Miguel Blesa tenía vicio por la caza y Córdoba fue durante muchos años el refugio en el que dar rienda suelta a su afición. El expresidente de Caja Madrid ha sido encontrado muerto, con un disparo en el pecho, este miércoles en la finca Puerto del Toro, situada en la localidad cordobesa de Villanueva del Rey, una zona muy accidentada y abrupta de Sierra Morena donde tienen sus fincas las hermanas Koplowitz, los Domecq, Osborne o un fondo vinculado al presidente del Manchester City.
La zona en la que a las ocho de la mañana la Guardia Civil encontraba el cuerpo sin vida del que fuera presidente de Caja Madrid es una de las más reconocidas de España. Con tan insignes vecinos, para los vecinos de Villanueva del Rey, un pequeño pueblo de apenas mil habitantes localizado a apenas sesenta kilómetros al noroeste de Córdoba, era habitual ver trasiego en las carreteras que llevan a las fincas de caza.
Este martes, quien subía de madrugada por la estrecha y sinuosa carretera del Puerto del Toro, que da a la zona alta del término municipal, era Miguel Blesa. Llegó el expresidente de Caja Madrid a eso de las dos de la mañana para cazar con un grupo de amigos a una finca de 2.000 hectáreas de monte mediterráneo alto y bajo, con dehesas de encinas y alcornoques. Aunque hoy, 19 de julio, la veda esté echada.
La veda está echada
Ni ciervos, ni muflones, gamos o jabalíes, lo habitual en la zona. La ley andaluza prohíbe la caza de estas especies fuera del periodo del 15 de octubre a 12 de febrero, al estarse en el periodo reproductor. De hecho, los ciervos todavía no han tirado la borra, como se conoce en el argot a la pérdida de la pelusa que protege los cuernos y que hace la captura inválida para trofeo.
En la finca Puerto del Toro hoy solo se podrían cazar jabalíes pero únicamente contando con un permiso por daño, una fórmula por la que la Administración aprueba la caza de especies que perjudican las fincas agrícolas o ganaderas. Algo improbable, dado que la finca es de caza y no de cultivo. Otra posibilidad, aunque también remota, es que se hiciese actividad cinegética selectiva para matar piezas defectuosas, escenario en el que los cazadores deberían ir acompañados de un veterinario y notificar el propósito con antelación a la Junta de Andalucía.
Pero Blesa acudió al desayuno con sus compañeros de cacería portando su rifle. Lo habitual en la zona es encontrarse con armas de gran calibre, un 30.0,6 similar al cetme que utilizaba el Ejército Español o un 300 Winchester Magnum, menos usado actualmente. Fuentes policiales han confirmado a EL ESPAÑOL que el cuerpo de Blesa, que a última hora de la mañana ya era trasladado al Anatómico Forense de Córdoba, presentaba un disparo efectuado con una escopeta de caza.
Blesa y Pepe Romero
El aviso lo dio un trabajador de la finca, propiedad de la Sociedad Rozuelas del Valle S.L., perteneciente a la constructora Grupo Prasa, una de las más importantes de España en el boom del ladrillo por su actividad en la Costa del Sol. Al frente de ella está José Romero, Pepe Romero. Su nombre saltó a la opinión pública al aparecer ligado a la trama de corrupción de la Operación Astapa.
El propietario de la finca en la que este miércoles ha fallecido Miguel Blesa llegó a estar en 2008 imputado por cohecho, blanqueo de capitales y diversos delitos contra la administración pública en la operación Astapa, paralela a la mediática Malaya. Tuvo que abonar 300.000 euros para conseguir la libertad bajo fianza. El nombre de José Romero, y de Prasa, también salió a la luz en la lista de los principales morosos de Hacienda. Su deuda supera los 101 millones de euros.
La relación entre Pepe Romero, natural de Torrecampo, un pequeño pueblo enmarcado en el Valle de Los Pedroches, y Miguel Blesa se remonta años atrás, cuando en plena explosión de la burbuja inmobiliaria Caja Madrid rescató a la constructora Prasa con la concesión de diferentes créditos por un total de 406 millones de euros. Se creó ahí un estrecho vínculo entre ambos y era habitual ver a el expresidente de la entidad bancaria cazando en los feudos de Romero. De hecho, las fuentes consultadas por EL ESPAÑOL hablan de que Blesa tenía barra libre y que llegaba a cazar del orden de diez a una veintena de venados, algunos ‘medalla de oro’ —los mejores por el grueso, la longitud y el número de puntos de la cuerna—, a razón de hasta 6.000 euros por unidad.
Según un informe del Banco de España, emitido el 3 de diciembre de 2010, que obra en la instrucción del caso Bankia, durante los años de Blesa como presidente de Caja Madrid, la entidad dio créditos de dudoso cobro por valor de 2.711 millones de euros. En la lista, dominada por constructoras de la talla de Martinsa —la que más recibió: 1.005 millones—, también figura el nombre de Prasa, aunque en este caso los investigadores esgrimen que el dinero, 406 millones de euros, se concedió con criterios inferiores a los estándares de la entidad. Inversiones que, según en Banco de España, ponían incluso en peligro a la entidad presidida por Blesa.
Por uno de esos ‘medalla de oro’, el expresidente de Caja Madrid está presente en el ranking español de venado. En concreto, su trofeo, un ejemplar de 217,16 puntos cazado en la finca Carboneras, situado en la comarca de Los Pedroches de Córdoba el 1 de septiembre de 2008, hizo que Miguel Blesa alcanzase el número 14 en la cotizada lista. Su nombre aparece tres puestos por detrás de el rey Juan Carlos, que está presente otras tres veces más por delante del exbanquero.
Carboneras, la finca en la que Blesa mató su trofeo más laureado, también es propiedad de Pepe Romero. El empresario de la construcción tiene varias fincas de caza mayor y menor en la provincia de Córdoba. Puerto del Toro, donde ha muerto Blesa, o Los Posteruelos, en Villaviciosa, son las más notables, aunque hay más en la comarca de Los Pedroches. Allí también tiene una de las explotaciones ganadera de más enjundia del país: Las Rozuelas del Valle, en su municipio natal: Torrecampo.
Romero, además de empresario de la construcción y propietario de un buen número de fincas, ha sido el máximo accionista del Córdoba C.F., ahora en propiedad de Carlos González.