El mapa de los festejos de España está salpicado de machismo. En unos casos se trata de fiestas o celebraciones locales y en otras de eventos de todo tipo deportivos o lúdicos. Sin embargo todos ellos tienen el mismo elemento común denominador: la mujer o bien no está, no se la espera o si está, su presencia es más que minoritaria.
Así, tras la reciente polémica de la ex piragüista Beatriz Manchón, a quien la organización del Descenso Internacional del Sella ha negado por segundo año consecutivo participar en la categoría absoluta de una prueba de gran reconocimiento internacional por “ser mujer”, EL ESPAÑOL marca diez puntos de la geografía que discriminan en pleno siglo XXI.
1. Descenso del Sella (Ribadesella)
La prueba nació en 1929 de la mano de Dionisio de la Huerta, quien aprovechando sus vacaciones de verano hizo una excursión en piragua de 5 kilómetros junto a varios amigos por el río Piloña, desde Coya hasta Infiesto. La experiencia fue tan buena que se la propuso a sus amigos Alfonso Argüelles y Manés Fernández. Esta vez descenderían el Sella desde Arriondas, río abajo.
La bajada estuvo marcado por las paradas intermitentes, unas para vaciar la piragua del agua que entraba dentro y otras para saciar el hambre a base de bocadillos y fue seguida en autobús por la carretera que une Arriondas con Ribadesella por otros amigos. La cita dio tanto que hablar que en 1930 hizo el trayecto completo desde Coya hasta Arriondas, y finalmente, en el año 1931, llegó hasta Ribadesella. Un año más tardé se fijó la salida y meta del descenso en Arriondas y Ribadesella, respectivamente y se celebró la primera edición de carácter competitivo, en la que tomaron salida trece palistas de Oviedo, Gijón, Ribadesella e Infiesto.
En la actualidad, el CODIS, la entidad responsable de esta cita internacional y en la que participan 1.000 palistas , está presidida por un hombre. El resto de miembros 12, solo dos son mujeres.
2. Desfile de Alarde (Irún)
El desfile de armas que se celebra en Irún el 30 de junio, día de San Marcial, fiesta de la ciudad, conmemora la victoria de las tropas irunesas sobre las francesas durante la madrugada del 30 de junio de 1522. La batalla, que tuvo lugar en la Peña de Aldabe de Irun, formó parte de una serie de ofensivas francesas cuyo objetivo era controlar la zona fronteriza del Bidasoa.
Desde hace 20 años es una celebración polémica. Justo hace dos décadas un juez tuvo que ordenar que estos desfiles pudieran ser hechos tanto por hombres como por mujeres, pero su sentencia no puso igualdad a la disputa, hubo enfrentamientos entre los propios vecinos y aún a muchos les sigue sin gustar la no exclusión. Incluso había mujeres que daban la espalda a las que desfilaban para ningunearlas.
Además mientras que al desfile tradicional que solo permite a las mujeres participar como cantineras y las excluye como soldado, acuden más de 16.000 personas al mixto llegan a 1.000. De ahí que también los vecinos llenen los balcones para ver a los hombres, no así al de las mujeres. La discriminación la cierra el propio alcalde (socialista) José Antonio Santano quien sólo asistió al masculino y les recibió a ellos en el ayuntamiento.
3. El Toro de la Vega (Tordesillas)
El espectáculo taurino de la localidad de Tordesillas coincide con la celebración -a primeros de septiembre- de las fiestas de Nuestra Señora la Virgen de la Peña, su patrona. Viene celebrándose desde el medievo. Dicho torneo estriba en la suerte de medir las fuerzas “entre un hombre y un toro sin despuntar”, como dice la tradición. El morlaco -con un peso de unos 600 kilos y de entre 4 y 7 años de edad- solo podía ser alanceado en unos límites determinados de la población hasta causarle la muerte. En 2010 Mélany San José Pardo, vecina del lugar y de 22 años, se convirtió en la primera mujer lancera en la historia de esta controvertida celebración. En su día esta joven declaró que recibía todo tipo de improperios por querer ser lancera: "En ocasiones me gritan: '¡chica métete en la talanquera!'. Piensan que no voy a ser capaz de correr como un chico", expresó.
El Toro de la Vega, declarado de Interés Turístico desde 1980 y protegido por la Junta de Castilla y León como Espectáculo Taurino Tradicional desde el pasado año, y tras las presiones de organizaciones animalistas y políticos, cambió la suerte del animal. El Gobierno regional aprobó un decreto-ley que prohíbe la muerte en público de reses en espectáculos taurinos tradicionales.
4. Los empalaos de Valverde (Cáceres)
El ritual religioso y penitente que se celebra en Valverde de la Vera (Cáceres) desde el siglo XVI cada jueves santo está marcado por la testosterona. Si bien el último año de los 11 participantes dos eran mujeres, lo cierto es que esta tradición es cosa de hombres.
La fiesta, de Interés Turístico Nacional desde 1980, congrega al público, para ver al empalao, o penitente que rrecorre las calles del lugar en un via crucis motivado por una promesa o manda hecha ante Dios. El Empalao camina descalzo, sobre sus hombros lleva un timón de arado sujeto por una soga de esparto que le envuelve torso y brazos desnudos. Lleva además una enagua blanca que le cubre de cintura para abajo, de la mitad de sus brazos penden un par de vilortas, con tres aros cada una y una toga, símbolo del Crucifijado. Cubre su rostro un velo blanco que sujeta con una corona de espinas, sobresaliendo por encima de la cabeza dos espadas cruzadas.
En todo momento va acompañado por el Cirineo, que se oculta bajo una manta y le alumbra el paso con un farolillo. Las mujeres participan como nazarenos, acompañando al penitente y cargando con una cruz de madera.
