Sola, abandonada, sin apoyos públicos. Esperanza Aguirre, la que fue todopoderosa líder del PP y presidenta de la Comunidad de Madrid, pasa sus horas más amargas. Después de sobrevivir a su enfermedad, de salir ilesa al accidente de helicóptero de la plaza de toros de Móstoles o del atentado terrorista del Hotel Oberoi de Bombay, vive sus últimas horas como política, un punto y final que no esperaba: de emperatriz a ser apaleada públicamente.
Le gustaba saber y enterarse de todo a pesar de lo que ha manifestado públicamente. Ella era conocedora de los entresijos de los personajes con los que se rodeaba. Eso sí, oía lo que quería y cuando deseaba se ponía una venda. Para ello tenía la ayuda de su fiel escudera, Isabel Gallego, más que su jefa de prensa. Con ella los pagos a los medios de comunicación se multiplicaron.
La realidad es que el cerco sobre Esperanza Aguirre se estrechaba. La Guardia Civil pensaba citarla a declarar en los próximos días en relación con el papel del que fuera gerente del PP regional, Beltrán Gutierrez Moliner, responsable de la financiación del Partido Popular de Madrid.
Beltrán es amigo íntimo de 'Espe', hasta tal punto que fue una de las pocas personas que compartió en la intimidad con ella los duros momentos de su tratamiento contra el cáncer. Además, se convirtió en el nexo de unión con Javier López Madrid, consejero delegado de OHL y yerno de José Miguel Villar Mir. El juez Velasco ordenaba la detención superando presiones constantes y numerosas llamadas semanales desde el entorno de la Casa Real, donde es conocido como compi yogui.
López Madrid estaba en Londres y aceleró su vuelta a Madrid para que la detención fuera controlada. A pesar de ello sufrió un ataque de ansiedad tras ser llevado a los calabozos. Los investigadores le relacionan con el supuesto pago de una comisión a través de la filial mexicana de OHL que transfirió 1,4 millones a cuentas suizas. Se sospecha que estaban a nombre de presuntos testaferros de Ignacio González.
El juez Eloy Velasco ha investigado en esta causa si el PP de Madrid fue el receptor final de más de un millón de euros que supuestamente donó Javier López Madrid al entonces gerente del partido Beltrán Gutiérrez Moliner.
Esperanza Aguirre tiene otros frentes abiertos. El campo de golf que edificó en los terrenos del Canal de Isabel II, en el barrio de Chamberí, es otro de ellos. Aguirre se aferró a todas las maniobras posibles para sacar adelante un proyecto rodeado de polémica desde que se construyó, en 2003, pese al enfrentamiento a su rival político por excelencia, Alberto Ruiz Gallardón, entonces alcalde de Madrid que se oponía frontalmente.
La Comunidad de Madrid ha ido acumulando reveses judiciales por las obras y críticas por su funcionamiento y en el que invirtió en las instalaciones del Canal 50 millones de euros. Se adjudicó su gestión (con el voto a favor de Ignacio González que entonces presidía el Canal Isabel II), a la empresa Tecnoconcret S.L., creada solo seis semanas antes, sin experiencia en el sector y entre cuyos dueños figuraba un socio del hermano de Ignacio González y de su cuñado.
Pero el escollo judicial más grave está en la Ciudad de la Justicia. El proyecto faraónico de Esperanza Aguirre de trasladar todas las instalaciones judiciales a Valdebebas ha acabado con un único edificio terminado que nadie quiere comprar, así como 105 millones de euros evaporados. El que para la entonces lideresa del PP de Madrid era “el reto más ambicioso del Gobierno de la Comunidad de Madrid” es ahora otro lastre del que intenta desvincularse. Pero como se ha demostrado estos días, la realidad se impone y acaba afectando a todos, incluyendo a toda la corte de patricios y plebeyos que la ha rodeado. Encarcelados, imputados o salpicados por escándalos, los fieles vasallos de Esperanza Aguirre forman parte de este descenso al infierno.
1. Ignacio González, el fiel delfín
Su mano derecha y lugarteniente político durante más de 20 años. Técnico superior del Ayuntamiento de Madrid desde 1984, siempre estuvo cerca de Esperanza Aguirre, incluso cuando dio su salto a la política nacional y fue ministra de Cultura entre 1996 y 1999. Allí fue subsecretario en esos tres años. También llegó a ser secretario de Estado de Inmigración con Ángel Acebes, otro de los políticos con los que tuvo una relación más cercana en el Ministerio de Interior durante el último gobierno de José María Aznar.
