gente de lo que se cree. Sin embargo, la alegría con que se lanzan al contenedor cambia al conocer cuánto le cuesta al ciudadano. Siéntese: el mailing electoral que le sale gratis a los partidos con grupo parlamentario le supone al Estado un gasto de 46 millones de euros.
Esta cifra corresponde a las elecciones generales de 2011 y está extraída de los datos publicados por el Tribunal de Cuentas, ya que las del 20-D están pendientes de fiscalizar. En esos 46 millones se incluye la subvención que recibieron los partidos para cubrir sus gastos de impresión y ensobrado (20,2 millones). También se incluye lo que el Estado debió pagarle a Correos por los 139 millones de cartas que las formaciones políticas mandaron a los electores, lo que supuso un gasto añadido de 25,8 millones a favor de esta empresa pública.
Por ejemplo, el PP se gastó entonces 6,6 millones de euros tras mandar 31 millones de cartas. El Estado le devolvió todo este dinero porque los populares obtuvieron grupo parlamentario -como mínimo cinco diputados-, requisito indispensable para percibir la subvención.
Pero a ese gasto de 6,6 millones del PP hay que sumarle otro más. Los partidos tan sólo tienen que pagar a Correos 1 peseta -sí, 0,006 euros- por cada sobre que envían. Esta cifra está congelada desde 1977 y se estableció con motivo de las elecciones preconstitucionales. El resto, hasta cubrir los 0,16 euros que realmente cuesta el envío de cada carta, también lo abona el Estado.
En el caso del PP, esto supuso un gasto de otros 5 millones para las arcas públicas, por lo que, en conjunto, el mailing de esta formación costó a los ciudadanos casi 12 millones de euros en las generales de 2011, sin contar Aragón, Navarra y Extremadura, donde se presentaron coaligados con otros partidos. El PSOE tampoco se quedó atrás y el gasto público alcanzó los 10,9 millones, en este caso sin tener en cuenta a los socialistas catalanes.
NI UN EURO DE RECORTE
La campaña para los comicios de este 26 de junio arranca después de que los partidos fueran incapaces de alcanzar un pacto para reducir los gastos electorales. Tan sólo se comprometieron a que cada uno intentara ahorrar por su cuenta. El principal punto de discordia fue precisamente el buzoneo, que PP, PSOE y PNV se negaron a tocar con el argumento de que era un servicio indispensable y que era preferible recortar en otros asuntos, como la publicidad exterior (cartelería, vallas...).
Podemos, Ciudadanos e Izquierda Unida propusieron que se hiciera un mailing conjunto para reducir costes, es decir, hacer un buzoneo universal con una única carta en la que estuvieran incluidas las papeletas de todos los partidos.
Todo hace prever que la ruptura del bipartidismo va a conllevar que el coste del mailing suba aún más. Ciudadanos mandará esta campaña 28 millones de cartas, aunque el partido naranja se compromete a cobrar sólo 0,15 euros por envío en lugar de los 0,18 establecidos. Por su parte, Podemos prevé remitir 12 millones de cartas, si bien la cifra real será más alta porque Izquierda Unida y el resto de partidos coaligados van a hacer el buzoneo por su cuenta.
“Aunque parezca mentira, el mailing tiene más importancia de lo que pensamos. Es difícil conocer qué incidencia tiene, pero en las zonas rurales y en las personas mayores puede ser importante. Desde la Transición mucha gente se ha habituado a votar saliendo con el voto preparado de casa y lo tiene muy interiorizado”, señala Jordi Rodríguez Virgili, profesor de Comunicación Política de la Universidad de Navarra.
El consultor de comunicación política Luis Arroyo entiende que el mailing beneficia sobre todo a los partidos tradicionales, “quizá más aún al PSOE que al PP”. “El envío de un mismo sobre habría sido absurdo. ¿Qué candidaturas sin incluirían? ¿Cuatro? ¿Por qué no cinco o veinte? Tampoco tendría mucho sentido. Si están todas las candidaturas, o unas pocas, se pierde el efecto por completo”, añade quien fuera jefe de gabinete de la exministra Carme Chacón.
Responsables de Izquierda Unida señalan que PP y PSOE, así como otros nacionalistas como el PNV y la antigua CiU, han estado durante toda la democracia utilizando “pólvora de rey”. Se refieren a que sabían de antemano que el Estado les iba a devolver todo el dinero que gastaran -hasta el límite establecido de una carta por elector- porque, salvo una catástrofe más que improbable, iban a obtener grupo parlamentario.
NEGOCIACIONES PARA FORMAR GRUPO PROPIO
La impresión y envío de papeletas y propaganda para estas elecciones arrancó ya hace días. Al tratarse de papeletas que no elabora directamente el Estado, las formaciones políticas deben tener especial cuidado en hacerlas con el mismo formato que las que estarán en los colegios electorales, ya que en caso contrario podrían convertirse en votos nulos.
De hecho, a Izquierda Unida le ocurrió esto en Extremadura en las pasadas elecciones municipales por un problema con el tintado de los sobres. Tuvo que recurrir al Tribunal Constitucional para que se hiciera un recuento de los votos declarados nulos. La Junta Electoral le reconoció después 56 votos más.
La necesidad de obtener grupo parlamentario para cobrar la subvención que cubre el mailing genera negociaciones entre los partidos durante la constitución de las Cortes Generales. Para tener grupo propio, es necesario haber obtenido 15 diputados, o bien tener cinco y haber conseguido el 5% de los votos a nivel nacional o el 15% en las circunscripciones en las que se ha presentado (esta última posibilidad está pensada sobre todo para los partidos nacionalistas o regionalistas).
Aun así, muchas veces ocurre que hay partidos que incumplen los requisitos y, pese a ello, desde la llegada de la democracia se ha hecho una lectura laxa del reglamento para que estas formaciones más pequeñas también puedan percibir la subvención.
Por ejemplo, en la legislatura que arrancó en 2011, ERC y Foro Asturias decidieron integrarse en los grupos de La Izquierda Plural y Unión Progreso y Democracia, respectivamente. Eso les permitió llevarse una subvención de 245.000 y 250.000 euros cada uno para cubrir sus gastos de mailing pese a que tanto los diputados de ERC como los de Foro abandonaron días después los grupos de Cayo Lara y Rosa Díez para pasarse al grupo mixto.
La única excepción que se conoce es la prohibición que hizo la Mesa del Congreso en la anterior legislatura para evitar, con los votos de PP y Ciudadanos, que Izquierda Unida y Bildu pudieran integrarse en el grupo de ERC para así cobrar la subvención. Esta prohibición, muy polémica porque hasta entonces siempre se habían permitido este tipo de acuerdos, supuso que IU dejara de ingresar los 1,7 millones de euros que dedicó al mailing en las elecciones del 20-D.
Ciertos analistas consideran que el factor económico ha sido relevante en la decisión de IU de coaligarse con Podemos, ya que la formación de Alberto Garzón arrastra una deuda de 9 millones. Sin embargo, Pablo Iglesias ya dejó claro que este pacto en ningún caso conlleva que el partido morado vaya a hacerse cargo de una parte de esta deuda millonaria. Hace unas semanas trascendió que la subvención que recibirá Unidos Podemos por los votos que obtenga -que va aparte del mailing- se repartirá en un 76% para los de Iglesias y un 24% para los de Garzón.