Cerca de tres millones de ciudadanos europeos viven en Reino Unido. Después del referéndum del 23 de junio, muchos ven su futuro en este país con incertidumbre.
El Gobierno de Theresa May no ha concretado cuáles serán los derechos de los europeos que viven en Gran Bretaña tras el brexit y sostiene que será uno de los temas prioritarios que se abordarán en las próximas negociaciones. La preocupación que ha desatado esta inseguridad puede apreciarse no sólo en el aumento de solicitudes de residencia permanente por parte de los ciudadanos de la Unión, sino también en los grupos formados por europeos residentes en el Reino Unido en las redes sociales.
Una de las quejas más recurrentes en estos colectivos es el largo proceso para obtener el permiso de residencia. Los interesados deben completar una solicitud de 85 páginas, en la que deben presentar documentos que prueben que dicha persona ha trabajado sin interrupción y ha pagado impuestos durante al menos cinco años. Estar casado o casada con un británico/a no garantiza conseguir este permiso, y varias personas han sido notificadas por el Ministerio de Interior de que deben hacer preparativos para abandonar el país tras haber visto rechazada su solicitud.
Esta incertidumbre también afecta a los españoles. En las redes sociales se mezclan mensajes como “mejor no irse por si no puedes volver”, “seguro que al final no pasa nada” y “yo me vuelvo antes de que me echen”. “Yo soy de las que se van por el brexit tras cuatro años aquí”, escribe Gema en el grupo de Facebook de Españoles en Manchester. “Pero no me voy porque piense que me van a echar. Me voy porque el día que ganó el brexit ganó la xenofobia en este país”.
Los delitos xenófobos se han disparado tras el resultado del referéndum: según un informe del Ministerio de Interior las denuncias por crímenes de odio aumentaron un 41% el pasado julio sobre las del año anterior. Embajadas europeas en Reino Unido como la de Polonia y Francia también han denunciado casos de abuso a sus ciudadanos en los últimos meses.
Ricard, Berengere, Mladen y Simona son cuatro de las personas que han decidido marcharse de Reino Unido a raíz del brexit. Cada uno de una nacionalidad distinta, comparten la decisión de abandonar el país que un día consideraron su hogar. Sus historias, contadas en primera persona, reflejan la realidad de las muchas personas cuyas vidas cambiaron drásticamente tras la victoria del brexit en el referéndum.
Ricard Llauradó: "Vuelve a tu país"
"Me vine a Inglaterra en 1998, a una ciudad a la afueras de Londres. Vine como au-pair, con la idea de estar solo seis meses, pero me gustó el ambiente y me quedé a hacer el bachillerato. Luego me eché novio y al final decidí quedarme. Estudié lingüística en la universidad de Essex y me mudé a Londres, donde viví durante quince años. Londres es una ciudad genial para cuando tienes veintitantos años, pero con 37 años me apetecía establecerme en una ciudad más pequeña. Mi novio y yo nos mudamos a Edimburgo justo antes del referéndum. Tenía esperanzas de que el Brexit no fuese a ganar, mi novio decía que era imposible que pasara. Pero en el fondo yo sabía que iba a salir.
¿Por qué lo sabía? Por el auge del populismo en este último par de años en Europa, por la retórica que se escuchaba en los medios… también porque amigos míos en Londres que nunca habían hablado de inmigración empezaron a sacar el tema y me decían cosas como que Reino Unido tenía que tener un mayor control de los inmigrantes que venían. “No hablamos de ti”, me decían, “tú llevas aquí muchos años”. Y yo pensaba, ¡pero si yo soy como ellos!
Mi novio es de Dinamarca. Nuestras vidas son como son gracias a la Unión Europea. Al final de este año habré estado en Reino Unido más tiempo que en mi propio país. El resultado del referéndum me rompió el corazón. El país que he querido durante tantos años, donde conocí a mi novio, donde he tenido grandes amistades y buenos trabajos me está diciendo que ya no me quiere aquí. En términos de identidad, yo soy europeo. Para la gente de aquí no soy realmente británico y en Cataluña no me ven realmente como catalán.
