Laura Nieto Navajas, de 26 años, J.D.L.M., de 40, y Carmen González Ropero, de 79, son la décima, decimoprimera y decimosegunda mujeres asesinadas por un hombre desde que comenzó el año. Se suma a la lista de víctimas mortales de la violencia machista en España en 2017, en la que también están Matilde de Castro, de 44 años; Blanca Esther Marqués, de 48; Toñi García Abad, de 33 años; María de los Ángeles, de 77 años [la incluimos en la serie, aunque hay muchos matices en esta historia como se puede comprobar aquí]; Virginia Ferradás, de 55 años; Cristina Martín Tesorero, de 38 años; Ana Belén y Ana (madre e hija de 46 y 18 años); así como una mujer de 25 años cuyo nombre se desconoce.
En total, la serie 'La vida de las víctimas' contabiliza 12 mujeres asesinadas. EL ESPAÑOL contará la vida de cada una de estas víctimas de un problema sistémico que entre 2003 y 2016 ya cuenta con 872 asesinadas por sus parejas o exparejas.
Viernes 10 de febrero por la noche. Laura Nieto Navajas, de 26 años, acaba de hablar con su hermana Raquel. Es lo último que supo de ella. Al día siguiente, el sábado 11, un familiar de Laura que tenía llave del piso, acudió a la vivienda preocupada porque no sabía nada de ella. Fue quien encontró los cuerpos sin vida de la joven y de José Ricardo Duarte Medina, un guardia civil con el que salía.
Los servicios de emergencia y la Policía llegaron en cuanto recibieron el aviso de lo ocurrido. Subieron al cuarto piso del edificio situado en la calle Ignacio Zuloaga de la urbanización El Quiñón, en Seseña (Toledo). Las investigaciones posteriores arrojaban luz al asunto: el guardia civil, que tenía 40 años y no 31 como se ha publicado, había asesinado a Laura disparándole dos veces y, con la misma pistola, se había suicidado después.
Laura nació y se crió en Coslada. Tenía tres sobrinos, los hijos de su hermana pequeña Raquel. Era hija de Blas y Mari Paz. Trabajó como administrativa en el grupo cárnico Los Norteños, y ahora era empleada de un supermercado.
Una de las amigas íntimas de Laura, cuyo nombre omitimos a petición suya, pedía que a Laura se la recordase como a una persona "alegre y buena". Su amiga asegura que José Ricardo, el guardia civil, la aisló socialmente: "Apenas dejaba que Laura viera a sus amigos y cada vez se iban a vivir más lejos porque él quería. Ella era de Coslada y trabajaba en Parla, y aun así se fueron a vivir a Torrejón hace tiempo; ahora vivían en El Quiñón, un sitio que a ella no le gustaba. Cada vez se la llevaba a vivir más lejos".
La asociación Coslada Feminista organizó el lunes por la tarde una concentración para mostrar su repulsa por el feminicidio de Laura (organizan una por cada mujer asesinada). A unos metros de la escultura en Coslada de la escritora y política feminista Margarita Nelken, se reunían unas cien personas. Una mujer cuyas hijas conocían a Laura aseguraba que la asesinada había comentado a las amigas más allegadas que "él [José Ricardo] no la trataba bien" y que "la relación no iba en buena dirección".
Usó su pistola reglamentaria
Él aprobó las pruebas para ser guardia civil en 2001, según recoge el Boletín Oficial del Estado (BOE) en una resolución de noviembre de ese mismo año. Procedente de Elche (Alicante), había sido destinado a Madrid unos años atrás, y pertenecía al Grupo de Delitos contra las Personas de la Unidad Central Operativa (UCO). Este grupo se encarga de investigaciones nacionales e internacionales relacionadas con secuestros, extorsiones y homicidios. Sus amigos le dan el pésame a través de sus fotos de Facebook, aluden a él como "fallecido" y sienten su pérdida, obviando el hecho de que asesinó a Laura. Lo hizo, además, con su pistola reglamentaria.
Nadie escuchó los disparos: el edificio al que José Ricardo y Laura se habían mudado a finales de 2016 había sido el último en ponerse a la venta en la macrourbanización construida por Paco el Pocero. La mayoría de las viviendas del bloque estaban vacías.
Laura es la quinta mujer asesinada en Castilla-La Mancha desde que comenzó el año. Primero fue otra mujer de la que solo se conocen sus iniciales, J.D.L.M., de 40 años, también en El Quiñón (Seseña, Toledo). Después fue asesinada Cristina Tesorero, de 38 años, en Mora (Toledo). El pasado lunes 13 de febrero fueron asesinadas Ana Belén y Ana (46 y 18 años, respectivamente), madre e hija, en Daimiel (Ciudad Real).
"Cualquier mujer puede ser víctima"
Silvia Monterrubio es psicóloga y ha tratado a víctimas de violencia machista durante décadas. Es tajante en su interpretación de los hechos: "No es un arrebato. Siempre hay violencia, aunque sea psicológica y no física, antes de un acto así". Respecto al perfil que ejercen muchos maltratadores, diferente en lo público y en lo privado, Monterrubio señala que "el objeto de dominación es su pareja, con otras personas pueden tener otro trato completamente diferente, incluso amable, pero eso no les hace diferentes de lo que realmente son".
Esta experta pide no infravalorar los pequeños gestos cotidianos: "Cuando hago formación a mujeres jóvenes incido en la detección temprana. Cuando tu pareja va a buscarte por sorpresa al trabajo cada dos por tres, ¿es detallista o es que está controlándote? Cuando estás fuera y tu pareja te llama varias veces ¿está preocupado por ti o está controlándote? Ese tipo de cosas pueden pasar desapercibidas y pueden confundirse con el llamado mito del amor romántico. Así que no, no es un arrebato ni un pico de ira, hay una relación de maltrato detrás, en la que ha habido violencia desde los inicios, aunque los demás no lo vean o no lo quieran ver".
Hay quienes en la concentración preguntaban cómo una chica tan joven puede acabar asesinada. "Cualquier mujer puede ser víctima de violencia de género. Sucede a edades muy tempranas también".
Otra mujer asesinada en El Quiñón (Seseña)
El 27 de enero fue asesinada una mujer de la que solo se conocen sus iniciales: J.D.L.M, de 40 años, procedente de Ecuador y con un hijo menor de edad. Ocurrió en la calle Sorolla de a macrourbanización de El Quiñón, en Seseña (Toledo). La mujer acababa de mudarse hacía apenas tres semanas, por lo que sus vecinos apenas la conocían nada más que de vista. Su pareja, L.C.B.G., fue detenido.
Carmen, asesinada por su marido en Súria
El 7 de febrero, en Súria (Barcelona), Carmen González Ropero, de 79 años, fue acuchillada mientras dormía por su marido, Pablo, de 82 años. Después, él intentó suicidarse clavándose el mismo cuchillo en el abdomen. Fue una de las hijas del matrimonio la que descubrió lo ocurrido tras acercarse a la vivienda de sus padres, preocupada porque ninguno de los dos respondía al teléfono.