Fue el 27 de mayo de 2015 cuando Julio Mateo pegó la espantada y nació El Dioni de Almensilla. Ese día, por correo y mientras se quitaba del medio, Mateo reconoció a los 600 propietarios de una urbanización cercana a Sevilla que llevaba varios años quedándose su dinero. En total, vació de las cuentas de la entidad en la que era tesorero 3,7 millones de euros. Por medio de aquellas líneas, Mateo reconoció el desfalco... y desapareció.
El pasado martes y tras más de un año de fuga, El Dioni de Almensilla fue detenido en el aeropuerto madrileño de Barajas. Según la versión oficial, el gobierno de República Dominicana le deportó cuando fue detectado sin permiso de residencia. Julio Mateo se fue al Caribe. Y le echaron. Hasta ese momento y según fuentes de su entorno, intentó levantar una nueva empresa de venta de aceite que le sirviera para empezar de nuevo a miles de kilómetros de España. Su objetivo era producir aceite en República Dominicana y venderlo en Venezuela, donde había intermediado ya en distintos pedidos vinculados al gobierno de Maduro.
Según ha podido confirmar EL ESPAÑOL, la policía investiga además el robo del almacén que Julio Mateo tenía en Sevilla, ante la sospecha de que el entonces fugado intentó desviar tanto maquinaria como aceite precintado a su refugio caribeño. La denuncia del suceso, presentada ante la Guardia Civil, se produjo cuando el Dioni de Almensilla se encontraba ya fugado. Ahora, la Justicia investiga si el suceso fue un simple robo, o por el contrario, una fachada perpetrada por colaboradores de Mateo para hacer desaparecer parte de la maquinaria que necesitaba y hacerla llegar a República Dominicana por medio de una empresa mercante.
SE NIEGA A DECLARAR
El pasado jueves, dos días después de su detención, Julio Mateo se negó a declarar ante el juez. El titular del Juzgado de Instrucción Nº 1 de Coria del Río decretó entonces su ingreso en prisión, eludible con una fianza de 4,8 millones de euros. El magistrado le acusa de presuntos delitos de estafa, apropiación indebida y delito societario. No son las únicas causas pendientes que tiene el empresario. Además del procedimiento por el desfalco de la Junta de Compensación del Sector F de Sevilla, Mateo tiene abiertas otras dos causas penales en sendos juzgados andaluces: en la primera está acusado de adulterar aceite para su venta. La segunda tiene que ver con un presunto delito societario.
Pese a que la fuga de Julio Mateo se hizo pública en mayo de 2015, la orden de detención internacional en su contra llegó en febrero de 2016. Dos meses después, El Mundo publicó las primeras pruebas de que Mateo se encontraba en República Dominicana con su pareja. En la imagen se podía ver al Dioni de Almensilla disfrutando de una bebida en una terraza de Santo Domingo.
La investigación del caso se centra ahora en las personas que trabajaron con Mateo en la citada junta de compensación, ante la sospecha de que el ahora detenido pudo contar con ayuda para maquillar las cuenta de la entidad.
La elevada fianza impuesta responde a que el juez considera que existe un alto riesgo de fuga, tal y como demostró cuando se apropió del dinero de los parcelistas de Almensilla y huyó al Caribe.
ESTAFADOR PROFESIONAL
Julio Mateos, nacido en la localidad sevillana de Camas en 1964, había hecho de las estafas su modus vivendi. La primera conocida, la que le valió el apodo de Dioni de Almensilla, fue la que le reportó 3,7 millones de euros procedentes de los bolsillos de los parcelistas del sector F de Almensilla. Mateos era el presidente de la Junta de Compensación, un organismo creado por 600 propietarios de suelo de la zona para completar el desarrollo urbanístico del sector.
Mateos convenció a los parcelistas presentándose como licenciado en Empresariales y administrador de una asesoría fiscal de Mairena de Aljarafe. Una vez se ganó la confianza de los propietarios, se acabó convirtiendo en la única persona autorizada para manejar las cuentas de la junta. Se valió de esta posición de privilegio para llevarse todos los fondos. Luego envió un correo electrónico a los propietarios para disculparse por haber cogido un dinero que no podía reponer. Y después desapareció.
ACEITE PARA LÁMPARAS
La segunda estafa conocida protagonizada por Mateos está relacionada con el negocio que pretendía levantar en República Dominicana. Mateos vio un filón en el aceite de oliva. En España montó una empresa con la que aseguraba vender aceite de oliva virgen extra, cuando en realidad daba aceites adulterados y, en ocasiones, no aptos para el consumo humano. Por ese motivo, además de estar imputado por estafa y blanqueo, se se enfrenta a la acusación de delito contra la salud pública.
La Policía Nacional inició la investigación de 2015 tras una denuncia impuesta por un socio de Mateos. Alertaba de que el Dioni de Almensilla estaba comercializando aceites de semillas o de orujo, de muy baja calidad, haciéndolo pasar por virgen extra. Así logró bajar los precios sobremanera, llegando a vender el litro de su aceite hasta tres euros más barato que las otras marcas con las que competía. Incluso en una ocasión se identificó aceite lampante, usado como combustible para lámparas y no apto para el consumo humano.
El grupo de Blanqueo de Capitales de la Policía Nacional de Sevilla retiró las partidas adulteradas de los comercios y detuvo a 9 personas, entre las que figuran un hermano, la hija y el yerno de Mateos, acusados de varios delitos, entre ellos el de estafa, blanqueo y pertenencia a organización criminal. Para entonces, él ya se había fugado a Santo Domingo. Sin embargo, la demora al tramitar de la orden de búsqueda y captura internacional por parte del juzgado le permitió huir de nuevo.
OBRAS DE ARTE
Pero además de las causas abiertas ya conocidas, Mateos también ha estado implicado en otras estafas por las que no está encausado. Fue uno de los principales captadores de clientes en la estafa de la empresa “Arte y Naturaleza”. Un timo piramidal con el que más de 18.000 inversores perdieron todos sus ahorros a finales de los 90.
Se trataba de una agencia de inversión de obras de arte que acabó quebrando de forma casi paralela a otras más conocidas (pero que procedían del mismo modo) como Afinsa o Fórum Filatélico. La operativa era la siguiente: los comerciales captaban a incautos que depositaban su dinero a cambio de adquirir cuadros y esculturas por un valor muy superior al de mercado. Desde "Arte y Naturaleza" les prometían la revalorización de dichas obras y una rentabilidad mucho más alta de la que ofrecían los bancos con sus productos financieros. Finalmente, la empresa quebró y los inversores no pudieron recuperar ni su dinero ni las obras de arte.
Varios de los afectados de “Arte y naturaleza” lo identificaron como uno de los comerciales más activos de la trama. "Me lo presentó un inversor y me vendió la estafa como el gran negocio con el que me iba a hacer rico. Cuando todo estalló, desapareció", cuenta Enrique, una de las víctimas del timo.
La detención de Mateos casi coincide en el tiempo con la celebración del juicio contra los responsables de "Arte y Naturaleza". y aunque el Dioni de Almensilla no está encausado en este juicio, las víctimas que lo conocieron esperan que "de algún modo pague todo lo que nos hizo a nosotros, porque también se lucró a costa nuestra, mintiéndonos y apropiándose de nuestro dinero".