Tras la llegada de Rodríguez Zapatero al poder, Esperanza Aguirre le rescató para convertirle en uno de sus hombres fuertes en el gobierno de la Comunidad de Madrid. Desde su llegada al gobierno de Aguirre, tuvo claro que tenía que convertirse en el único hombre fuerte, en el delfín y heredero de Aguirre. Se enfrentó con el vicepresidente segundo, Alfredo Prada, pero principalmente con su gran enemigo Francisco Granados, a quien Aguirre había hecho secretario general del PP de Madrid.
Pero González tenía un as en la manga: el Canal de Isabel II. Además de portavoz del Gobierno, tenía bajo su mando la joya de la corona de la Administración autonómica, la empresa pública de agua que era y es una auténtica fuente inagotable de ingresos. Mantuvo bajo su mando la entidad hasta que asumió la Presidencia de la Comunidad en 2012. Los suculentos contratos publicitarios fueron el medio con el que manejar muchas voluntades; por otro lado, inició su expansión en Sudamérica en un entramado de presuntos pagos irregulares que le han llevado finalmente a su detención.
En febrero de 2009, González se hizo cargo de la Consejería de Cultura y Deportes, pero no abandonaba la lucrativa presidencia del Canal de Isabel II. Es justamente en ese año cuando se comienzan las obras del tren de Navalcarnero concedida a OHL y que no se han completado todavía. Los viajes a Colombia, base de operaciones de las compras de empresas latinoamericanas por parte del canal, son continuos. En 2010, dos detectives privados de la agencia Método 3 son enviados a Colombia para registrar el viaje de González.
La filtración dejó claro la existencia de una guerra sucia dentro del Partido Popular para hacerse con la sucesión de Esperanza Aguirre. El director de la empresa de detectives Método 3, la misma que se cerró para espiar a los Pujol, llegó a asegurar que Ignacio González le contrató cuando era vicepresidente autonómico (2009) mpara investigar a dirigentes del PP a los que consideraba sus enemigos, como el entonces vicealcalde de Madrid, Manuel Cobo.
Fue en ese año cuando comenzaron a aparecer dossieres sobre González y sus relaciones con distintos empresarios de la Comunidad de Madrid. Uno de ellos informaba sobre el viaje del hombre de confianza de Aguirre a Ciudad del Cabo (Sudáfrica) junto al empresario Enrique Sánchez González, responsable del grupo Sagital. González había pagado en metálico los 8.000 euros que costó el viaje a Sudáfrica.
Otro dosier alertaba directamente de los negocios de subastas de arte de su mujer, Lourdes Cavero, fichada por Arturo Fernández como adjunta a la presidencia de la CEIM, la patronal de empresarios madrileños, también investigada por presunta financiación irregular al Partido Popular. El puesto fue creado de la nada para ella por el empresario que gestionaba por entonces la cafetería de la Asamblea de Madrid.
Antes de trabajar para Arturo Fernández, Cavero fue la responsable del departamento de relaciones internacionales de la Asociación Española de la Industria Eléctrica (Unesa), donde comenzó a trabajar en los 80. Su salida de la entidad, tras casi 30 años de dedicación antes de ser fichada por Fernández, fue polémica: cobró 700.000 euros de indemnización, cantidad que el matrimonio González-Cavero alegó que había utilizado para pagar el famoso ático de Marbella.
La realidad es que el ático se pagó a través de una empresa pantalla y tanto el político madrileño como su mujer permanecen imputados en la causa, junto al presidente del Atlético de Madrid, Enrique Cerezo.
Pero también en ese 2009 hubo un acontecimiento que marcaría su futuro. La guerra por la sucesión de Miguel Blesa en el cargo de presidente de Caja Madrid, que significó el distanciamiento con Mariano Rajoy, a pesar de la buena relación que había tenido con Ángel Acebes e incluso con María Dolores de Cospedal. Así, aunque consiguió la ansiada sucesión de Esperanza Aguirre en el gobierno madrileño, Rajoy que no perdona, le cerró todas las opciones a presentarse a las elecciones de 2015. Cristina Cifuentes le sucedería y, sin ningún parapeto que le defendiera, la realidad ha acabado imponiéndose.
2. Francisco Granados, el 'paleto' triunfador
Francisco Granados, el que fue famoso alcalde de la localidad madrileña de Valdemoro, donde arrasaba en las elecciones, estará viendo desde la prisión de Estremera con una sonrisa la caída del que fue su principal rival en la Comunidad de Madrid. A Francisco Granados le gustaba ejercer de hombre del pueblo. A veces se definía a sí mismo como un 'paleto' llegado a Madrid a triunfar en política.
