“Sabía que la tenía perdida, pero irse a hacer la yihad...”. Carmen, una cordobesa normal, criada en una familia normal, con un marido normal, viviendo en un barrio normal una vida normal, jamás pudo pensar que se vería envuelta en su vejez en una truculenta historia de terrorismo internacional. Su hija es Tomasa Pérez, madre de Muhammad Yasin Ahram Pérez, el yihadista cordobés que reivindicó para Daesh los atentados de Barcelona. Por su pueblo, Pedro Abad, no los han vuelto a ver.
“Cuando la conocí estaba rota de dolor, no paró de llorar”, explica a EL ESPAÑOL Toñi Caravaca, la periodista de Crónica que entrevistó a Ramón y Carmen, los padres de Tomasa Pérez, cuando su hija ya estaba en Siria, combatiendo con los terroristas del Daesh. Narra quien entró en su casa, que llegó a ver los típicos retratos de comunión de la joven, que nació accidentalmente en Málaga hace 41 años. No olvida la periodista el intenso dolor que vio en los ojos de los padres de “la española del califato”.
El encuentro de la periodista con los abuelos de Muhammad Yasin Ahram Pérez se produjo hace apenas tres años, en diciembre de 2014. Poco antes de que España supiera que una española se había ido a Siria, con sus seis hijos, a hacer la yihad.
Recuerda Caravaca que tras una breve conversación en el telefonillo, los Pérez accedieron a dejarle entrar en su casa. “La típica casa de unas personas mayores, con muebles antiguos, pero muy oscura, con las persianas agachadas… y eso que por allí entraba mucha claridad”, detalla la periodista. “Como de luto”, zanja.
Allí, sentada frente por frente de Ramón y con Carmen escorada, “siempre llorando”, Caravaca fue explicándoles que su hija se había marchado a Siria con sus hijos. “Ni siquiera sabían que tenían seis nietos, ellos pensaban que Tomasa, o Tomi, como la conocían, solo había tenido dos hijos”, explica a EL ESPAÑOL. “De hecho, creo que me dejaron pasar a su casa con el ánimo de sonsacarme información, porque ellos no sabían nada de su hija”, detalla la periodista.
En el piso, situado en un barrio de trabajadores de la Zona de Levante de la capital cordobesa, los abuelos todavía conservaban las fotos, en los típicos portarretratos plateados, de sus dos nietos, Yasin y Musa, de 22 y 21 años respectivamente, los únicos que llegaron a conocer. Uno de esos dos niños, “simpáticos” y “cariñosos” —como detallaba Caravaca en su reportaje—, es quien aparece en el vídeo emitido por Daesh.
“Al Andalus volverá a ser lo que fue”
“Al Andalus volverá a ser lo que fue” o “la sangre de los musulmanes derramada en la Inquisición”, son algunas de las referencias que el joven profiere en el vídeo de unos cuatro minutos de duración y que, según explican fuentes del Ministerio del Interior, podría haberse grabado con anterioridad al atentado de Barcelona. Yasin no hace mención al último atentado cometido en suelo español, por lo que se baraja la posibilidad de que su intervención fuese previa e intercalada entre las de otros yihadistas posteriores al 17 de agosto.
A Caravaca, la periodista que conversó con los Carmen Mollejas y Ramón Pérez, le sorprendió ver en el vídeo a Yasin, o “Al Qurtubí” —en español, el cordobés—. Un chico criado en las calles de Alcolea, una barriada de unos casi 4.000 habitantes perteneciente a la capital.
De hecho, sus vecinos recuerdan años después a la madre, Tomasa, yendo y viniendo del colegio en el que sus dos hijos mayores estudiaron. También explican cómo fueron testigos de la transformación de la joven, de cómo poco a poco fue cambiando sus vestimentas occidentales hasta que llegó a salir a la calle en burka. Hasta que dejaron de verla. Tomasa no salía.
“Era una familia normal hasta que ella conoció a Abdelah Ahram”, relataba la familia a la periodista.
La metamorfosis de la familia
La metamorfosis, apuntan todos, fue incitada por su marido Abdelah Ahram, un año mayor que ella, que actualmente cumple condena en Marruecos. Se conocieron en la mezquita de Pedro Abad, el pueblo de la familia de los Pérez y los Mollejas. De Córdoba se fueron a Barcelona, de ahí a Suecia y, por último, Siria. “Si tiene al marido en Tánger, ¿por qué se ha ido a Siria? ¿Quién le paga esto? ¿Por qué no se viene a casa con su familia?”, se preguntaba descorazonada Carmen, la abuela, sin parar de llorar delante de la periodista.
El sofocón de la mujer fue tal que su marido, Ramón, tuvo que aplacar los ánimos de la septuagenaria. “Poco antes había tenido un ataque al corazón y todos andaban preocupados”, explica Caravaca, que quedó impactada cuando supo que en el armario, los abuelos del yihadista, todavía conservaban los últimos regalos de Reyes Magos que nunca llegaron a recoger: unos muñecos de Spiderman.
Porque en casa de los Pérez se celebraba la Navidad. Pese a que en las últimas visitas de su yerno Abdelah Ahram prepararan comida halal.
Navidad, Reyes… Todo fue normal hasta que él apareció. Hasta que los Pérez Mollejas perdieron a Tomasa, su hija, y sus seis nietos. Ahora, “Al Qurtubí”, el cordobés, pide a sus correligionarios a que hagan la yihad en España. “Al Andalus volverá a ser lo que fue”, amenaza Yasin.
“Sabía que la tenía perdida —repetía la madre de ‘la Tomasa’ a la periodista—, pero irse a hacer la yihad…”.