Ana Isabel Charle salía de trabajar del albergue para personas sin hogar que dirigía en el Bronx (Project Renewal) cuando un hombre la encañonó y la obligó a meterse en el coche de la propia víctima. Ahí intentó violarla, pero ella, tras forcejear, consiguió zafarse. Salió del coche y comenzó a correr desnud para huir hasta que él, desnudo, la perseguió unos metros y le disparó tres veces (cabeza y pecho). La dejó muerta en la acera en la zona donde ella trabajaba, en el cruce entre la calle 237 y la avenida Bullard, en Wakefield, una localidad de unos 80.000 habitantes y cercana al río Bronx.
El asesinato tuvo lugar hace ahora dos años (abril de 2015), cuando ella tenía 36 y él, 39. En estos 24 meses, los familiares de Ana Isabel Charle, psicóloga y natural de Valladolid, han vivido en vilo hasta que han visto cómo la Justicia condenaba al agresor: asesinato en primer grado y dos cargos de posesión criminal de un arma. Se enfrenta a una condena de cadena perpetua sin derecho a libertad condicional cuando sea sentenciado el próximo 9 de junio.
West Spruill, así se llama el asesino, tiene ahora 41 años y solía dormir en el albergue que regentaba la víctima. Spruill era un exconvicto que, según el rotativo Daily News, estaba obsesionado con ella. El agresor había cumplido once años de pena por intento de asesinato y asalto entre 1994 y 2005, y de nuevo estuvo en la cárcel entre 2006 y 2014 también por asalto. Fue al salir de prisión cuando comenzó a acudir a Project Renewal. Allí conoció a la que después sería su víctima, Ana Isabel Charle.
"Fue a por ella con la intención de violarla a punta de pistola", decían fuentes policiales. "La esperó en el coche a que saliera del trabajo y le ordenó que se quitara la ropa". Al parecer, las empleadas del refugio solían ser acosadas por los residentes. El asalto sexual no aparecía entre los cargos de los que se le acusaba porque, según la autopsia, no se llegó a consumar la violación. Aunque el hecho de que la obligase a desnudarse a punta de pistola y lo intentase ya supone una agresión sexual.
Tenía dos hijas pequeñas
Charle tenía dos hijas, de 9 y 11 años cuando tuvo lugar el crimen. El padre de la víctima, un médico jubilado llamado Carlos Charle, ha batallado para conseguir la custodia de las menores. Alegaba que el padre (Manuel de Jesús Olivo) había abandonado a Ana Isabel y las niñas en 2009 para regresar a su país de origen, República Dominicana. Según informaba el Diario de Valladolid, Carlos Charle, en su demanda ante la Corte Suprema Estatal del Bronx, acusaba a Manuel de Jesús Olivo de ser un "irresponsable" y de "abandonar a su familia". Añadía que se trataba de un "abandono flagrante, ya que durante todos estos años no se ha interesado por sus hijos" y que "llegó a cambiar de nombre tres veces para huir del FBI".
Carlos Charle apuntaba que el progenitor, de profesión transportista de mudanza, a su regreso a Estados Unidos se mudó con su nueva novia a un piso pequeño y lúgubre, frecuentado, además, por "jóvenes poco recomendables". Según declaró, el deseo expreso de Ana Isabel era que sus hijas se quedasen con el abuelo.