"Nos han cobrado cinco millones de euros por basura". Eso es lo que debieron de pensar los responsables de una empresa china que en 2013 compró un cargamento de metal por dicha cifra a la empresa Recicat, cuyo dueño es Oriol Millán. Cuál fue la sorpresa de los compradores cuando al abrir los contenedores vieron que en lugar de chatarra de latón, cobre y restos metálicos de motores que habían adquirido, los doce contenedores habían sido rellenados con arena, piedras, barro y otros restos. Ahora, este empresario de 35 años que perpetró la estafa millonaria se ha entregado a los mossos d'esquadra tras haberse fugado a Paraguay, según se cree, con documentación falsa. Prefiere estar vigilado por la policía que acosado y perseguido por la empresa a la que timó. Según una fuente cercana a la investigación, la razón es simple: "Donde hay una gran empresa china, hay mafia china".
Oriol Millán es el administrador y socio único de Recicat, un conglomerado de empresas a la que pertenece Recicladors de Catalunya SL, a través de la cual Oriol envió el pedido a la empresa china. Desde 2013, la empresa no tiene actividad alguna, aunque su página web permanece en activo y asegura que se dedica a la "recuperación, desguace, y comercio de todo tipo de materiales: chatarras, desperdicios, residuos, vehículos y maquinaria". Según el Registro Mercantil de Barcelona, la creación de Recicladors de Catalunya data de julio de 2009. La empresa quedó extinguida en diciembre de 2015 por insolvencia.
Estafa de cinco millones de euros
La empresa china a la que Oriol estafó era uno de sus grandes clientes. El último pedido estaba valorado oficialmente en cinco millones de euros. La cifra real podría incluso ser el doble o el triple de alta. La fuente que ha dado a conocer esta información a EL ESPAÑOL asegura que "los chinos, enfadados, se personaron en Barcelona con un grupo armado" —presuntamente una mafia china—. El objetivo era, como mínimo, intimidarle. Oriol les convenció de que todo había sido fruto de un error: el propio empresario podría haber sido víctima de un robo de la mercancía. O bien en el mismo puerto de Barcelona desde donde envió los doce contenedores o en alguna escala durante el trayecto hasta China.
El catalán consiguió quitarse de encima a los empresarios chinos bajo promesa de que les volvería a enviar otro pedido idéntico al original. Quizá por la confianza gestada durante un tiempo —la empresa china era uno de los grandes clientes de Recicat— le dieron otra oportunidad. Pero la mercancía nunca llegó. El siguiente paso fue volver a contactar con él, pero Oriol jamás contestó al teléfono. Desapareció sin dejar rastro. Los asiáticos fueron entonces conscientes de que la primera mercancía nunca llegó a cargarse en el barco, y que la promesa de un segundo envío era sólo una maniobra de distracción. Habían sido estafados.
A través de un ciudadano chino residente en Barcelona, la empresa china denunció los hechos. Oriol se esfumó, pero con su huida comenzó también la pesadilla: durante los últimos tres años, el empresario no sólo ha sido investigado por los mossos d'esquadra sino también perseguido por la mafia china, la más peligrosa del mundo. Años burlando a la ley y escabulléndose de la mafia asiática para que al final, temiendo por su vida, Millán haya preferido entregarse a las autoridades antes que seguir siendo acosado y perseguido por una organización criminal.
Huida a Paraguay
Una vez perpetrada la estafa, Oriol Millán fue consciente de que la mafia china iría a por él sin descanso. Por ello, decidió poner mar y tierra de por medio y el destino elegido para esconderse fue el corazón de América. Se fugó a Paraguay, a más de 9.000 kilómetros de su ciudad natal, mientras los mossos seguían investigándole y cerrando el cerco. La opción más desesperada de quien se levantada cada día pensando que pueden matarle.
Hace unos meses, consciente de que su vida corría peligro y que la mafia asiática cada vez estaba más cerca de él, decidió abandonar Paraguay y regresar a España. La madrugada del pasado jueves 9 de junio el empresario catalán llamó a la comisaría de mossos d'esquadra en Terrassa asegurando que era Oriol Millán y que quería entregarse.
Según las autoridades que investigan el caso, Millán podría haber tomado esta decisión al ver que las pesquisas policiales estaban tan avanzadas que "se vio acorralado". Su abogado actual, Marc Molins, ex socio de Miquel Roca —el abogado de la infanta Cristina en el caso Nóos—, asegura que su entrega se debe a una "decisión ética". "Mi cliente ya no quería vivir más en la clandestinidad y decidió hacer lo correcto". Marc Molins ha rechazado realizar más declaraciones a petición de su cliente.
La fuente consultada por este diario no está de acuerdo con dicha interpretación. Al parecer, Millán ofreció 600.000 euros de fianza para evitar ingresar en prisión hasta que no hubiese juicio y sentencia, ya que allí podría ser un blanco fácil para la mafia china. En Barcelona y en otros puntos de Cataluña se han llevado a cabo importantes operaciones policiales contra esta organización.
Una vez se entregó y pasó a disposición judicial, el juez decretó su ingreso en prisión preventiva, aunque fuentes cercanas al caso aseguran que el sábado 11 de junio fue puesto en libertad.
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