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    El pasado Jueves Santo David le hizo una promesa a su Virgen. Fue ella, dice, quien operó a su padre y le salvó la vida. Para agradecérselo se la tatuó en el brazo.

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    David, Linde para los amigos, es hermano de la Macarena y de la Cena. Tiene 27 años y es padre.

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    “Ella es como mi madre, mi segunda madre”. Linde ha decidido tatuársela en la piel.

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    Deja posar sobre su cerviz la trabajadera de las andas procesionales de la virgen del Subterráneo y la de los Dolores de la hermandad de San José Obrero.

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    Ha formado parte de la banda de música de la Centuria Macarena, pero le tiró el costal.

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    Ya solo le queda cumplir con la otra parte de la palabra dada, salir de costalero bajo el palio de la Macarena.

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    David es recambista de un taller de Mercedes en Sevilla. Desde niño ha estado vinculado al mundo cofrade.