Fueron a Urgencias por dolencias menores y allí se quedaron a vivir medio año, confinados en una habitación con otras 10 personas, alguna de ellas con graves problemas psiquiátricos. Son dos ancianos de 72 y 78 años respectivamente, que llevan seis meses viviendo en Urgencias del Hospital Insular de Gran Canaria. Nadie los reclamó y nadie quiere hacerse cargo de ellos. Los dos ancianos no tienen relación de parentesco entre sí, pero han sido víctimas de la misma situación de abandono, en el mismo lugar y al mismo tiempo. Uno tiene una sobrina que no puede (o no quiere) hacerse cargo del anciano. El otro tiene un hijo que vive fuera y también se ha desentendido, dejando a su padre desamparado.
Ahora han salido a la luz otros cuatro casos en condiciones similares y en la misma comunidad autónoma. En total son seis ancianos viviendo en situación de abandono en tres hospitales de las islas: estos dos casos del Hospital Insular de Las Palmas, dos más en el Hospital Doctor Negrín (de la misma isla) y otros dos en Tenerife. Pero desde el Cabildo de Gran Canaria van más allá: la consejera Elena Máñez ha declarado a EL ESPAÑOL que en el último año han registrado "un total de 98 casos de personas en situación parecida". Esto es, casi cien personas en situación de dependencia, que requieren cuidados y atenciones especiales por parte de la administración, pero que viven en una situación de abandono. No pueden vivir solos, pero no tienen familia ni nadie que se pueda hacer cargo de ellos. Los 98 casos que reconoce el Cabildo en un año dan un resultado de más de 8 al mes.
"Cada persona tiene una circunstancia diferente. Algunos viven solos. Otros sufren unas condiciones económicas precarias. Otros han sido abandonados por sus familias. Hay gente que quiere deshacerse de los abuelos y quedarse con su dinero", explica un trabajador del hospital consultado por EL ESPAÑOL. Y así, hasta un centenar de casos.
“Se despistan, no ve la luz del sol. A veces se desesperan y tienen ataques de ansiedad, por lo que tienen que contenerlos por su seguridad y hay que ponerle los correajes” cuentan trabajadores del hospital, que han pedido soluciones urgentes.
UN PROBLEMA RECURRENTE EN CANARIAS
“Por desgracia, este tipo de abandonos son más habituales de lo que parece en el archipiélago”, explican desde el Sindicato de Empleados Públicos de Canarias. En una comunidad autónoma donde el paro es uno de los principales problemas, es usual ver a personas mayores en situación de precariedad y riesgo vital. Abandonos por parte de familias que no quieren hacerse cargo de ellos, personas que viven solas, pacientes con problemas cognitivos y de demencia o entornos insalubres que impiden vivir con normalidad.
Respecto a los dos ancianos que llevan medio año en una sala de Urgencias del Hospital Insular, las soluciones vienen de camino. Uno de ellos, el de 72 años, será trasladado el miércoles 14 a una residencia geriátrica en la zona de Taliarte, en el municipio de Telde. El otro sigue sin pronóstico de solución inmediata, seis meses después de su ingreso.
LA DEMORA VIENE DE LOS JUZGADOS
Son muchos los interrogantes que se ciernen en torno a todo este asunto. El primero de todos es: ¿Por qué esa demora? ¿Por qué una persona dependiente tiene que pasar seis meses en un hospital sin que se le conceda una plaza en un geriátrico? La consejera explica que “cuando se activa el protocolo de emergencias sociosanitarias, todas las partes nos tenemos que poner a trabajar. Una de ellas es la justicia. Para evitar abusos y casos de ingresos injustos en residencias, tenemos que esperar a que un juzgado se pronuncie, reconozca que esa persona está en situación de urgencia sociosanitaria y le conceda una plaza en un centro especializado”, recoge. La lentitud de la justicia ha impedido que el problema se resuelva con celeridad.
En estos dos casos, la justicia ha empezado a moverse. Con medio año de retraso, pero ya ha empezado. ¿Qué pasa con los 96 restantes? ¿Se trata de casi un centenar de ancianos abandonados? No siempre. A veces, las familias no quieren hacerse cargo de ellos. En otras, se trata de personas que viven solas, que tienen algún tipo de demencia o problemas cognitivos o viven en situación de insalubridad. “En esos casos, cuando entendemos que hay riesgo para la vida de la persona, actuamos sin esperar el dictamen de los juzgados. Pero no era el caso de estas dos personas”, incide la consejera.
NO ES NUESTRA COMPETENCIA
¿Quién es el culpable de esta situación? Desde el Hospital Insular reivindican su actuación, a pesar de que dicen que no es su responsabilidad. “En realidad no es competencia del hospital. No son enfermos con criterio de ingreso hospitalario”, subrayan desde el departamento de comunicación. “No son pacientes de urgencias y tendrían que estar en otro sitio. Pero no podemos dejarlos en la calle; son personas. Por eso los hemos mantenido en el hospital durante todo este tiempo. Cuidándolos y con las mejores condiciones posibles. Tienen una cama, no están en un box con una camilla”.
Es decir: la decisión de trasladarlos a un geriátrico no es del hospital, que lo que ha hecho ha sido poner en marcha el protocolo para conseguir una solución. Sin embargo, estas personas llevan medio año confinadas en una habitación colectiva. Demasiado tiempo. No son las condiciones óptimas para una persona de avanzada edad que requiere un espacio individual lejos de enfermos psiquiátricos. ¿De quién es la responsabilidad de que esas personas hayan pasado seis meses en Urgencias y no en una habitación individual?
Desde el Hospital no quieren contestar este punto. A la pregunta de si han sido trasladados a una planta a causa de la publicación de la noticia y la consiguiente presión mediática, en el Insular niegan ese extremo: “No funcionamos así. Trabajamos al margen de lo que salga en los medios”. Entonces, ¿por qué han pasado tanto tiempo en una situación tan precaria? “Por cuestiones de protección de datos, no estamos autorizados a dar esta información”; se excusan desde el departamento de comunicación. Para ellos, haber atendido durante estos meses a estos ancianos, sin la obligación de hacerlo, es suficiente.
¿Qué futuro tienen estos dos ancianos? Uno de ellos ingresará el miércoles 14 en una residencia geriátrica. El otro permanece a la espera de una resolución judicial que no se sabe cuándo llegará. La consejera Elena Máñez reconoce que “a esta situación se llega a causa del maltrato al estado del bienestar. No es sólo una cuestión de burocracia, sino de recursos. Nuestros centros de salud están al 100% de ocupación. Hace falta revisar el protocolo y tener más consciencia de la situación de las personas dependientes. Nosotros hacemos lo que podemos, pero la responsabilidad es compartida. Este año hemos atendido a casi un centenar de personas en esta situación, pero esto va a ir a más. El envejecimiento de la población, el incremento de la esperanza de vida, los recortes presupuestarios y en especial en materia de dependencia, han convertido a este problema en algo preocupante de cara al futuro”.