Arantxa desconocía hasta la conversación mantenida con EL ESPAÑOL que Ciudadanos ha dado el paso al frente para liderar la lucha por la regulación de la gestación subrogada en España. Esta joven ibicenca de 27 años que reside en Barcelona celebra que se abra “de una vez por todas” un debate que responde a una realidad en aumento: cada vez son más las parejas españolas que recurren a los comúnmente llamados vientres de alquiler fuera de nuestras fronteras. Lo celebraría -“aún más”, dice- si finalmente se llegasen a regularizar porque ella, a día de hoy, no tiene dudas: “Tras tener mi primer hijo, ofrecería mi vientre a las parejas que lo necesiten sin compensación alguna”.

El partido de Albert Rivera -ante los tímidos intentos y debates internos que dividen al PP y PSOE en este asunto- ha querido abanderar la lucha por la legalización de la gestación subrogada, siempre y cuando sea de manera altruista -al modo canadiense-. Es decir, sin compensación económica para la madre gestante. Según su líder, Albert Rivera, el partido naranja llevará el debate al Congreso de los Diputados: “Vamos a pelear para que salga adelante”.

“Con un modelo altruista permitimos a la mujer tomar la decisión de manera libre y generosa”, asegura Rivera. Un modelo que comparte Arantxa Tester, graduada en Magisterio que actualmente trabaja de dependienta en una panadería de la ciudad condal. Tal y como explica Arantxa -siempre en el caso de ser legalizado este tipo de fecundación in vitro en España- no tendría “problema alguno” en ofrecer su vientre a una pareja -”mejor desconocida”- que deseen ser padres pero no pueden lograrlo con otra técnica que no sea esta.

“En ningún caso sería con mi primer embarazo”

A falta de conocer más detalles sobre la propuesta de Ciudadanos y el posicionamiento de los demás grupos del arco parlamentario, Arantxa ya pone una condición inicial a esa gestación del hijo de otros padres: “En ningún caso sería con mi primer embarazo”. Esta ibicenca que reside actualmente en Barcelona, dice que “nunca” podría separarse del primer hijo al que dé a luz. “Los demás, una vez disfrutado del primero, no tendría problema de ser madre de alquiler”, explica.

La propuesta de Ciudadanos basa la gestación subrogada en un modelo altruista EFE

En cuanto a las motivaciones que le llevarían a convertirse en madre a través de este método de concepción, dice ilusionada que un embarazo “debe ser lo más bonito que le puede pasar a una mujer”. Por eso, considera que “poder ofrecer a una familia el fruto de ello debe ser maravilloso”. “La maternidad tiene que ser el mejor sentimiento y poder compartirlo, más aún”, apostilla.

A sus 27 años -y aunque reconoce tener aflorado el sentimiento de ser madre- admite no estar preparada para ello aún: “No puedo tener un hijo compartiendo piso y sin un trabajo estable”. Otro factor, como el tener una pareja, no lo considera “esencial” para convertirse en madre. “Ya se verá”. Cuestionada por la posibilidad de elegir a los padres, dice no tener “ningún problema” si la pareja es heterosexual o homosexual: “Todo lo contrario, para una pareja de chicos es imposible. Les estaría ayudando aún más”.

Para lo que no muestra ningún tipo de duda es sobre la posibilidad de recibir una compensación económica por parte de los futuros padres tras ser su vientre el gestante. “Esto no se puede convertir en un negocio. Se debería legalizar para que las familias que se ven obligadas a acudir al extranjero lo puedan hacer aquí, pero sin que entre el factor económico”, analiza Arantxa.

¿SIN COMPENSACIÓN ECONÓMICA?

Una teoría que no comparte del todo Verónica -quien no prefiere mostrar el rostro para este reportaje, pero sí accede a narrar su historia-. Para esta mujer de 31 años, la compensación económica debe existir “sí o sí”. Después de más de tres años acumulando contratos basura, opina que la gestación subrogada puede ser “una vía en el caso de situación extrema”. “Siempre que sea legal, al margen de la ley no. No me lo planteo porque es delito, pero si se regulariza, entraría en mis planes”. “Por supuesto”, asevera.

Esta chica de Huelva hace unos meses, “cuando empezaron a salir reportajes en televisión sobre los vientres de alquiler”, contactó con varias empresas españolas que se dedican a asesorar a parejas que quieren convertirse en padres de alquiler en el extranjero. “Les envié un mail ofreciéndome para ser vientre de alquiler”. Un extremo que confirman a esta redacción desde la Agencia Española de Gestación Subrogada, que asegura que todas las semanas son varios los mails y llamadas los que reciben con este tipo de ofrecimientos.

El líder de Ciudadanos, Albert Rivera (i), junto al empresario Kike Sarasola. Fernando Alvarado Efe

“Nosotros nos limitamos a informarles de que en España está prohibido por ley”, explica una portavoz de la Agencia. Se refiere a la Ley de Reproducción Asistida de 2006 aprobada por el gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, que dejó fuera a la gestación subrogada de los tipos de reproducción asistida. Entonces, el debate era prácticamente inexistente, aunque ya algunos sectores y colectivos LGTBI pedía su regularización. Ahora, once años después, el debate se cuela en todos los foros políticos -hasta en el Congreso nacional que el Partido Popular celebra este fin de semana en Madrid- y ya son más de dos mil los niños que llegan a España gracias a los vientres de alquiler en el extranjero.

Por esta razón, la onubense Verónica critica que la gestación subrogada se haya convertido “en cosa de ricos”: “Sólo las parejas que tienen pasta se puede ir fuera. Además, el dinero se queda en otros países. Aquí seríamos muchas las mujeres que estaríamos dispuestas a alquilar nuestro vientre”. Y es que, dependiendo del país elegido, todo el proceso puede costar a los padres entre 60.000 euros y 120.000. Por ello, tampoco cree en el altruismo que propone Ciudadanos. En su opinión, los padres no deben asumir sólo los gastos derivados del embarazo, sino también tener una compensación económica.

Preguntada por este diario sobre cuál debería ser la cantidad, no se atreve a dar una respuesta concreta. ¿Y quién debe fijar estas cantidades? A su juicio deben ser un acuerdo entre los padres y la madre que alquila su vientre. Eso sí, pide que el Estado debe garantizar “la igualdad de oportunidades” para que todos los españoles puedan acceder a estos vientres en el caso de ser regularizados. “O estaremos en las mismas, algo solo para ricos”, sentencia.

La creadora de la Asociación Madres solteras por decisión propia, Rosa Maestro, analiza que si esa idea se materializa, habría un primer proceso en el que el número de mujeres dispuestas a ofrecer su vientre sería “mucho más reducido” -en proporción- que en Estados Unidos o Canadá, donde la gestación subrogada suma ya muchos más años historias. “Pero eso cambiaría. Hace años ninguna mujer se atrevía a decir que era donante de óvulos y ahora ya hay menos reparo”.

Este domingo 12, EL ESPAÑOL publicará la segunda entrega de 'Gestación Subrogada' bajo el título Caroline, la inglesa que prestó su vientre a la española Liz.

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