Su triunfo como alcalde en Valdemoro, rompiendo la hegemonía en una zona de claro voto de izquierdas, le encumbró. Granados se presentaba como un político cercano, accesible. Si Granados fue realmente el número dos o el número tres de Aguirre solo lo sabe la propia Aguirre. Durante su gestión como presidenta de la Comunidad, Granados ocupó puestos de máxima confianza. A su labor como consejero de Transportes le siguieron las carteras de Interior, Justicia y Presidencia.
Aguirre mantuvo una calculada ambigüedad entre sus dos delfines, Francisco Granados e Ignacio González hasta que se decidió por este último. Aguirre fomentaba la rivalidad entre González y Granados. En los momentos de crisis los reunía en su antedespacho de Sol.
El caso de los espías marcó el inicio del fin de Granados. Apartado del Gobierno, trabajó como secretario general del PP de Madrid y ocupó un escaño como senador. En febrero de 2014 trascendió que tenía una cuenta en Suiza.
Las investigaciones del juez Eloy Velasco le llevan al centro en la pieza fundamental de la Operación Púnica. El regalo a sus amigos constructores tuvo retorno. Entre 1999 y 2003, el alcalde Granados ingresó en metálico en sus cuentas suizas 1,33 millones de euros, cantidad que alcanzó 1,68 millones en 2005, ya en el Gobierno regional de Aguirre. Un informe de la UCO señala que el dinero en negro que consiguió Granados mediante esas transacciones realizadas con testaferros fue evadido por el exdirigente del PP mediante "operativas de compensación" con total opacidad y desvinculación formal de las cuentas bancarias españolas en las que realmente figuraba su nombre.
3. Salvador Victoria, el hombre de González
Mano derecha de Ignacio González. Consejero de Presidencia, Justicia y portavoz del Gobierno de la Comunidad de Madrid, entre 2012 y 2015, cuando dimitió tras ser imputado por el juez en la Operación Púnica. Fue el relevo de Ignacio González en la presidencia de Canal de Isabel II. El consejo de administración del Canal de Isabel II aceptó en junio de 2015 la dimisión de Victoria, que el día 6 de dicho mes había renunciado como consejero regional para facilitar el pacto del PP con Ciudadanos después de haber sido imputado por el juez de la Audiencia Nacional Eloy Velasco en el marco del caso Púnica.
El juez Velasco cree que el exconsejero de Presidencia Salvador Victoria se sirvió de dos pequeñas empresas tecnológicas que se dedicaban a poner micrófonos y altavoces en los actos institucionales para hacer pagos en negro al empresario Alejandro de Pedro, que se había encargado de la campaña de reputación 'online' del entonces presidente del Gobierno autonómico, Ignacio González: reclamaba 140.000 euros que el Ejecutivo regional le debía por estos servicios. También se investiga su relación con Indra, empresa también salpicada en la Operación Lezo.
4. Alberto López Viejo, el repudiado
Esperanza Aguirre le repudió este jueves, dijo que nunca fue de su confianza, que la engañó, aunque la realidad indica todo lo contrario. Tras su paso por el Ayuntamiento de Madrid, en 2003, obtiene el acta de Diputado en la Asamblea de Madrid, que conservaría hasta 2009.
En 2004 fue nombrado viceconsejero de Presidencia en el Gobierno de la Comunidad de Madrid y en 2007 Consejero de Deportes. Con López Viejo, el Gobierno regional presidido por Esperanza Aguirre fue un campo abonado para las semillas de Francisco Correa, cabecilla de la trama Gürtel. La Fiscalía cree que la trama, en connivencia con López Viejo, amañó al menos 348 actos del Ejecutivo autonómico por un valor de 8.754.066 euros. Esto permitió a las empresas de Correa llevarse de forma ilícita 4,9 millones, dinero en el que se incluye la comisión de entre el 5 y el 11% que cobraba López Viejo por las adjudicaciones.
Miembro del llamado 'Clan Becerril' junto al yerno de José María Aznar, Alejandro Agag, tuvo un papel fundamental en los agasajos que Alejandro tuvo en la fiesta previa a su boda en la discoteca Gabanna 1800. El Ayuntamiento de Madrid colaboró en la organización de la fiesta previa: cortó la calle de Velázquez al tráfico hasta acabar el evento, se dejó sin coches, se adornó y se limpió más que correctamente y se instaló una gran alfombra roja a la entrada de esta discoteca
Alberto López Viejo está siendo juzgado por la Audiencia Nacional por las adjudicaciones al grupo Sufisa de contratos de limpieza urbana en sus tiempos de concejal del Ayuntamiento de Madrid, presidida por Rafael Naranjo, alias 'naranjito'. Igualmente investigado por desviar fondos públicos a las empresas de publicidad del grupo Correa.