5. Romería de Villaverde de los Quintos de Orgaz (Toledo)
En este pequeño pueblo toledano cada 28 de febrero los mozos del lugar que llegan a la mayoría de edad cantan coplillas a las chicas del lugar con letras machistas y vejatorias y que también escuchan menores de edad. Los jóvenes van por las calles y casas de las chicas cantando a capella o con charangas canciones nada afortunadas. Entres sus lindezas se escuchan expresiones como "o dejas de follar en bares o no te dejaran entrar", "zampaporros", "chica indecente", "miss bollera guarrera", "boca yegua" o "putón".
El origen de los “quintos” surge durante el reinado de Juan II de Castilla (1406-1454) quien obligó mediante la contribución de sangre u obligación a que uno de cada cinco varones tenía que servir en el ejército. Una costumbre que retomó Felipe V en 1705 y que desapareció en España en 1992. La fiesta que aún se sigue celebrando en lugares como Orgaz es un homenaje a los jóvenes que al cumplir la mayoría de edad se iban a hacer el servicio militar.
6. Representación del Misterio de Elche
Esta celebración medieval, también conocida como La Festa se representa cada 14 y15 de agosto en la Basílica de Santa María de Elche. Con ella, durante dos días se celebra la festividad de la Virgen de la Asunción. Se trata de un drama sacro-lírico en el que se recrea la Dormición, Asunción y Coronación de la Virgen.
Los participantes de esta celebración son representados solo y exclusivamente por hombres y niños. De momento no quieren ir con los tiempos sino con la tradición ya que litúrgica-medieval que vetaba la aparición de mujeres en este tipo de representaciones.
7. Los Carnavales de Cádiz
Aunque empieza a haber presencia femenina, lo cierto es que la agrupaciones de chirigotas o comparsas que participan en la gran final que se celebra en el teatro Falla están compuestas mayoritariamente por hombres. De hecho en la pasada edición de las 14 agrupaciones que llegaron a la misma y en las que se estima hubo unos 270 participantes alrededor de 30 eran mujeres, tal y como nos cuentan desde el Ayuntamiento de la ciudad.
En cuanto a la primera chirigota femenina que participó en el Carnaval hay que remontarse a 1980, año en que actuaron Las molondritas (esposas de comparsistas y chirigoteros y pertencían a la peña El Molondro). En coros mixtos fue El coro de las niñas. En 1997 salió el primer cuarteto femenino de la historia. La mujeres han ganado en todo estos años una decena de premios con más o menos suerte. Señalar eso que sí que desde 2017 la organización usa un lenguaje inclusivo. Ha hecho desaparecer la obligación de especificar si una agrupación es mixta o no, si la dirige un director o directora o si es autor o autora de la música.
8. El Salto de la Reja de la Virgen del Rocio (Huelva)
La conocida romería en honor a la Virgen del Rocio y que cada año congrega en Almonte a miles de fervientes para ver como se la saca en procesión de madrugada por el pueblo tiene un momento único reservado solo a hombres. Es el salto de la Reja. En eso momento, sólo quienes son hombres y de Almonte, pueden hacer el ritual de sacar entre el fervor y la lucha cuerpo a cuerpo a la aclamada talla. Los hombres que hacen este salto son conocidos como los Hombres de la Virgen o “Leones del amor”.
Lo que es cosa de mujeres es la tarea de vestir tanto a la Virgen del Rocío como al Niño. Un quehacer que pasa de generación en generación. La labor de las “camaristas”, como se las llama a estas mujeres, conlleva alrededor diez horas.
9. El entierro de la sardina (Murcia)
Cada año la celebración del entierro de la sardina de Murcia, la fiesta pagana que representa la victoria de don Carnal sobre doña Cuaresma y que contrarresta con las privaciones de la Semana Santa, es amenizada durante tres días con charangas y pasacalles por las “agrupaciones sardineras”. Una fiesta que concluye con un desfile de carrozas al que asisten más de un millón de personas. En dicha cabalgata participan 23 carrozas que representan cada una de las 23 agrupaciones sardineras de la ciudad que representan a dioses, héroes o seres mitológicos. Todas están compuestas exclusivamente por hombres. Desde sus carrozas se transporta a los sardineros que lanzan juguetes, peluches y balones al público.
Esta fiesta si permite presencia femenina en el papel de “hachoneros” y “hachoneras”, vestidos con una especie de túnica/pijama y gorro de rayas. Estas personas además de acompañar las carrozas, portan el fuego con el que después prenden el catafalco que quema la sardina. Eso sí, en estos días no falta como reza en la página 151 de la revista El entierro de la sardina del año 2017 (y que para más inri edita la agrupación sardinera como memoria de acción de responsabilidad social corporativa), “la sensualidad entre la plumas” de los cuerpos casi desnudos de las mujeres.
10. La pesca de la almadraba (Cádiz)
La milenaria técnica de la pesca del atún rojo que se practica en las costas de Barbate (Cádiz) la llevan a cabo solo hombres cuyos puestos en muchos casos pasan de padres a hijos. Se trata de 300 marineros y otros 100 trabajadores que realizan labores auxiliares y que durante la temporada suben a los barcos a la búsqueda de tan delicioso manjar.
Los trabajos están dirigidos por un capitán o arráez; un segundo capitán y un tercero, llamado sota-arráez. Cada barco lleva un patrón y dos hombres y, a veces, un patrón y un proel. Un administrador de mar cuenta el material y los atunes que se cogen diariamente, mientras tres o cuatro varillas o ayudantes del administrador cuentan los peces que cargan los barcos. Las mujeres trabajan en tierra como pescaderas o en las fábricas de conserva donde se prepara el pescado para su consumo.