Pensamos en mudarnos en cuanto salió el resultado. Queremos irnos antes de final del año. Incluso si el gobierno termina acordando que los europeos como yo que llevan años viviendo en Reino Unido pueden quedarse, yo no quiero seguir aquí. Para empezar el papeleo que tienes que hacer para demostrar que vives legalmente en Reino Unido es absurdo. Muchos amigos míos se están volviendo locos con eso. Y ahora están diciendo que van a tardar años en tramitar todas las solicitudes.
Pero sobre todo no quiero quedarme porque no quiero vivir en un país que ha dejado de mirar hacia fuera para mirar hacia dentro. Y esto duele, porque este es mi hogar. Te he pedido que hagamos la entrevista en inglés porque para mí es mi primer idioma, antes que el catalán o el español.
Trabajo para Amazon, y la semana pasada me ofrecieron un contrato permanente. Pero no creo que esté aquí mucho más tiempo. Pensé en volverme a Barcelona, pero mi novio no habla ni catalán ni español. Dinamarca parece la opción más acertada. Estoy aprendiendo danés ahora, y la semana pasada viajé a Estocolmo para mirar opciones laborales.
Me siento más a gusto en Escocia que en Inglaterra, pero aun así he tenido una mala experiencia. Hace unos meses estaba en una discoteca a las afueras de Edimburgo y vi que una chica borracha estaba pegando patadas a la puerta, así que le pedí educadamente que parase. “Tú no eres de aquí, no puedes decirme qué hacer”, me dijo. “Vuélvete a tu país”. Pero este es mi país, pensé yo. Era la primera vez que alguien me decía algo así".
Berengere Etche: "No me sentía segura"
"He vivido en Inglaterra 24 años. Soy francesa y vine como estudiante. Después de la universidad conocí a mi marido, que es británico, y nos casamos. Vivíamos en Copnor, un barrio en el norte de Portsmouth y uno de los bastiones del UKIP. Yo trabajaba en el ayuntamiento, en asuntos sociales. En las semanas antes del referéndum, empecé a darme cuenta de que ya no era bienvenida. En la calle, en el transporte público, había personas que notaban mi acento y me decían que me fuera. Estaba segura de que el brexit iba a ganar, y en ese caso sabía que no quería quedarme.
La noche del 23 de junio me senté con mi marido y le dije que quería irme. Pusimos la casa en el mercado ese mismo martes, y el sábado la vendimos. En agosto compramos una casa en el sur de Francia y nos mudamos ese mismo mes.
Yo estaba cobrando un salario de 50.000 libras anuales. Tuve que dejar eso. Es difícil dejar tu trabajo cuando tienes una buena carrera, un buen sueldo. Pero no podía quedarme. No me sentía bienvenida, no me sentía segura. Mi hijo me decía que tenía miedo de que una noche nos fueran a tirar un ladrillo por la ventana.
Yo era parte del coro de la iglesia, formaba parte de la asociación de padres de alumnos, trabajaba en el ayuntamiento, ayudaba a la gente de mi comunidad… era la definición de una buena ciudadana. Y en todos estos sitios había personas que me decían que me fuera.
Estoy muy enfadada y muy decepcionada. Vine a Inglaterra, aprendí el idioma, conseguí un trabajo, todo sin pedir ayuda a nadie. Siempre he trabajado, nunca he estado sin empleo. No le he pedido nada al Gobierno británico.
Antes del referéndum también había sufrido incidentes. Una vez un borracho me gritó cosas horribles en el tren y nadie dijo nada. Pero el abuso se volvió mucho peor las semanas antes del brexit.
Ahora vivimos en un sitio tranquilo, en un pueblo pequeño en el sur de Francia. Ha sido difícil ajustarse, pero los vecinos nos han recibido con los brazos abiertos. Mi hijo va a la escuela local. Le cuesta un poco el francés, pero todo el mundo se porta muy bien con nosotros. Aquí me siento segura".
Mladen Despotovic: "Sientes que eres basura"
"Llevamos en Reino Unido desde enero del 2014. Llegué de Eslovenia aquí un domingo y el lunes ya estaba trabajando. Tengo 45 años, soy ingeniero de software. Mi mujer tiene la misma edad y trabaja como consultora. Nuestra hija tiene ocho años y cursa primaria. El año pasado la nombraron estudiante del año en su colegio.