5. Enrique Cerezo, el Balón de oro
El presidente del Atlético de Madrid está imputado junto a Ignacio González y su mujer en el caso ático. La compra se hizo a través de una sociedad en Panamá, cuyo testaferro era Rudy Valner, y que resultó ser el abogado del presidente del Atlético de Madrid y empresario.
Su relación con la Comunidad de Madrid le ha deparado todo tipo de acusaciones. Entre los contratos que recibió Cerezo de Telemadrid figuran operaciones como la adquisición por parte de la televisión pública madrileña de los derechos del fútbol del Atlético de Madrid a cambio de 230 millones de euros, una operación ruinosa que según los querellantes se sabía desde el principio. Pero también se pagaron desde TM al menos 24 millones de euros al Atlético de Madrid por otro contrato publicitario que Cerezo incumplió.
El empresario también obtuvo por parte del Gobierno de Madrid varias licencias de Televisión Digital Terrestre (Canal 8), con el que podía hacer competencia directa al canal público. A pesar de ello, Telemadrid le confió la gestión de su propia publicidad en la cuarta operación que se denuncia en la querella.
También se le acusa de que Telemadrid favoreció a Cerezo con una operación de 210.00 euros para la producción de la película The Inquiry y otros 90.000 por los derechos de emisión; además de otros 300.000 euros a otra de sus sociedades para otro filme, es decir, 600.000 euros en total. También se denunció otra operación que pudo haber favorecido a Cerezo: la adjudicación a Boomerang TV de un contrato por parte de la empresa pública del agua, el Canal de Isabel II, presidida por Ignacio González, para organizar la inauguración de los Teatros del Canal. El acto costó 1,5 millones de euros y según los querellantes habría permitido a Boomerang TV un 98% de beneficio.
6. Beltrán Gutiérrez, el otro Bárcenas
El Bárcenas del PP de Madrid. Beltrán Gutiérrez disponía de su propia agenda en la que iba apuntando a mano las entradas y salidas de dinero. De la contabilidad oficial... y también de la otra. Exgerente del PP de Madrid y hombre muy próximo a Esperanza Aguirre, Beltrán Gutiérrez Moliner aparece presuntamente involucrado en tramas de corrupción política como la Pperación Púnica y la trama Gürtel.
Anteriormente apareció también vinculado al escándalo de las tarjetas Black de Caja Madrid en octubre de 2014, motivo por el que la entonces alcaldesa de la capital, Ana Botella, lo destituyó como asesor del grupo municipal del PP en el Consistorio.
La caja B de Beltrán Gutiérrez en poder del juzgado y cuya información permanece bajo secreto revela que el PP de Madrid alcanzó el cénit de su financiación ilegal en las elecciones autonómicas de 2007, cuando Esperanza Aguirre obtuvo el mayor porcentaje de votos en unas elecciones regionales en Madrid, con una ventaja de 20 puntos sobre el PSOE. En aquellos comicios, según la caja B, el Partido Popular de Madrid gastó cerca de 3 millones de euros en negro, mientras que declaró al Tribunal de Cuentas costes electorales por 2,7 millones.
7. Isabel Gallego, la mano derecha
El parapeto de Esperanza Aguirre con la que controlaba los medios. Sigue siendo su mano derecha en la gestión de la comunicación en el Ayuntamiento de Madrid. Gallego, también fue directora general de Medios de la Comunidad con Ignacio González y responsable de comunicación del PP de Madrid. Está siendo investigada por tramitar contratos con dinero público a través de la red Púnica para mejorar la reputación en Internet de altos cargos del Gobierno regional.
La vinculación de Gallego con la red Púnica se sustenta en conversaciones telefónicas que constan en el sumario y en las que se alude a contratas de 60.000 euros otorgadas por la Comunidad en favor de Alejandro de Pedro Llorca, señalado en el sumario como el conseguidor de la trama.
8. José Ignacio Echeverría, 'Mr. Walker'
Exconsejero de Transportes de la Comunidad de Madrid (sucedió a Manuel Lamela), expresidente de la Asamblea y extesorero del PP madrileño. Investigado también por la Operación Púnica. El que también fue presidente de la Asamblea de Madrid, conocido como 'Mr. Walker' en los ambientes políticos, presentó su dimisión en diciembre de 2015 tras dar positivo en una prueba de alcoholemia después de colisionar con otro vehículo en la A-6.
Se le relaciona con Beltrán Gutiérrez Moliner y el empresario Javier López Madrid por presuntos delitos de blanqueo de capitales y de cohecho en el marco de la trama Púnica.
