La manifestación del sábado en Barcelona y otras 5 que marcaron nuestras vidas
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Sábado 26 de agosto. Seis de la tarde. España volverá a unirse frente al dolor. Esta vez lo hará en Cataluña. Tras los atentados del Estado Islámico en La Rambla que dejaron 15 muertos y decenas de heridos, el pueblo se levanta de nuevo, sin temor. “No tinc por”, "No tenemos miedo". Ése será el lema esgrimido por las miles y miles de personas que acudan al centro de Barcelona, a las principales calles de la ciudad a decir, una vez más, no a la guerra, no al horror.
Convocada por la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau y el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, la manifestación empezará en los Jardinets de Gràcia, recorrerá el Paseo de Gràcia y llegará hasta la Plaza de Catalunya.
Los días previos a la concentración en repulsa del atentado han estado plagados de descalificaciones políticas desde una y otras parte. Por un lado, la CUP decidió no acudir a la manifestación del sábado si acudía también el rey Felipe VI, decisión de la que se retractaron días más tarde. Carles Puigdemont les afeó su decisión: “No vamos a ser nosotros quienes fijemos un derecho de admisión. Debe estar todo el mundo”. Algunos representante de la CUP justificaron en un principio su decisión esgrimiendo el argumento de que que Felipe VI “venga a pasearse por Barcelona y muestre su pésame” y al mismo tiempo “contribuya a financiar este terrorismo”, refiriéndose a las "relaciones de la corona con las monarquías pérsicas".
El sábado no es día de diferencias. Este fin de semana, todos en Cataluña gritarán con una misma voz contra un virus, el terrorismo islámico, que lleva años infiltrado en la sociedad europea. El sábado es día de gritar como en otras ocasiones ya se ha hecho. España se ha unido en innumerables ocasiones para pedir el fin de la violencia. Los últimos cuarenta años, la resistencia a ETA, el día del golpe de estado fallido… Los españoles saben perfectamente lo que es estar al borde del abismo. Son ya muchos años sintiendo de cerca el olor trágico de la muerte. El sábado, de nuevo, se saldrá a luchar y a gritar a la calle. A pedir paz y libertad. Estas son las otras cinco grandes manifestaciones que ha vivido nuestro país.
1. 27 de febrero de 1981: manifestación tras el intento de golpe de Estado del 23-F
En aquel momento, la mayor manifestación de la historia de España. Algunas crónicas hablaban de un millón y medio de personas entre la glorieta de Embajadores y la plaza de las Cortes. Aquel día, con las aguas ya volviendo a su cauce, se oyeron gritos de “Viva la libertad”, “Viva la democracia” y “Viva el Rey”. España tenía mucho que celebrar. La incipiente democracia resistía.
Todos se unieron aquel día. Llevando una misma pancarta. Allí estaban Manuel Fraga, Rafael Calvo Ortega, Santiago Carrillo, Felipe González, Nicolás Redondo, Marcelino Camacho. Los padres de la democracia, los primeros en formar un nuevo Congreso de los Diputados. Ellos delante, la gente detrás, todos juntos gritaban “Democracia, sí; dictadura, no”. En un momento de la manifestación, Felipe González, que al año siguiente se iba a convertir en el presidente del Gobierno, tomó el micrófono y se puso a gritar sin cesar: “Libertad, libertad, libertad”. Santiago Carrillo estaba a su lado. También sus gritos le acompañaban.
2. 22 de junio de 1987: manifestación tras el atentado de ETA en Hipercor
Fue la manifestación más grande de la ciudad en 10 años. Un millón y medio de personas, aproximadamente, ocuparon todo el recorrido de la marcha. El día de manifestación era el lunes. El atentado de ETA había dejado 21 muertos y 45 heridos en Barcelona.
Como ocurrirá este sábado, aquel lunes 22 de junio cientos de miles de barceloneses ocuparon el paseo de Gràcia para expresar su repulsa a la barbarie etarra. 700.000 personas, entre las que estaban importantes representantes del mundo de la política, protagonizaron la mayor manifestación en Barcelona desde el año 1977. Un ejemplo más de que España, que tristemente ha pasado cuarenta años sufriendo el terror del terrorismo abertzale, es capaz de sobreponerse a las peores situaciones.
De algún modo, Hipercor comenzó a marcar el declive de ETA. En los primeros diez años de la democracia, entre 1978 y 1987, la banda terrorista asesinó a 497 personas. Desde esa fecha, desde el atentado de Hipercor, hasta diez años después, fecha en que asesinaron a Miguel Ángel Blanco (1997), ETA asesinó a 196 personas. Un 60 % menos. El terror no paró hasta mucho después, pero el número de asesinatos se rebajó considerablemente.