La verdad es que Reino Unido nunca fue nuestra primera opción. He trabajado en Eslovenia (de donde vengo), en Austria y en Alemania. Recibí una oferta de trabajo en Munich, pero cuando ya habíamos hecho las maletas me llamaron desde Londres y pensé, ¿por qué no intentarlo? Pensé que aquí habría más oportunidades de progresar, y de conocer a gente de todas partes de Europa. Así que nos mudamos.
Después de dos años compramos una casa en Londres. Tengo un buen trabajo, al igual que mi mujer. ¿Pero hemos hecho nuestra vida aquí? Realmente no. Ni nosotros ni ninguno de nuestros amigos inmigrantes tiene amigos ingleses de verdad. Nuestro plan era quedarnos hasta que nuestra hija terminase la universidad, pero ahora todo ha cambiado. Me niego a ser humillado por esta gente que no habla más que inglés cuando yo hablo cinco idiomas.
Nunca he tenido esa imagen idílica de Inglaterra que tienen tantos inmigrantes. ¡Pero pensé que por lo menos votarían en su propio beneficio! El brexit es un suicidio económico y un rechazo a los inmigrantes, y me niego a que mi hija crezca en un país xenófobo. Vengo de la antigua Yugoslavia y conozco de primera mano lo que son el nacionalismo y el racismo, así que tengo cero tolerancia hacia esto.
En Inglaterra, si eres del este de Europa eres basura. Si eres italiano eres un poco mejor. Si eres español mejor todavía, porque España es a donde van de turismo barato. A los franceses y a los alemanes les toleran. Mi madre viene de visita de vez en cuando y le han insultado dos veces en el supermercado. Nunca le ha pasado esto en ningún otro país. La verdad es que me alegraré cuando este país se vaya a la ruina".
Simona Chesters: "No me siento libre aquí"
"Llevo en Reino Unido siete años y medio. Soy italiana. Mi marido es escocés, así que vivíamos en Escocia. Nos mudamos a Inglaterra hace cuatro años, cuando se cambió de trabajo. No nos ha ido muy bien. Vivimos en West Cumbria, una comunidad muy rural en el norte de Inglaterra. No quiero decir exactamente dónde porque recibo bastantes insultos online.
¿Por qué nos vamos? Primero porque probablemente no tenga derecho a quedarme una vez se implemente el brexit. Estar casada con un británico no es suficiente para que te den la nacionalidad o el permiso de residencia permanente. Si pidiese la residencia permanente no sé si me la darían, ya que he sido estudiante durante varios años y no cumplo varios de los requisitos que piden. Además en el norte estamos sufriendo un montón de recortes, sobre todo en el servicio nacional de salud. Estamos considerando emigrar a varios países: Irlanda, Canadá, tal vez Nueva Zelanda…
También quiero irme porque no me siento libre aquí. Tengo un blog donde escribo de varios temas: historia, política, viajes… desde que he empezado a escribir sobre el brexit me han llegado un montón de amenazas por las redes sociales. Pero lo peor es el abuso que he sufrido a través de Facebook por parte de gente de mi propio barrio. A algunos les conozco personalmente. Después del brexit me enviaron mensajes diciendo que no tenía derecho a quedarme, que me fuera o me obligarían ellos a irme. Una de las amenazas me asustó tanto que contacté a la policía, pero me dijeron que ellos no se preocupan de amenazas online, solo si me pegan por la calle.
Terminé borrando mi cuenta de Facebook y no salí de casa durante semanas. También he sufrido abuso en persona. En el supermercado me preguntaron si era inmigrante, pero al tener el apellido británico (el de mi marido) mentí y dije que era ciudadana británica.
Es increíble. Te crees que formas parte de un país y de repente ocurre esto. He vivido en Estados Unidos y en Nueva Zelanda y nunca he experimentado este tipo de abuso. La xenofobia no existe solamente en Reino Unido, pero ahora es evidente. El brexit ha cambiado totalmente mi comportamiento, no me siento libre aquí. Fuera de casa intento no hablar mucho porque no quiero que la gente reconozca mi acento y sepa que no soy de aquí".