Echeverría, en su etapa de consejero de Transportes, sufrió las presiones a la hora de las adjudicaciones de las principales obras de infraestructuras de la legislatura por parte de Francisco Granados e Ignacio González, ambos por igual. Hasta tal punto llegó la polémica que muchas de las adjudicaciones se dirimían en el seno del Consejo de Gobierno. Los tres eran conocidos por el triunvirato de poder de la Comunidad de Madrid.
9. Lucía Figar, el lazo con Aznar
Exconsejera de Educación y también de Inmigración de la Comunidad de Madrid. Exmiembro de la Junta Directiva Nacional del PP. Investigada en Púnica al mismo tiempo que Victoria por la presunta comisión de delitos de malversación y prevaricación por firmar contratos para la mejora del posicionamiento online de su acción de Gobierno. Está casada con Carlos Aragoneses, que fue jefe de gabinete de José María Aznar.
Lucía Figar comenzó su carrera política como ayudante de Alejandro Agag, el conocido yerno de Aznar, dentro de las Nuevas Generaciones del PP. Luego fue colocada como responsable del equipo de asesores del grupo parlamentario popular a las órdenes de Eduardo Zaplana. Y, además, es la madrina de uno de los nietos de Aznar.
10. Manuel Lamela, el hombre de los hospitales
Exconsejero de Sanidad y Transportes de la Comunidad de Madrid. Fue imputado en 2013 por la presunta comisión de sendos delitos de cohecho y prevaricación en la privatización sanitaria. La causa, impulsada por la Asociación de Facultativos Especialistas de Madrid (AFEM), se archivó finalmente un año después por la Audiencia Provincial de Madrid.
Alejado de la política activa, dirige una consultora que destaca por sus gestiones de lobby dentro de algunos ministerios y consejerías autonómicas y, especialmente, dentro del Ministerio de Medio Ambiente, presidido por Isabel Tejerina. Acaba de declarar en una comisión de investigación sobre la construcción de los nuevos hospitales madrileños.
11. Juan José Güemes, el fotógrafo favorito
Exconsejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid (2007-2010), fue investigado en la misma causa que Lamela, finalmente archivada. Casado con Andrea Fabra y yerno de Carlos Fabra, expresidente de la Diputación de Castellón, que estuvo en la cárcel de Aranjuez. Abandonó la política por la iniciativa privada. Actualmente es el presidente del Centro de Emprendimiento e Innovación de IE Business.
Muy unido a Esperanza Aguirre, era el encargado de hacer las fotografías y selfies a la presidenta Esperanza Aguirre en todo tipo de actos, que luego colocaba en redes sociales. Güemes era conocido en los ambientes políticos por el 'niño guapo' de Esperanza.
12. El resto de la corte
Hay otros nombres significativos dentro de la corte de plebeyos de Esperanza Aguirre. Entre ellos destacan los de Javier Fernández Lasquetty, el que fuera consejero de Sanidad y que tuvo que dimitir por la presión de las Mareas Blancas cuando Ignacio González le impidió continuar con el proceso de privatización de la sanidad pública madrileña.
También figura el nombre de Juan Soler, exalcalde de Getafe, un hombre que siempre ha estado próximo a Esperanza Aguirre, aunque ahora parece querer saltar de la barca aguirrista cuando se está hundiendo.
También están el exalcalde de Boadilla del Monte, Arturo González Panero, conocido como 'el albondiguilla' e investigado en la Gürtel, el también investigado por esta causa Guillermo Ortega, conocido como 'Willy', exalcalde de Majadahonda y que fue nombrado por Esperanza Aguirre gerente del mercado Puerta de Toledo tras su destitución como edil de la localidad madrileña.
También los exdiputados regionales Benjamín Martín Vasco, que fue nombrado por Esperanza presidente de la comisión de investigación sobre el caso de espionaje en la Comunidad de Madrid, y Alfonso Bosch Tejedor, participante en la comisión organizadora de los eventos de la boda de Alejandro Agag y exalcalde de El Escorial. Fue gerente de la empresa municipal del suelo y vivienda de Boadilla del Monte, donde tuvo muchos problemas. Ambos se encuentran investigados por diferentes delitos dentro de la trama Gürtel.
Toda esta corte de personajes mencionados, que en su día llegaron a aspirar incluso al poder de Moncloa, han terminado por convertirse en auténticas estatuas de sal. Así acaba la carrera política de una mujer arriesgada al límite que quiso ser la primera mujer presidenta de un Gobierno de España, con un punto y final en su biografía que nunca imaginó.