3. 14 de julio de 1997: manifestación tras el asesinato de Miguel Ángel Blanco
Un plazo fijo antes de la muerte. Un tiro en la nuca. Así fue asesinado Miguel Ángel Blanco, concejal del PP en Ermua un 13 de julio de 1997. Al día siguiente, toda España salió a la calle, harta del dolor y de la sangre, a decirles a la cara a los terroristas que “no les tenemos miedo”.
1.500.000 manifestantes en Madrid y 1.000.000 en Barcelona pidieron el fin de la violencia terrorista. Ocuparon la Castellana, la calle Alcalá, la Puerta del Sol, en una reunión multitudinaria que fue una concentración de dolor y rabia. La gente tomó la cabecera de la manifestación. Cinco horas tardaron los manifestantes en llegar a Sol desde Colón. Los políticos, entretanto, dieron una sola imagen: la de la unidad. Adolfo Suárez, Leopoldo Calvo Sotelo, José María Aznar, Felipe González. Todos presentes con los ministros, los diputados, la oposición… También estuvo el lehendakari José Antonio Ardanza, y hasta Iñaki Anasagasti, histórico del PNV. Todos tras una pancarta en la que se leía, bien alto y bien claro: "Paz, unidad y libertad".
“¡Asesinos!, ¡asesinos!, ¡asesinos!”. “El pueblo unido jamás será vencido”. “Aquí estamos, nosotros no matamos”. Ciudadanos anónimos, trabajadores de a pie, estudiantes, jóvenes y mayores… Ellos fueron los protagonistas. Y los famosos, mezclados entre ellos. Todos juntos, sin diferencias sociales, exigiendo a los terroristas el cese de la violencia, exigiendo la paz.
4. 15 de febrero de 2003: manifestación en contra de la guerra de Irak
El momento era de lo más candente. El gobierno de José María Aznar se encontraba completamente inmerso en la colaboración con el gobierno estadounidense de George W. Bush en la guerra de Iraq. Ese día, el pueblo salió a la calle en una multitudinaria manifestación de rechazo al conflicto armado. Más de tres millones de personas entre Madrid y Barcelona llenaron las calles de las dos principales ciudades.
Un lema: “No a la guerra”. Las calles de Madrid se colapsaron de ciudadanos pidiendo la paz. Había una especie de caldera social, un hervidero de protesta formado por los lodos de los últimos años de Aznar, los posteriores a la mayoría absoluta del 2000. Aznar entraba en su séptimo año consecutivo en la Moncloa. Lo hacía con la mayor catástrofe medioambiental de su historia (el hundimiento del Prestige) con la guerra de Iraq como trasfondo y con la perspectiva de unas elecciones al año siguiente. Aquel día se cantaron proclamas como “Bush capullo, el mundo no estuyo”, “Esto nos pasa por un gobierno facha”, “¿Petróleo, bigotes? Recoge chapapote”. Pedro Almodóvar leyó un comunicado al final del recorrido. Los ciudadanos jaleaban. Asesinos, asesinos. Dimisión, dimisión.
5. 12 de marzo de 2004: manifestación tras los atentados de Atocha
11.400.000 personas salieron a las calles de varias ciudades españolas para condenar el atentado más sangriento de la historia de España. El perpetrado el 11 de marzo de 2004. Era jueves. Al día siguiente desde la primera hora de la tarde, millones y millones de personas tomaron las calles de Madrid y Barcelona. Todos salieron a dar la cara por la barbarie del terrorismo. La masacre, que dejó194 asesinados y más de 1.500 heridos.
Faltaban tres días para las Elecciones Generales. Los manifestantes salieron desde todos los puntos de la ciudad: desde Plaza de Castilla, desde la Estación de Atocha y hasta Colón. Aquel día llovía, y pese a ello, fue la manifestación jamás vista en España. Aquello era una columna interminable de paraguas bajaban por el Paseo de la Castellana, sin solución de continuidad, hasta Atocha. No faltó el príncipe Felipe, ni tampoco Aznar, ni Gaspar Llamazares, ni José Luis Rodríguez Zapatero, ni Mariano Rajoy. Raúl y Guti, Jorge Valdano, Florentino Pérez. Todos en una sola voz contra el terror, contra el mayor atentado yihadista de la historia de Europa.